Kontzeptua

Policía

Naturalmente será Francia y su revolución de 1789 la primera en dar un tratamiento moderno al problema, y, por ende, los criterios jacobinos "nacionales" y centralistas los que informen las soluciones.

Tras un período transitorio en el que el orden público es, en lo fundamental, asegurado por la Guardia Nacional -milicia urbana, voluntaria y de predominación burguesa- el triunfo del bonapartismo conlleva una institucionalización completa de los poderes del Estado-Nación y el declive de la Guardia Nacional. Surge así, en primer lugar, una férrea Policía General omnipotente, omniinformada y con jurisdicción sobre todo el territorio nacional. Los Comisarios de la República expedidos desde París a todos los rincones de la Vieja Francia, fueron sus adelantados. Y Napoleón recrea además una figura que tendrá singular éxito: la figura del gendarme y la institución de la Gendarmería Nacional, es decir, un cuerpo militar encargado, por vez primera, del orden público y la seguridad ciudadana. Asistimos así a la militarización de la policía.

La figura del gendarme tendrá considerable éxito y será imitada en todos los Países Latinos. Tomará la figura de Carabinieri en Italia y de Guardia Civil en España. Y, hasta los cuerpos forales vascos modernos se inspirarán en ella. Aun hoy, Italia y Francia conservan esos Cuerpos Militares, sometidos al fuero militar y dependientes del Ministerio de Defensa, junto a los cuerpos de policía civil, Police Nationale, CRS o Polizia Nazionale, formadas por funcionarios civiles con derechos sindicales.

Alemania, en cambio, excepto durante el período nazi, conservará una estructura diferenciada en el tratamiento del problema. Y, junto a los cuerpos de Policía y Servicio de Información estatales, se conservará el carácter autónomo de las policías de cada región. Hoy, cada lander dispone de su propia policía; no existe una Policía Nacional y los nuevos cuerpos especializados antiterroristas han debido ser adscritos a la policía de fronteras, única organización de tipo federal.

En los países anglosajones se mantiene igualmente el tipo de policía descentralizada.La base de la organización policiaca es el condado y la figura del sheriff del condado es universalmente conocida. La célebre Scottland Yard (l824) es solamente la policía metropolitana de Londres. En cuestiones de orden público, Gran Bretaña no dispone de una policía nacional como los estados latinos. A ello se debe el problema de Irlanda del Norte: el gobierno británico ha tenido que recurrir al Ejército.

En los EE.UU., la organización policiaca es también competencia de los estados con alguna excepción como la del cuerpo de Texas Rangers. El FBI es la única organización de policía encargada de la persecución de delitos federales en todo el territorio. No existe Policía Nacional de uniforme encargada del Orden Público; para este tipo de problemas el Gobernador de cada estado echa mano de la Guardia Nacional compuesta de voluntarios. En caso de intervención federal, los problemas de Orden Público los resuelve el ejército.

En Suiza el sistema es análogo y los electores suizos han rechazado en referéndum, un proyecto gubernamental que pretendía, tímidamente, organizar un cuerpo de Policía Nacional, por cierto, muy limitado.

Quizá haya sido España el primer estado occidental en intentar una centralización de las fuerzas de policía. En las Cortes de Madrigal, de 1476, los RRCC. pusieron bajo el control de una Junta de Hermandad centralizada todas las Hermandades municipales existentes en Castilla. Obra de estos monarcas fue también la fundación del "Consejo de la Suprema y General Inquisición" (1483), implantación española de la terrible institución papal y tal vez la primera policía política de la historia moderna. También en el País Vasco las hermandades se alzan como consecuencia de los excesos provocados por las luchas entre los bandos. En 1417, reunidos los comisionados de Vitoria, Treviño y Salvatierra, constituyen Hermandad con un cuaderno de 34 Ordenanzas. Lo mismo hacen Guipúzcoa, Vizcaya, Álava y Encartaciones. Los RRCC. instan a la Hermandad de Álava a que se incorpore a la general del reino, lo que se cumple pero conservando sus peculiaridades como son la figura del Diputado de la provincia y Juez ejecutor que en principio asumía el papel de representante del poder real. Al lado de la jurisdicción de merinos y alcaldes subsistió la Hermandad y su fuerza armada -los cuadrilleros- llamados verederos a partir del s. XVIII. Vicisitudes distintas vivieron las Hermandades de Vizcaya y Guipúzcoa. De difícil gestación y no muy eficaz actuación la vizcaína, eficaz y poderosa la guipuzcoana al mando del legendario Domenjón de Andía, ambas fueron instrumentos del poder real y palanca definitiva para la introducción de Euskalerria en la Edad Moderna.

En épocas ya modernas, en 1824 se crea el núcleo primitivo de la superintendencia general de la policía, que fue reorganizada en 1835. En 1897 se crearon los Cuerpos de Seguridad y Vigilancia que sustituyeron al Cuerpo de Orden Público creado en 1870. Sin embargo, el elemento fundamental en orden a la seguridad pública lo constituyó la Guardia Civil creada en 1844 como cuerpo militar vinculado al Ministerio del Ejército. Este tipo de organización decimonónica persiste en nuestros días a través de ciertas vicisitudes. En 1908, el mando del Cuerpo de Seguridad fue encargado a oficiales del ejército. La República transformó este cuerpo en el famoso Cuerpo de Seguridad y Asalto. En 1941, desaparecido éste, fue creado por el general Sagardía -vasco como el fundador de la Guardia Civil- el cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico que, en 1978 ha pasado a denominarse Policía Nacional. La organización y fuero de este cuerpo es estrictamente militar. El único cuerpo de policía civil existente en España es el Cuerpo General de Policía. A diferencia de otros países, no existe policía de uniforme no militar.