Udalak

VILLAVA/ATARRABIA

Apuntes históricos.
Impresiones de Louis Lucien Lande, publicadas en su Trois mois de voyage dans le Pays Basque, a su llegada a Villava (Navarra) procedente del puerto de Belate, en 1877:

La última aldea que se encuentra en el descenso es Villava; se compone de una calle única, estrecha y larga, que sigue la ruta; a derecha e izquierda techos enormes, proyectados en saliente, parecen querer juntarse y forman como un velum sobre la calzada; algunas casas, más adornadas, pregonan orgullosamente lujosa decoración de florones, follajes, divisas y medallones agrupados y compuestos en el estilo propio de los artistas del renacimiento en la época en que España, rica con el oro del Nuevo Mundo, dueña incontestable de la mitad de Europa, invitando a las bellas artes a que testimoniaran su opulencia, se cubría de palacios. Pero este villorrio se halla situado lo más desfavorablemente a unas cuatro millas de una gran villa fortificada, y como quien dice en la zona militar; así ha sufrido mucho en las dos guerras carlistas. Un escuadrón de lanceros se encuentra instalado allí por el momento; los caballos que van al abrevadero, asustados al paso de la diligencia, relinchan, se encabritan y sueltan terribles coces contra zócalos y balaustres delicadamente esculpidos, y, encima, soldados chocarreros, mostrando en los huecos de las ventanas su cabeza rapada y su busto en camisa, cuelgan prosaicamente en pasamanos de hierro forjado las piezas de su equipo ecuestre que están ocupados en limpiar. Repentinamente, cambia la decoración: aparece un llano inmenso cercado al horizonte por altos montes grises y despojados en que ligera bruma esfuma las vertientes: es la cuenca de Pamplona.

Datos relativos a la papelera La Navarra, de Villava (Nav.) aportados por Juan Mañe y Flaquer en su obra El Oasis. Viaje al país de los fueros (Barcelona, 1878).

En pocos minutos el carruaje nos llevará de Burlada a Villaba, pueblecito situado al pie del monte de Miravalles, que han hecho famoso las baterías que allí pusieron los carlistas, durante la última guerra civil, para enviar granadas a Pamplona. A la entrada de dicho pueblo, en la margen derecha del río Ulzama, y sirviéndose de sus aguas, se levanta la grandiosa fábrica de papel continuo La Navarra, propiedad de la señora viuda de Ribed e hijos, fundada en 1847. La habitación de los dueños, los edificios, los patios y demás dependencias, ocupan casi tanta extensión como el resto del pueblo: es una verdadera población junto a otra población.

El salto de agua que da movimiento a sus máquinas tiene nueve metros de desnivel, y la presa, de roca natural, es la estribación del monte Escaba y del de Miravalles, y tiene una fuerza de 200 caballos de vapor, durante ocho meses, y de 50 próximamente, durante el verano. El canal que conduce el agua desde la presa a la fábrica, tiene 300 metros de longitud, y va sostenido por pilarones de mampostería y armazones de madera.

Cuando se montó la fábrica se adoptaron todos los adelantos de la industria en aquella época, pero después se han introducido en ella diferentes modificaciones, para sostenerla siempre al nivel de los progresos de esta industria. En 1872, se llevó a cabo una de las principales reformas, que consiste en la construcción de una nueva fábrica, aneja a la antigua, destinada a producir pastas mecánicas de madera, según el sistema Walter (alemán), la que, con una fuerza de 50 a 60 caballos, elabora cada veinticuatro horas 700 kilogramos, que se emplean, mezclándolos con pastas de trapo, en la fabricación de papel de imprenta.

La fábrica de papel cuenta con diez y seis cilindros para picar trapo y refinar pastas, una máquina para hacer papel de 1 metro 80 centímetros de ancho, y los demás accesorios, como ligadores rotativos, lizas, prensas, etc., etc.

