Poètes

Perurena, Patziku

Goizueta, 1959.

Patziku Perurena nació en Goizueta (Navarra), aunque con doce años se mudó a Leitza. Cursó sus estudios de primaria y Formación Profesional en Leitza, en castellano. Con dieciséis años empezó a estudiar Ingeniería en la Escuela Politécnica de Mondragón, pero abandonó esa carrera para cultivar la lengua, convirtiendo Leitza en su universidad (Ibargutxi, 1998, 8 orr.).

Este autor, con publicaciones de distinto género, debe su incursión en el mundo de la literatura a Joseba Sarrionandia y a Eduardo Gil Bera. Al menos así lo confiesa él mismo:

"Udaldi batez Joseba Sarrionandiak Leitzan emandako literatur ikastaro batzuengatik piztuko zitzaidan euskal literaturaganako zaletasuna; eta gero, handik urte batzuetara, Eduardo Gil Bera ezagutu nuena esker, bideratu atzera galdutako nortasuna eta izena: Patziku; artean Patxi erabili baitnuen. Geroztik beti aitortu izan dut, bi argigile bihotzeko horiekiko mirespena eta eskerra" [Un verano Joseba Sarrionandia dio unos cursillos de literatura en Leitza que provocaron mi interés por la literatura vasca; unos años más tarde, conocí a Eduardo Gil Bera, y a él debo la recuperación de mi identidad y mi nombre: Patziku; ya que hasta ese momento utilizaba el nombre de Patxi. Desde entonces, siempre he manifestado mi admiración y agradecimiento a esos mis dos guías más queridos] (EIE) (traducción adaptada del euskera).

Se estrenó en la literatura vasca en el campo de la poesía y, en total, ha publicado cuatro libros de poemas. Además de ello, en una colección preparada por Koldo Izagirre -XX. mendeko poesia kaierak [Cuadernos de poesía del s. XX]- se recoge una breve antología de Patziku Perurena.

La primera obra de este escritor goizuetarra es Joannes d'Iraolaren poema bilduma (1985) [Colección de poemas de Joannes d'Iraola]. En ella el autor aparece como editor, presentando una colección de poemas de un personaje denominado Joannes d'Iraola. El libro se divide en tres partes, siguiendo las etapas de la vida: la primera habla de la infancia, la segunda se dedica a la juventud y la última trata de la muerte. Este trabajo obtuvo en 1984 el Premio Ciudad de Irún de poesía.

El segundo libro de poemas es Emily (1987) y, en este caso, hace uso de una técnica similar a la antes mencionada. El autor se oculta tras el nombre de una poetisa, cuyos trabajos simula querer dar a conocer. Según Jon Kortazar (1987), este libro es la confirmación de la maestría de Patziku Perurena. La obra se puede entender como un pequeño homenaje a la poetisa estadounidense del siglo XIX Emily Dickinson. Consta de siete apartados y, además de algunos detalles de la biografía de Emily, contiene cartas, poemas y epigramas suyos. En todos ellos aparecen temas diversos, ya tratados en libros anteriores, relacionados con problemas literarios o con aspectos varios de la vida. Perurena consiguió el XII Premio Azkue con esta obra.

En los escritos de Patziku Perurena se puede observar, desde sus poemas iniciales, su tendencia a la armonía, por lo que, además de cuidar el ritmo y la rima, busca la musicalidad de sus poemas. Tal y como señala Koldo Izagirre, Perurena elige las palabras para que gusten al oído, precisas y ricas, tanto en los poemas destinados al canto, como en los que se proponen sólo para la lectura (2000, 8. orr.).

La tercera colección de poemas se titula Iraingo apaiz gaztearen Kantutegi zaharra (1988) [El viejo cancionero del joven cura de Irain], y en ella presenta un viejo cancionero secreto del cura de un pequeño pueblo. Los poemas escritos por el ficticio sacerdote están en grafía antigua y en la sección "Kantutegi zaharraren historiala" [Historial del viejo cancionero] Perurena hace de editor, para reforzar la credibilidad de la obra.

En su último libro de poemas, Isileko kantak (1993) [Canciones en silencio], busca, una vez más, la armonía, así como la expresión de conceptos de una manera simbólica, mezclándolos, muchas veces, con sensaciones producidas por la naturaleza. Lo cierto es que en los trabajos de este autor siempre está presente su afición-pasión por la naturaleza. Tal y como Jon Kortazar ha sugerido en alguna ocasión, Perurena hace surrealismo basándose en imágenes tomadas de la tradición vasca (apud Ibargutxi) y, en ese sentido, se podría decir que es admirador de Orixe.

Además de poesía Patziku Perurena ha escrito varios ensayos, el primero lleva como título Harripilatan ezkutatzen zeneko apo tipiaren burutazioak (1990) [Las ocurrencias de un pequeño sapo que se escondía bajo un montón de piedras]. En este trabajo, y a través de la voz del sapo, el autor hace una crítica a la sociedad occidental y a su moral.

