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TUDELA (PATRIMONIO ARTISTICO Y MONUMENTAL)

Vestigios romanos. Salvo la villa romana de Soto del Ramalete, pocos restos han perdurado de la época romana, pródiga en estas tierras como lo atestiguan noticias de guarniciones y fortificaciones en las alturas junto al Ebro (v. HIST.) En el siglo XIX aún se conservaban tramos de calzada romana en el término de Traslapuente. Las prospecciones de 1986 en torno a La Magdalena descubren un nivel romano fechable en los siglos II-III. En las excavaciones efectuadas en 1996, se hallaron, por otra parte, de nuevo restos romanos en la c/ Carnicerías, que demuestran la amplitud de un asentamiento no sólo militar, pues esta ubicación corresponde al centro del casco histórico tudelano. Del magnífico conjunto de la villa rústica de Soto del Ramalete destacan los mosaicos (de los siglos IV-V después de Cristo) del Vestíbulo, el de la habitación conocida técnicamente como n.º 5 y el de la habitación octogonal o de Dulcitius. El primero de ellos, de 3,20 X 2,20 m., juega con los colores blanco, negro, gris, verde, amarillo, rosa y rojo. Presenta en el campo decoración a base de guirnaldas enlazadas, ramos y frutos; con un esquema formado por semicírculos de dos tamaños diferentes sobre una base de cuadrícula. Destaca la figura de un delfín, tratada con gran estilización. El de la estancia n.º 5 está enmarcado por una ancha faja de ornamentación geométrica en laberinto mediante combinación de cuadrados, triángulos y paralelogramos. El campo presenta un sencillo trenzado formando svásticas alternadas. El emblema central lo forman a su vez una cenefa con cornucopias y vegetación formando ondas, mezclada con pájaros y hojas de vid; dentro de la cenefa se inscribe un cuadrado con un khantaros sostenido por dos putti y sobre cuyo borde se inclinan dos palomas, con un sentido simbólico propiciatorio de fecundidad y prosperidad. El mosaico de Dulcitius, de 7,35 m. de eje, con una variedad cromática que comprende el blanco, negro, gris, ocre, rojo, rosa, verde y amarillo, se adapta al octógono de la estancia. El conjunto se enmarca en una decoración floral de roleos vegetales enlazados; dentro del marco, un círculo compuesto por una soberbia guirnalda, dejando dentro un gran medallón circular y ocho de menor tamaño en su rededor y una doble serie de otros tantos espacios hexagonales. Los medallones menores, de 0,73 m. de diámetro, ofrecen unos magníficos juegos geométricos y florales con rosáceas de vivos cromatismos. El esquema geométrico sirve de base a la decoración de guirnaldas entrelazadas que rellena el conjunto. El tondo central, con un diámetro de 1,6 m., representa un cazador a caballo en el momento de matar con un venablo a una cierva; el fondo ofrece una peculiar perspectiva circular con un árbol y arbustos. Sobre la cabeza de la figura el nombre Dulcitius, epónimo del mosaico y que parece corresponderse al del comitente, propietario del fundo. Para un estudio estilístico e iconográfico detallado de estas excepcionales piezas, v. la obra de J. M. Blázquez y M. A. Mezquiriz Mosaicos romanos en Navarra (Madrid, 1985).