Lekaide eta lekaimeak

SAN AMANDO

Apóstol de los vascos que predicó el Evangelio en el s. VII. Según el Martyrologio Tornacensi monasterii Sancti Martinii había nacido en Herbauge, pueblo cerca de Nantes, el día 7 de mayo de 594· Siendo muy joven huyó de casa de sus padres (los Condes de Aquitania, Sereno y Amancia), e ingresó en un monasterio. A los 18 años pasó de su retiro de la isla de Ogén a la escuela monacal que dirigía San Austregisilo. A los 34 años, año 627, tomó el camino de Roma y visitó los sepulcros de los Santos Apóstoles, y a su regreso, en 628, fue consagrado Obispo Apostólico en la corte de los francos, asistiendo a la ceremonia el rey Clotario y varios prelados. Después de su predicación en Gand, de visitar Roma por segunda vez en 630, de cruzar el Danubio y predicar a los eslavos en 633 regresa de nuevo a la corte de Dagoberto a quien reprende por haber repudiado a su mujer legítima y entregarse al concubinato impropio de un rey cristiano. Este hecho le ocasiona el destierro de sus dominios en 634, refugiándose en los dominios vascos. El santo se internó en el país y comenzó su predicación entre los vascones. Llegó a Saint-Sever (Cap-de-Gascogne) residencia habitual del duque Amando y cuartel general del ducado vascón. Baudemundo en su In vita S. Adamandi (Cap. IV, 20), dice: Audivit... gentem quam Vacceiam appellavit antiquitas, quae nunc vulgo nuncupare Wasconia, nimio errore deceptam, ita ut auguriis vel omni errore dedita, idola etiam pro Deo coleret. Quae gens erga Pyrenaeos saltus per aspera atque inaccesibilia diffusa erat loca, fraetaque agilitate pugnandi frecuentes fines occupabat Francorum. Vir autem Domini Amandus, eorum miseratus errorem, enixe elaborare coepit, ut eos á diaboli revocaret servitio. «Oyó San Amando, dice, que había una nación que la antigüedad llamó Vacceia, y ahora llaman vulgarmente Wasconia, presa de extremado error, de suerte que se entregaba a los augurios y a toda mentira, y también daba culto a los ídolos como si fueran Dios. La cual nación, hacia las selvas de los Pirineos, se hallaba diseminada por lugares ásperos e inaccesibles, y gloriándose de la habilidad que tenía para la lucha, ocupaba frecuentemente los términos de los Francos. Compadecido el varón del Señor, San Amando, del error en que vivían empezó a trabajar para apartarles del servicio del diablo». Otros autores vienen a dar las mismas noticias como Andrés Duchesne y el abad Heriger: Postea in Wasconiam seccedens gentilibus populis verbum salutis praedicabat. «Después, retirándose a la Wasconia, predicaba a los pueblos gentiles la palabra de salvación» (In vita S. Adamandi.). Felipe Harveng escribe: Wasconum fines ingressus est, quos idolorum cultibus, et augurüs audietat et vardis erroribus occupari. «Se introdujo en los términos de los Wascones, los cuales supo que se hallaban entregados a los cultos de los ídolos, a los agüeros y a varios errores». (In vita S. Adamandi). Hucbaldo, en la vida de Santa Rictrudis, escrita a petición del Obispo Esteban, dice hablando de Wasconia, patria de esta santa, ilustrada y dirigida por San Amando: Cujus incolae, pene omnes, illo tempore demoniacis cultitius dediti erant. «Sus habitantes, casi todos, se hallaban entregados a los cultos del demonio». (In vita Sanctae Rictrudis). Aunque no se tienen más noticias de San Amando escribieron de él otros autores como Pedro Natal, Vicente Bellov, Grasis, Wiccelío, Voray y San Antonino, además de figurar su nombre en muchos Martirologios. Ref. Labayru, Estanislao Jaime: San Amando. En «Historia General del Señorío de Bizcaya», I, 165-167.

Bernardo ANAUT.