En su segundo ensayo, sin embargo, cambia totalmente de temática. La obra Koloreak euskal usarioan (1992) [Los colores en la tradición vasca] trata del significado de los colores en la literatura vasca oral y escrita. Por otra parte, su trabajo Euskarak sorginduriko numeroak (1993) [Los números embrujados del euskara] recibió el Premio Ciudad de Irún de ensayo. En él reflexiona acerca del sentido otorgado por la literatura popular a los números y, para ello, emplea varias fuentes, entre las que se encuentran las comunicaciones orales recogidas personalmente y la documentación escrita. El último capítulo del libro -"epilogo modura" [a modo de epílogo]- se lo dedica a Joseba Sarrionandia, y le da las gracias por haberle enviado desde alguna parte del mundo el artículo que él necesitaba para completar su libro (1993, 353. orr.).

Ese mismo año Perurena publicó Marasmus Femeninus: Joanaren gutun zaharrak (1993) [Marasmus Femeninus: las antiguas cartas de Joana]. Tal y como anuncia el título, el libro lo constituyen las cartas que escribe Joana a su amiga María. Una vez más utiliza esa técnica en la que el autor se convierte en editor, y publica la correspondencia que mantuvo María, su novia en tiempos de juventud, con Joana, amiga de ambos (1993, 8).

El siguiente en ver la luz fue el libro titulado Leitzako errege-erreginak (1996) [Los reyes de Leitza]. El hecho de vivir en Leitza y el haber tenido la oportunidad de trabajar con gente mayor hicieron posible este trabajo, basado en historias contadas por la gente del pueblo. Después se interesó por la dialectología y escribió, junto con Juan José Zubiri, el estudio Goizueta eta Aranoko hizkerak (1999) [Las modalidades lingüísticas de Goizueta y Arano]. En dicho trabajo detallan las características lingüísticas y etnolingüísticas de los pueblos mencionados.

Años más tarde publicó el ensayo Dakiguna ikasten (2007) [Aprendiendo lo que sabemos], donde recogió reflexiones escritas a lo largo de siete u ocho años. En el último capítulo, "Itzulbiderako aztarren batzuk" [Indicios para el camino de vuelta], y también en algunos de sus propios pensamientos, aparecen ideas tomadas de varios filósofos (Heráclito, Epicteto, Nietzsche...), de algunos conocidos autores de las letras vascas (Oihenart, Mogel, Mitxelena, Lete, Izagirre, Uribe etc.) y de escritores en otras lenguas. El autor mezcla reflexiones y narraciones de forma libre, y se atreve con cualquier tema, incluso con la etimología de algunas palabras (véanse, si no, los siguiente capítulos: "Uku, ukabil, okil..", 42-46. orr., o "Ogia, artoa, harroa, harjoa...", 84-87. orr.).

Su investigación acerca de la canción "Trabukoren kanta" fue la base de su siguiente libro, Goizuetan bada gizon bat: Trabukoren kantako misterioak (2010) [En Goizueta hay un hombre: los misterios de la canción de Trabuko]. En él el autor presenta las conclusiones de su trabajo de documentación para esclarecer los acontecimientos que se cuentan en el poema, ofreciendo fotos de lugares y varios manuscritos. Al final de la obra, como complemento a su investigación, se añade el apartado de Agustin Mendizabal "Berdabioren bertso doinuak", donde se transcriben diferentes versiones de la canción.

Además de libros de poemas y ensayos, Patziku Perurena ha escrito muchos artículos periodísticos. Muestra de ello son los siguientes tres libros, fruto de una selección de los mismos: Zurian zirika (1995), Etorrerakoak (1998) y Trapuan pupua (2001). En el primero reunió unos 74 artículos cortos, de diferente temario (bersolarismo, deportes, iglesia, etc.). En el segundo, publicó 62 artículos del Diario Vasco, donde hablaba de temas ya trabajados anteriormente (feminismo, cristianismo, naturaleza, la elite vasca de Donostia, etc.) y también recopiló en él documentación, tanto oral como de archivo, referente a Leitza, Berastegi, Goizueta, Areso, etc. El último libro está compuesto por 152 artículos publicados en el suplemento "Nafarkaria" del periódico Euskaldunon egunkaria. De toda su trayectoria periodística es de destacar el Premio Rikardo Arregi que recibió en el año 1991 por sus publicaciones en el suplemento "Zabalik" del Diario Vasco.

En todos sus poemas, ensayos y artículos Perurena expresa sus pensamientos e ideas en un euskera bello, elegante. No obstante, su tendencia a exponer sus reflexiones de un modo directo, lejos de todo rodeo, le ha supuesto algún que otro enfrentamiento con quienes discrepan de sus planteamientos. Además, tal y como él mismo lo confiesa en una entrevista realizada por Juan Luis Zabala, nunca ha pertenecido a grupo literario alguno y siempre se ha considerado como un escritor que trabaja en su rincón y en la intimidad (Zabala, 2010). Pero del mismo modo ha declarado explícitamente, y también a través de sus trabajos, que, desde esa posición, siente una conexión especial con la naturaleza. En este sentido, Koldo Izagirre califica su obra como un gran canto a una Naturaleza que nuestro ruralismo no alcanzó a descubrir (2000, 7. orr.).