Pintoreak

Urrutia Olaran, Jenaro de

Pintor. Nacido en Plentzia en 1893 y muerto en Bilbao el 2 de enero de 1965.

Estudió en la Escuela de Artes y Oficios bilbaina, pasando más tarde a París y Roma, pensionado por la Diputación de Bizkaia durante 4 años. Hasta 1936 realizó la mayoría de sus exposiciones en la Asociación de Artistas Vascos, que presidió entre 1926 y 1929.

Pintor representativo de la Escuela Vasca, en la línea "italianizante" de Arteta, destacó como muralista, paisajista y autor de bodegones y escenas costumbristas. Como muralista, son de reseñar sus obras en las iglesias de San José de Barakaldo, Buen Pastor de Lutxana y en el santuario de Santa Marina de Bilbao. Sus paisajes son preferentemente portuarios (Ondarroa, Mutriku, Lekeitio, Elantxobe), aunque también pintó paisajes del interior bizkaino y de la Rioja Alavesa. Además de sus naturalezas muertas, especialmente floreros, su obra más representativa son sus desnudos y escenas populares. Así, Barrenadores de Bizkaia, El amaiketako, Mujeres del campo, Gazkeak landean, Descansando, Aldeana con manzanas y varias con el título de Bañistas.

Entre los retratos, amén de los familiares, el de Gabriel Artiach.

Como dibujante, las series realizadas durante su estancia en Marruecos, expuestos en la Asociación de Artistas Vascos en 1934.

Como diseñador realizó portadas de libros; así Virulo de Ramón de Basterra (1924) o Vida y paisaje de Bilbao de Zunzunegui (1926).

Poseen obra suya entre otros, los museos de Bellas Artes de Bilbao y de Vitoria.

Juan de la Encina (Madrid, 1925), lo ve así:

"La pintura de Jenaro Urrutia tiene orientación moderna, es decir, tiene tendencia constructiva y colorista. Sin duda se ha formado este artista en el estudio de los maestros franceses modernos -la influencia de Gauguin y de algunos pintores actuales es evidente en su obra-; pero, sin duda, esos mismos maestros le han llevado al estudio de los clásicos italianos. Urrutia, como Arteta, en el que, sin duda ha pensado en algún momento, italianiza de manera delicada y saludable (...). Urrutia es un colorista. Sus obras impresionan, pues, principalmente por la robustez de su dibujo y por el sentimiento del ritmo -sentimiento muy italiano- en la composición. En este punto aparece su veta y sus estudios clásicos".

Ignacio Catalán (Bilbo, 1926):

"Urrutia es (...) cerebral. Aranoa pinta con un ímpetu incontenible, pero jamás desordenado. Compone, como el primero, magníficamente, y tiene la audacia de quien está seguro de sus facultades. Ningún problema pictórico le arredra. Se caracteriza por no eludirlos, como otros hacen con habilidad. Los resuelve con franqueza y, poseedor de una técnica difícil de adquirir, los resuelve para fortuna de los ojos".

Joaquín de Zuazagoitia (Bilbo, 1928):

"La preocupación intelectual lleva a nuestro pintor a ejercer una especie de esterilización del color, el elemento más sensual de la pintura. De ahí que el óleo adquiera en su mano frialdad y delicadeza de fresco. La luz, elemento romántico de la pintura, no penetra haciendo diabluras en estos lienzos. Nada de luz externa que pueda hacer juegos equívocos de masas de luz y sombras; la luz que ilumina esta pintura es la luz fría y abstracta de la inteligencia. Nada de contornos anegados en la atmósfera; el contrario, escuetos perfiles, que permiten al tacto controlar la exactitud visual. En la intelección pictórica de Urrutia todo queda convertido en puro esquema pictórico. Así que entre la realidad y la pintura de Urrutia existe la misma relación que entre un compuesto orgánico y su fórmula estructural".

Joaquín Adán (Bilbo, 1930):

"Jenaro Urrutia ha dejado en sus cuadros aquello que es esencialmente sustancial, lo que equivale a decir que a forma física de las cosas está dignificada por su contenido espiritual. Así estas muchachas y estos paisajes (...). Jenaro Urrutia ha llegado a una simplicidad impresionante. (Mala palabra, cercana a "impresionismo", casi siempre fraude estético. No. Impresionante por su perfección). Rehuye todo elemento superfluo. El paisaje y el mar tienen la suma mínima de esos detalles que son como rótulos descriptivos. (En el mar, un barquito lejano; en el campo, una vaquita). Nada de eso. Mar y campo; interiores y personajes pintados sólidamente, con un relieve formidable, con una fuerza excepcional de planos y volúmenes. Los tonos grises son la expresión fundamental en el color. Color también de sobriedad. Este dominio de la sencillez, de la estilización, no puede sorprendernos".

Álvarez Emparanza (Pintura Vasca Contemporánea, Donostia, 1978):

"Jenaro Urrutia es la delicadeza cromática por antonomasia. Si se ha dicho que la Pintura Vasca se caracteriza por la suavidad de gamas en grises, verdes y azules, Urrutia no solamente recoge y refleja esta característica de nuestra pintura, sino que añade al cromatismo de su paleta la sensibilidad y riqueza colorista de una luminosidad vibrante pero habiendo pasado por el suave tamiz de una suave sordina; no es una contradicción sino el acierto de conjugar la luminosidad con la sobriedad colorista. Por otra parte, su estilo prescinde siempre de virtuosismos.