Sailkatu gabe

VALLE DE RONCAL - ERRONKARI (HISTORIA)

Guerra de Sucesión (1701-1715). Dieciocho años más tarde circulaban rumores del mal estado de salud del rey de España Carlos II y IV de Navarra, muriendo y dejando por heredero del trono al duque de Anjou, nieto de Luis XIV y pariente de don Juan de Albrit, último rey de Navarra; pero el Archiduque de Austria, que aspiraba al trono de España, no se conformó con el testamento. Empezó la guerra civil, formándose dos ejércitos, uno al mando del francés Felipe V y el contrario al del propio Archiduque de Austria, apoyado este último por Cataluña y Aragón. Navarra tomó el partido del francés y con ella el valle del Roncal, por lo que el Valle tenía los enemigos en la puerta y estaba obligado a pelear. Cincuenta roncaleses resistieron encerrados en el castillo de Berdún (del reino de Aragón), no pudiendo rendirlos los partidarios del Archiduque de Austria. Retirados más tarde los roncaleses de Berdún, «envió el Valle quinientos hombres con sus oficiales al mando del Marqués de Saluzo, Mariscal de Campo, Comandante de las fronteras del Reino, y a sus esfuerzos se debió la rendición de Berdún y su Castillo. Poco después, invadiendo los rebeldes las fronteras de los valles de Arabués, Hecho y Ansó, corrieron armados, todos los roncaleses contra esta nueva hostilidad, y no sólo la reprimieron y rechazaron, sino que luego, juntándose con algunas tropas del Rey, penetraron victoriosos por dichos valles, expelieron de ellos a los rebeldes y se logró así la resolución de muchos lugares hasta Bailo; procediendo en todo esto con espíritu tan valiente como generoso, pues sobre desempeñar estas expediciones a expensas propias, no quisieron aprovecharse del pillaje que se hizo en ellas, cediendo su parte a las tropas arregladas». «Asistieron en la campaña siguiente a la defensa del valle de Ansó, y poco después, sabiendo que el enemigo había bloqueado a Jaca y su castillo, acudieron trescientos roncaleses voluntariamente a su socorro, dejándose arrebatar sólo del impulso que daba a sus corazones el amor y celo por el real servicio; y en un encuentro que en el campo de Santa Cecilia tuvieron con los rebeldes se portaron con increíble valor, siendo de los primeros que avanzaron. También en el sitio y toma de Ejea de los Caballeros se portaron con igual valor y siempre manteniéndose a su costa». Así mismo contribuyó el Valle con una compañía de cincuenta hombres con sus oficiales a la defensa y guarnición de Sangüesa, a la conquista de Uncastillo y de Luesia, a la defensa de Berdún, de Salvatierra y Sádaba y siempre a su propia costa. «Fueron, finalmente, durante aquella guerra, que tantas veces pretendió fatigar la impertubable lealtad de Navarra, tan importantes los servicios de los roncaleses para la conservación y honor de la Real Corona y merecieron tan alta estimación del señor Virrey Don Fernando de Moncada, que les juzgó por muy dignos de la regia memoria de la Majestad de Don Felipe V, y así les participó un informe honorífico de todos ellos, para que se sirviese tener presente el celo y el amor de tan leales vasallos merecedores de la soberana atención y benignidad de la Majestad. Esta carta de Don Fernando de la Moncada existe archivada en el valle de Roncal, y fue motivada por la entrada de los miqueletes en el Valle, y de la manera que los desbarataron.