Kontzeptua

Plantación de mayos

Antes de alzarlo, los participantes solían pelar el tronco y lo adornaban con un gallo de madera que solían poner mirando a los campos. En Larraona, concretamente, se ponían además "dos espadas cruzadas en X, con las puntas hacia arriba" y se añadía una rama de olivo o de laurel o una vela bendecidas en Jueves Santo o el Domingo de Ramos. A veces, solía colocarse también un pañuelo adornado por las mozas con cuentas y cascabeles que el viento movía y hacía sonar (García de Albizu,1997).

Por último, el sacerdote bendecía el mayo, y éste se alzaba con la ayuda de unos palos largos llamados estayes, con horquillas de madera y sogas, que los mozos y hombres veteranos empleaban para ello. Los concurrentes, solían lanzar a veces gritos o frases de ayuda para alentar las operaciones: ¡Arriba Mayo!

Tras su colocación, los participantes solían comer y beber, y a veces bailaban alrededor del tronco. En los pueblos de Améscoa, el Mayo solía mantenerse hasta la Navidad o Semana Santa, en que se derribaba y se subastaba el tronco.