Metteurs en scène

Armendáriz Barrios, Montxo (version de 2008)

Director de cine navarro nacido en Olleta en 1949. Es uno de los cineastas más importantes surgidos del cine vasco de los ochenta.

Estudió electrónica. En los años setenta alternó la docencia con trabajos relacionados con la electrónica, la lucha antifranquista (militó en el Movimiento Comunista de Euskadi) y su afición al cine. Su encuentro en 1977 con la Asociación de Cineastas Vascos fue fundamental en su carrera. Allí conoció a Fernando Larruquert o a Javier Aguirresarobe, cineastas fundamentales en su posterior trayectoria artística.

Su primer corto, Barregarriaren dantza (1979), una denuncia de la manipulación humanas con evidentes guiños vasquistas, le dio premios como el Mikeldi de Plata y el Primer Premio del Cine Vasco en el Certamen Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (1979). Después llegó Ikusmena (1980) ejercicio de estilo basado en la mirada en el que volvía a denunciar la falta de libertad. Con él ganó el Primer Premio del Cine Vasco en el Festival de Bilbao (1980).

En 1981 realizó un corto de la serie Ikuska sobre la Ribera navarra y el documental etnográfico Nafarrako ikazkinak /Carboneros de Navarra. Con esta obra, además de ganar el Gran Premio del cine vasco en el Festival de Bilbao, conoció a Anastasio Ochoa, el carbonero que inspiró su primer largometraje Tasio (1984). Este film, obra fundamental junto a La muerte de Mikel del cine vasco de los ochenta, le proporcionó fama y popularidad. El relato sobre el carbonero aferrado a la naturaleza y amante de su independencia era un honesto homenaje a la libertad resuelto con una factura técnica excepcional que sacaba un partido extraordinario a recursos cinematográficos como la elipsis o el fuera de campo. Logró numerosos premios y el apoyo total de crítica y público. Su siguiente película, 27 horas (1986), hermosa y desolada propuesta sobre la falta de perspectivas de un sector de la juventud vasca, ganó premios como la Concha de Plata del Festival de San Sebastián en 1986 o el Premio a la Mejor Película en el Festival de Montpellier. Las cartas de Alou (1990), crónica del racismo cotidiano que han de padecer los emigrantes al llegar al mundo desarrollado, fue galardonada con la Concha de Oro del Festival de San Sebastián en 1990 y logró otros premios como el Goya al Mejor Guión y el Goya a la Mejor Fotografía. Historias del Kronen (1994) supuso un cambio de registro en su cine porque se aproximó a posturas menos sobrias y pudorosas aunque en el fondo también en este largometraje hay un anhelo, presente en toda su filmografía, por la libertad del individuo. La película obtuvo el premio Goya al Mejor Guión Adaptado. Con Secretos del Corazón (1997) Armendáriz volvió al espíritu de Tasio. De nuevo temas como el ansia de libertad y el desprecio por la manipulación de los seres humanos se hacían presentes en esta hermosa obra centrada en el paso de la niñez a la madurez. El nuevo estreno fue acogido con entusiasmo. Obtuvo el Premio Ángel Azul a la Mejor Película Europea en el Festival de Berlín, cuatro Goyas y la nominación al Oscar a la Mejor Película Extranjera, entre otros galardones.

Llegó entonces el momento del reconocimiento generalizado. A partir de 1998 se sucedieron los premios y homenajes. El Gobierno de Navarra le concedió el Premio Príncipe de Viana. La Semana de Cine Vasco de Vitoria rindió homenaje a su obra. El Festival de Cine de Baiona, en su segunda edición, dedicó una retrospectiva a su obra exhibiendo todos sus largometrajes. Finalmente fue galardonado con el Premio Nacional de Cinematografía. Su carrera, en todo caso, siguió deparando logradas obras artísticas. En 2001 estrenó Silencio roto una verdadera obra maestra centrada en la quijotesca lucha del maquis por derribar el régimen de Franco en la que Armendáriz se encargó de la dirección, del guión, e incluso de la producción, siendo en ese sentido, su proyecto más personal hasta la fecha. El tono sobrio y lírico, la emoción que inunda cada plano del metraje, la resolución técnica impecable y de nuevo el sentido canto a la libertad, colocan a esta película en lo más alto de su interesante filmografía. La crítica se rindió nuevamente y obtuvo premios importantes como el Premio Jules Verne, máxima distinción del Festival de Cine Español de Nantes y cuatro Premios "El Mundo" al Cine Vasco.



Mientras, siguieron sucediéndose los homenajes. En 2001, en el marco del Festival de Cine de San Sebastián, la Asociación de Productores Vascos le concedió el Premio Ama Lur y el Festival de Nueva York dedicó una retrospectiva de su obra en el Lincoln Center. Recibe en 2002 la mayor distinción del Festival de Cine Español de Nantes, el premio Julio Verne 2002, por Silencio roto. En julio de 2005 es homenajeado en el Festival de Cine de Guadalajara (Fescigu) y en septiembre estrenó Obaba, una compleja y arriesgada aproximación al universo de Obabakoak, la genial novela de Bernardo Atxaga. El realizador de Olleta logró lo más difícil, dar una unidad coherente a los diversos relatos de la novela captando el espíritu de la obra literaria. Obaba fue seleccionada por la Academia Española para optar al Oscar de película de habla no inglesa y logró tres Premios "El Mundo" al Cine Vasco y el Premio a la Mejor Película de la Association of Entertainment Critics de Nueva York.

2008 y 2009 fueron también años de reconocimientos, premios y homenajes. En 2008 Armendáriz recibió el premio "Cine y Valores Sociales 2008" otorgado por la FAD, EGEDA, FAPAE y la Academia de Cine, el Premio Ciudad de Astorga 2008 (en el Festival de Cine de Astorga), el premio 4D del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro y el Premio Manuel Lekuona de Eusko Ikaskuntza. Éste último fue creado en 1983 y reconoce a aquellas personalidades de la cultura vasca cuya obra total sea de significado interés. La obtención de este galardón conlleva la publicación de una bio-bibliografía de la persona premiada. Así, Eusko Ikaskuntza editó el libro de José Luis Rebordinos y Jesús Angulo Montxo Armendáriz. En 2009 el Instituto Navarro de las Artes Audiovisuales y la Cinematografía dedicó, en el 25 aniversario del rodaje de Tasio, un homenaje a la película que incluyó una comida popular entre cineastas y vecinos de Bakedano -uno de los lugares de rodaje- una exposición, una gala homenaje y la edición de un libro conmemorativo titulado Tasio 25.

En 2010 la Universidad Pública de Navarra nombró a Montxo Armendáriz Doctor Honoris Causa por sus "méritos relevantes" en el campo de las artes.