La Parroquia de San Martín, protogótica, del siglo XIII, tiene una sencilla planta de nave única con cuatro tramos más cabecera semicircular y coro alto a los pies del s. XVI a la que se añade un siglo después una capilla de planta rectangular y cubierta de medio cañón con lunetos, más la sacristía. En el exterior, de buena sillería, destaca la cabecera por su riqueza decorativa con elementos que se incluyen dentro del estilo románico tardío influenciado por el Císter, la portada apuntada del s. XIII y la torre de este mismo siglo pero remodelada en el s. XVII. Pasando al interior, una pila bautismal gótica, en el sotocoro, del siglo XIII. Dos retablos en la capilla lateral, uno barroco presidido por un Crucificado renacentista de comienzos del XVII acompañado por una Dolorosa de candelero. El otro, de fines del XVI, tiene el banco decorado con relieves que representan el milagro de San Miguel en el monte Gárgano. Excepto la de la Virgen titular, todas las tallas son contemporáneas del retablo y conservan la policromía primitiva en las orlas de los ropajes y en los fondos paisajísticos. De la misma época que el último citado es la traza del retablo mayor, con banco decorado por relieves, dos calles y un tercer cuerpo a manera de ático. Se suceden respectivamente los siguientes temas relivarios: Pasión de Cristo, los cuatro Evangelistas en el primer cuerpo y en el segundo escenas de la vida de la Virgen. Esta iconografía es de transición entre un tardío plateresco y el Renacimiento puro, con influjos julianos en tipos y composiciones. Entre las piezas de orfebrería destaca la gran cruz procesional de plata dorada, bajorenacentista, de buena factura y rico lenguaje decorativo e iconografía en medallones y crucero. Manuel Ximénez dora la cruz en 1740. Las demás obras de orfebrería datan de hacia 1800. La Ermita de Nuestra Señora de la O de comienzos del XIX, está presidida por un retablo renacentista con ático del XVII a manera de entablamento jalonado por modillones donde asienta un frontón partido, entre volutas. En la plaza se alza la mansión de los Salinas, casa señorial del s. XVIII con primer cuerpo de sillería y segundo de sillerejo con cadenas angulares de sillar. Conserva gran puerta de medio punto descentrada con potente dovelaje. Se culmina con alero de madera sobre ménsulas. En la fachada, escudo recocó de piedra de la misma época, sobre mascarón inferior, entre leones portantes y timbrado por yelmo. Destaca también el corral del Mayorazgo, inmueble del s. XVI de sillarejo con puerta descentrada de potente dovelaje que exhibe en su clave un escudo cuartelado por cruz y orlado de aspas. Subiendo, encontramos la casa del Mayorazgo, del s. XVI y reformada en el XVII. Consta de dos cuerpos y ático, separados por una faja lisa. En dos balcones se aprovechan dinteles del s. XVI decorados con relieves de granadas y escudo de la época en el centro. En la fachada se sitúa un escudo del s. XVII sobre mascarón inferior, entre cabezas de leones y hojarasca y yelmo por timbre. En la fachada de un edificio moderno, la corraliza de los Salinas, se observa un escudo de piedra del s. XVII con orla de aspas y yelmo por timbre. El n.o 22 de la c/ Mayor corresponde a una casa del s. XVI con dos cuerpos y ático de sillarejo sobre basamento de sillería. En el dintel del arco de ingreso se adosa un escudo de la época con campo cortinado. El edificio contiguo es semejante al anterior, pero muy transformado. El dintel de una ventana superior luce un pequeño escudo de la época con el anagrama de Cristo (Ref. C. M. N., M. de Estella).