Institución. Antigua hermandad de mareantes, maestres de navíos y mercaderes, que tenía su sede en la villa de Bilbao. Algunos han hecho remontar casi a los días de la constitución de Bilbao como villa la existencia en ella de esta universidad, pero en términos de hallarse "regida por ordenanzas prudentes, autorizada para imponer y exigir contribuciones sobre las mercaderías, y presidida por un juez y dos comisarios con la denominación de fiel y diputados". En realidad, no es posible verificar absolutamente tales extremos sobre la base de los documentos que en la actualidad obran en nuestros archivos, aunque parece probada por diversos testimonios la existencia muy antigua de esa hermandad de mareantes puesta bajo la advocación de Santiago. Resulta problemático, por otra parte, precisar con alguna seguridad la figura jurídica y los cometidos de esa vieja institución bilbaína, conocida tan sólo a través de alusiones ocasionales en documentos bastante posteriores y no siempre coincidentes (ver en el artículo CONSULADO (1) el epígrafe El Consulado y Casa de Contratación de la villa de Bilbao).
Contra lo que pudiera dar a entender la carta de erección del Consulado en 1511, que pretende situar en un tiempo inmemorial la constitución de una universidad con un fiel y dos diputados ("que son un cónsul mayor y dos menores"), elegibles anualmente por la corporación, y sello y ordenanzas propias y peculiares, parece cierto que la regulación del tráfico mercantil marítimo que se practicaba en Bilbao competía en los primeros años al Concejo de la villa, siendo en 1489 cuando la vieja cofradía de Santiago, de contornos jurídicos un tanto esfuminados, cobró una significación más definida, dentro de la generalidad del Concejo, como cuerpo especial para entender de fletes, averías de los géneros embarcados, naufragios, seguros marítimos y, en general, de cuanto tuviese que ver con los intereses comerciales de la villa. Ref. Teófilo Guiard: Historia del Consulado y Casa de Contratación de la Villa de Bilbao, vol. I: 1511-1699, Bilbao 1913, pp. LXXXII s. 5-7.
Koldo LARRAÑAGA ELORZA
Contra lo que pudiera dar a entender la carta de erección del Consulado en 1511, que pretende situar en un tiempo inmemorial la constitución de una universidad con un fiel y dos diputados ("que son un cónsul mayor y dos menores"), elegibles anualmente por la corporación, y sello y ordenanzas propias y peculiares, parece cierto que la regulación del tráfico mercantil marítimo que se practicaba en Bilbao competía en los primeros años al Concejo de la villa, siendo en 1489 cuando la vieja cofradía de Santiago, de contornos jurídicos un tanto esfuminados, cobró una significación más definida, dentro de la generalidad del Concejo, como cuerpo especial para entender de fletes, averías de los géneros embarcados, naufragios, seguros marítimos y, en general, de cuanto tuviese que ver con los intereses comerciales de la villa. Ref. Teófilo Guiard: Historia del Consulado y Casa de Contratación de la Villa de Bilbao, vol. I: 1511-1699, Bilbao 1913, pp. LXXXII s. 5-7.
Koldo LARRAÑAGA ELORZA