Fundación de San Felipe de Montevideo (1726). La ciudad fue fundada por el durangués Bruno Mauricio de Zabala, capitán general y Gobernador de las provincias del Río de la Plata desde 1717, para salir al paso de las ambiciones portuguesas e inglesas. El 19 de febrero de 1724, siguiendo sus órdenes, el capitán Pedro Millán realizó el empadronamiento de los vecinos, el plano de la ciudad y el reparto de cuadras, solares y tierras para "chacras", versión americana de los huertos. Entre sus adjudicatarios aparecen los siguientes de origen vasco: Luis Sosa, Bernardo Gaitán, Cristóbal de Añasco, Juan de Vera, Ambrosio Mardones, Joaquín Mendieta, etc. En 1726 señaló su término y jurisdicción. En 1729 se estableció el primer Cabildo o Ayuntamiento. Las fortificaciones -levantadas por los colonos y varios millares de indios guaraníes adoctrinados por los jesuitas- fueron dotadas con 300 cañones en sus murallas.
La población estaba constituida por ganaderos, artesanos y militares. No tuvo catedral -sólo dos iglesias- ni palacios y su principal materia prima fue el cuero en casas y techumbres (edad de cuero), incluso las brechas de las murallas llegarían a ser tapadas con cuero. Debemos al pintor de origen donostiarra Manuel Besnes Irigoyen una serie de acuarelas sobre el Montevideo resultante. Muchos de sus alcaldes fueron vascos de origen o de nacimiento: Miguel Miguelena, Domingo Mendoza, Francisco Alcíbar, Francisco Pagola, Juan Achúcarro, J. Mª Ayala, Miguel Barroeta, Pedro Irurita, Pedro Barrenechea, José Elizondo. Una estatua ecuestre de Zabala recuerda al fundador durangués que supo llevar con garbo el antebrazo de plata que sustituyó al natural perdido en la guerra de Sucesión (1707).