Lexikoa

VASCONGADO

La caída en desuso. El uso tradicional de la voz b/vascongado para designar al vascoparlante está nutridamente atestiguado todavía por la documentación del primer tercio del s. XX. "Aun hoy -comenta Mañaricúa (1977)- esa significación (lingüistica) perdura en el pueblo de habla vasca. Hace unos años llegué a tomar posesión de destino a un pueblo alavés situado en la frontera entonces de los dominios lingüisticos vasco y castellano. Me preguntaron: ¿Es Ud. vascongado? Sabían que era vizcaino; querían averiguar si hablaba vascuence". Pero, con la expansión del nacionalismo aranista la voz se verá sometida a las leyes de la parcialidad. Sabido es que Arana-Goiri rechazó las voces románicas vasco, vascuence, vascongado, Vasconia sustituyéndolas por palabras -existentes o neológicas- derivadas de eusk-. Así, escribe refiriéndose a sí mismo en 1885: "el autor de estos artículos no emplea jamás estas palabras en sus escritos. Al idioma lo llama con el nombre propio euskera, con que lo denominan los naturales, y de aquí forma los vocablos euskeráfilo, euskeráfobo, euskeralogía y el nombre nacional Euskeria, de euskera y uri o iri-a (el pueblo). Lo que pertenezca al Euskera se llamará euskérico; lo peculiar de Euskeria será euskeriano." En el clima de áspera controversia política en el que se enfrentarán el nacionalismo vasco y el tradicionalismo, incluido el jingoismo español de comienzos del siglo, la polarización era inevitable. Respecto a la desafección que experimentaron determinados grupos hacia el término, escribe Michelena (1984: 15) que "desde hace algún tiempo, al menos desde finales del siglo pasado (s. XIX) a juzgar por los escritos de Arana Goiri, hay miembros de nuestra comunidad a quienes parece sonarles mal, casi a injuria, tanto vascuence como vascongado. "Para quedarnos en lo que va de siglo y poco más -añade- es un hecho que (no con toda razón, como expongo después) tanto vascuence como vascongado, pero sobre todo vascongado, han ido saliendo del uso; también lo es que esa pérdida, por decirlo así natural, ha tratado de ser compensada por medios artificiales; en otras palabras, coactivos e impositivos. A pesar de esto, la tendencia ha progresado de tal manera que hoy -y la cosa viene de años atrás- no se dice en la práctica más que vasco, y esto dentro y fuera del País; vascongado es poco más que un arcaismo salvo acaso en zonas reducidas donde se mantiene como término tradicional." Tal desafección se produce por parte del nacionalismo vasco y ello en el contexto de su contraposición al monarquismo vizcaino que llegó a hacer del vascongadismo su bandera: "el rechazo se debe sin duda al empeño de algún grupo, cuyo foco local no andaría lejos de Bilbao, de contrariar por sistema las inclinaciones generales, de ir a contrapelo con una aparatosa ostentación de "vascongadismo", donde vascongado, descifrada la sencilla clave, venía a ser no vasco, sino hasta lo contrario y lo enemigo de vasco." Esta parcialización de vascongado se acentúa durante la Dictadura de Franco, etapa en la que la voz pierde sus primitivas connotaciones y cae en desuso.