Écrivains

Etxeberri, Joanes (Ziburukoa) (ca. 1580-1665?)

Ziburukoa. Ziburu, c. 1580 - Ziburu, c. 1665.

Aunque no tengamos certeza del lugar y la fecha exacta del nacimiento de Joanes Etxeberri, parece ser que nació en Ziburu (Lapurdi) alrededor del año 1580. Según Lino Akesolo (1970, 6. orr.), fue párroco de aquel pueblo y, como era doctor en teología, firmaba sus escritos como "Doctor teólogo".

Se le ha considerado miembro de la Escuela de Sara y es autor de los primeros libros escritos en verso en el siglo XVII (Salaberri, 2002, 89). Estudió en la Compañía de Jesús y, tal como confiesa él mismo en su trabajo Noelac [Villancicos] (en el canto a Ignacio de Loiola), es a los jesuitas a quienes debe todo lo que sabe (Mitxelena, 1988, 75): "bereziki ni nazaitzu zordun, zeren zuretan, dakidana ikhasi baitut eskola sainduetan" [me siento sobre todo en deuda contigo [con Ignacio de Loiola], ya que en tus santas enseñanzas he aprendido todo lo que sé] (Etxeberri, 1630/1645, 200. orr.) (traducción adaptada del euskera).

De los datos que aporta en sus escritos se puede deducir que pertenecía a una familia acomodada, de tradición naval, y que su hermano era médico (Akesolo, 1970, 6. orr.; Salaberri, 2002, 90. orr.). En sus obras influyeron dos aspectos de su vida: por un lado, el oficio de su familia y, por otro, vivir en un pueblo de la costa. De ahí que una de sus mayores preocupaciones fuera la fe de los marineros.

Joanes Etxeberri fue un escritor que vivió en la época del florecimiento de la literatura vasca en Lapurdi y, en ese ambiente, sus obras fueron muy bien acogidas. Se conocen tres libros suyos: al primero lo tituló Manual Devotionezcoa, edo ezperen, oren oro escuetan erabilltçeco liburutchoa (Bordeaux, 1627) [Devocionario o vademécum para utilizar en cualquier momento], después se publicó Noelac eta berce canta espiritual berriac Iesus Christoren biciaren misterio principalen gañean eta sainduen ohoretan besta buruetacotz (Bordeaux, 1631) [Villancicos y otros cantos espirituales nuevos sobre los principales misterios de la vida de Jesucristo y en honor a los santos, para las principales festividades] y, finalmente, Eliçara erabiltceco liburua (Bordeaux, 1636) [Libro para llevar a la iglesia]. La mayor parte de sus obras están escritas en verso, aunque en su último trabajo también hay fragmentos en prosa.

Manual devotionezcoa [Devocionario] tuvo dos ediciones, la primera en 1627 y la segunda en 1669 (Akesolo, 1970, 6. orr.; Onaindia, 1972, 125. orr.). Además, la editorial Hordago hizo una reedición de la última edición en 1978, y Patxi Altuna preparó la edición crítica de la primera parte en 1981 (Aierbe, 2008). Este libro está escrito en verso, y tiene dos partes: en la primera el autor expone lo que debe saber el cristiano; en la segunda aparecen las oraciones destinadas a alcanzar los objetivos cristianos (Salaberri, 2002, 90. orr.). De todos modos, cada parte está dividida en subapartados y en ellos se desarrolla cada uno de los temas más detalladamente.

El libro Noelac [Villancicos] también tuvo varias publicaciones, como la edición de Burdeos de 1645, las de Baiona de 1697 y 1699 y otras cuatro o cinco ediciones más, en las que no se indica el año, impresas en casa de los Fauvet (Akesolo, 1970, 12. orr.). Este trabajo está divido en cuatro partes: en el primer apartado de la primera parte se narran los presagios de las sibilas y profetas anteriores a Jesucristo; el tema central del segundo apartado es el nacimiento de Cristo; la segunda parte trata sobre los misterios de la vida de Jesús; la tercera presenta canciones dedicadas a Dios y a los santos y la cuarta está dedicada a la alabanza de varios santos.

Patxi Salaberri indica que en esta obra, en comparación con la anterior, Etxeberri modifica y aligera el estilo tradicional de Bernart Etxepare, dividiendo en dos el habitual verso largo (8/7a) y convirtiendo el dístico en una estrofa de cuatro versos. Así sus trabajos se parecían más a los que se presentaban a los concursos de Hego Euskal Herria (2002, 91. orr.).

La tercera obra que vio la luz fue Eliçara erabiltceco liburua (1636) [Libro para llevar a la iglesia], escrita en prosa y verso. Tuvo tres ediciones, una del 1636, otra del 1665 y la última del 1666 (Onaindia, 1972, 125. orr.). Tal y como se intuye en el título, es un libro donde se pueden encontrar oraciones, confesiones, modos de enseñar la doctrina a los niños, las obligaciones de los cristianos, etc. Etxeberri dedica el libro a Bertrand de Etchaus, "famoso predicador real", tal como lo hiciese anteriormente Axularrek.

Además de esas tres obras, Oihenart menciona otra, titulada Egunorozkoa, que pudiera ser de Etxeberri, pero, al parecer, no se puede saber si se trata de una obra nueva o no, pues, según Akesolo, dentro del libro Eliçara erabiltceco liburua [Libro para llevar a la iglesia] hay un apartado con denominación similar: Egunorozko othoitz laburrak (1970, 6-7. orr.) [Oraciones breves para todos los días].

Aunque el tema principal de sus escritos fuera la religión, en sus obras se puede observar también una gran preocupación por el euskera. En Noelac [Villancicos], por ejemplo, en el apartado "Hark berak hari berari berze laudoriozko koplak", expresamente en el poema que firma Etxeberri, se mofa de Garibai y Etxabe por haber decidido escribir en castellano, a pesar de saber euskera. De todas formas, Santi Onaindia cree que, aunque ese poema se le atribuye a Etxeberri, es de un tal Claveria (1972, 125).

Ya se ha señalado que casi la totalidad de su obra está escrita en verso. Pero como advierte Patxi Salaberri, el modelo que generalmente utiliza Etxeberri no es nuevo, sino que va unido a una tradición, y es parecido al que emplea en sus obras Etxepare. No obstante, las invenciones de Etxeberri en sus poemas y los errores en la versificación merecieron la crítica de Oihenart, quien juzgó su trabajo severamente (tal como lo hizo antes con la obra de Etxepare). Sin embargo, hay que tener en cuenta que el objetivo de Etxeberri no era cumplir con unas normas estéticas, sino difundir su mensaje (Salaberri, 2002, 90-91. orr.). El comentario de Koldo Mitxelena sobre la forma de escribir de Joanes Etxeberri es claro: utiliza un estilo fácil y ameno, con tendencia al hipérbaton, un lenguaje directo y concreto con el que crea imágenes frescas y llenas de naturalidad. En todo caso, según Mitxelena, es una lástima que no hubiese escrito más en prosa (1988, 76. orr.). Curiosamente, Oihenart era de la misma opinión que Mitxelena, y puso como ejemplo las cartas escritas por Etxeberri. Sin embargo, según Akesolo, este cura de Ziburu tomó la decisión de escribir en verso pensando en los marineros.

Aunque no todos los estudiosos coinciden en la valoración de sus obras, difícilmente se puede discutir que los libros de Joanes Etxeberri tuvieron una acogida formidable entre los lectores vascos de aquella época, como lo demuestran sus reiteradas ediciones.