Argazkilariak

Ronco, José

Fotógrafo nacido en Ragama (Salamanca) en 1959. Afincado desde 1961 en Eibar (Gipuzkoa) le interesa fundamentalmente la naturaleza, el retrato y autorretrato.

Su aprendizaje es autodidacta aunque realiza cursos y talleres especializados. La naturaleza está captada de una forma espontánea sin alterarla y si en un principio manejaba el color enseguida vuelve al blanco y negro. Sus fotografías resultan bodegones, en el sentido de naturaleza muerta pero aunque estén repletas de evocaciones, de imágenes, de árboles, rocas y animales están tal cual, al natural.

Sus paisajes resultan agradables, equilibrados, líricos. De Tierra Mágica, exposición realizada en Bilbao y en Logroño, Ana Aizpiri precisaba que

"en la elección de los motivos aparentemente más planos, más anodinos del entorno natural de Eibar, y en la conversión de esos motivos, incluso feos en nuestro inconsciente colectivo, como los pinos insignis y sus desordenados depósitos de filamentosas hojas, José Ronco ha encontrado el valor de la depuración del medio como método de búsqueda expresiva, alejado de visiones bucólicas -tan tradicionales en nuestros paisajistas- y románticas."

Sus imágenes de raíces, enmarañamientos buscan el detalle, su mirada ha sido definida por Maya Agiriano de "alta definición" y los objetos se convierten en otros, en alguna imagen por acción del hielo, adoptando formas orgánicas. Todas sus composiciones son muy cuidadas en las tomas. Ya en el laboratorio el autor, que no manipula nada, resalta lo que quiere, por medio de recursos técnicos de lavados y virados. Destacamos de esta serie de naturaleza algunas de ellas: Amanitas (1999), Espino de la Orbada (1999), Aia (1997), Karabieta (1997), Arraoz, Madarixa (1995), Zumaia, Embalse de Villarreal (1989).

Una importante serie de José Ronco es Arquitecturas de Eibar, adentrándose al igual que otros artistas en la arqueología y recuperación del paisaje industrial, como manifiesto documental a la vez que estético. Así desfilan edificios ya derribados, otros que van a serlo, portales, patios, industrias. La superposición de edificios, la paranoia vertical y acumulativa de edificios producen un efecto plástico y estético, de juegos de líneas verticales frente a sucesión de ventanas horizontales. Frente al caos arquitectónico se atisban en algunas imágenes vestigios de humanidad como la aparición de ropa colgada. En definitiva este tipo de fotografías producen tristeza y nostalgia a la vez que poseen un gran valor documental. En 2001 publica, con textos de Luis Ulacia y Nerea Alustiza, el libro Eibar, Ciudad Taller.

  • RONCO, José. Eibar: Ciudad taller = Tailer-hiria, Elgoibar, Ongarri Kultur Elkartea, 2001.