La producción media anual es de 430,000 kilogramos de papel de todas clases, pero más especialmente del ordinario de impresión para periódicos. No obstante, esta fábrica sabe y puede hacerlo de superior calidad, como lo indica el que ha hecho por encargo nuestro para la impresión de EL OASIS. Los productos de esta fábrica han sido premiados con medalla de oro en las Exposiciones de Madrid de 1850, y de Bayona de 1864, y con la medalla de mérito en la de Viena de 1873. Se ocupan en la fabricación de papel y de las pastas ochenta hombres y setenta mujeres.

La habitación particular de la familia Ribed es una hermosa quinta, con sus parques y jardines, admirablemente cuidados, con habitaciones amuebladas con lujo y gusto exquisito, donde el viajero puede admirar objetos de arte y preciosos libros, elegantemente encuadernados, que revelan la ilustración de su dueño, quien ha viajado mucho y con provecho. La Navarra es un establecimiento que honra a Navarra, que honra a España y honra a su dueño, que ha sabido ponerla a la altura de los primeros establecimientos de su género en los países más adelantados.

Datos relativos a la papelera La Navarra, de Villava/Atarrabia (Navarra), aportados por Juan Mañé y Flaquer en su obra El Oasis. Viaje al país de los fueros (Barcelona, 1878).

En pocos minutos el carruaje nos llevará de Burlada a Villaba, pueblecito situado al pie del monte de Miravalles, que han hecho famoso las baterías que allí pusieron los carlistas, durante la última guerra civil, para enviar granadas a Pamplona. A la entrada de dicho pueblo, en la margen derecha del río Ulzama, y sirviéndose de sus aguas, se levanta la grandiosa fábrica de papel continuo La Navarra, propiedad de la señora viuda de Ribed e hijos, fundada en 1847. La habitación de los dueños, los edificios, los patios y demás dependencias, ocupan casi tanta extensión como el resto del pueblo: es una verdadera población junto a otra población.

El salto de agua que da movimiento a sus máquinas tiene nueve metros de desnivel, y la presa, de roca natural, es la estribación del monte Escaba y del de Miravalles, y tiene una fuerza de 200 caballos de vapor, durante ocho meses, y de 50 próximamente, durante el verano. El canal que conduce el agua desde la presa a la fábrica, tiene 300 metros de longitud, y va sostenido por pilarones de mampostería y armazones de madera.

Cuando se montó la fábrica se adoptaron todos los adelantos de la industria en aquella época, pero después se han introducido en ella diferentes modificaciones, para sostenerla siempre al nivel de los progresos de esta industria. En 1872, se llevó a cabo una de las principales reformas, que consiste en la construcción de una nueva fábrica, aneja a la antigua, destinada a producir pastas mecánicas de madera, según el sistema Walter (alemán), la que, con una fuerza de 50 a 60 caballos, elabora cada veinticuatro horas 700 kilogramos, que se emplean, mezclándolos con pastas de trapo, en la fabricación de papel de imprenta.

La fábrica de papel cuenta con diez y seis cilindros para picar trapo y refinar pastas, una máquina para hacer papel de 1 metro 80 centímetros de ancho, y los demás accesorios, como ligadores rotativos, lizas, prensas, etc., etc.

La producción media anual es de 430,000 kilogramos de papel de todas clases, pero más especialmente del ordinario de impresión para periódicos. No obstante, esta fábrica sabe y puede hacerlo de superior calidad, como lo indica el que ha hecho por encargo nuestro para la impresión de EL OASIS. Los productos de esta fábrica han sido premiados con medalla de oro en las Exposiciones de Madrid de 1850, y de Bayona de 1864, y con la medalla de mérito en la de Viena de 1873. Se ocupan en la fabricación de papel y de las pastas ochenta hombres y setenta mujeres.

La habitación particular de la familia Ribed es una hermosa quinta, con sus parques y jardines, admirablemente cuidados, con habitaciones amuebladas con lujo y gusto exquisito, donde el viajero puede admirar objetos de arte y preciosos libros, elegantemente encuadernados, que revelan la ilustración de su dueño, quien ha viajado mucho y con provecho. La Navarra es un establecimiento que honra a Navarra, que honra a España y honra a su dueño, que ha sabido ponerla a la altura de los primeros establecimientos de su género en los países más adelantados.