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Perú

Su altura alcanza a 4.830 m. Se cuenta que un pastor indio llamado Hualcca, buscando un carnero perdido, encendió fuego por no helarse durante la noche. Con el día observó los ricos hilos de plata derretida que fluían del gran cerro. La noticia atrajo al capitán Juan de Villarroel y a los hermanos Centeno. El primero tomó posesión del cerro con todo el ceremonial de rigor en nombre del emperador Carlos V con el título de Villa Imperial. Era el 10 de abril de 1545. Más tarde, el título de Villa Imperial se refrendó por Capitulación efectuada por Rodrigo de Esquível como procurador de asiento de Potosí, previa entrega para servicio de Su Magestad de la suma de setenta y nueve mil pesos de plata ensayada pesada.

La primera batalla entre vascongados y vicuñas -extremeños y andaluces- ocurrió en el último cuarto del siglo XVI, posiblemente en las fiestas de Santiago de 1583. Un extremeño famoso en el manejo de armas arrojadizas, hirió de muerte con un venablo al capitán Sancho Usátegui, vascongado, por lo cual, según el cronista, dieron aquella noche fuego a las casas y barrios de los extremeños, buscando al agresor "siendo no pequeño el estrago" y causando tal sed de matanza que se formaron ejércitos y se libró la famosa batalla de Cebadillas donde murió el general Marcelino, quinto corregidor de Potosí. En este mismo siglo se fundó en la ciudad el convento de agustinos bajo la advocación de Nuestra Señora de Aránzazu". En la documentada Historia del Perú de Vargas Ugarte, ps. 216 y siguientes, se trata este tema en forma extensa: las rivalidades económicas y sociales entre los vasco-navarros que por su instrucción copaban todos los puestos principales de Audiencias, Corregidores, Intendentes de la Casa de Moneda de Potosí, etc., etc.

Además se ventilaba el trato de los indios, "La mita", de la que abusaban sus propietarios. En 1571, cuando el Corregidor Martín García de Loyola ordenó una leva de hombres a Chile de 200 h., la mitad era extremeños y andaluces, y la otra mitad vascos, criollos, portugueses y otros. La primera mitad se resistió y quemó la casa del Corregidor. Así comenzó la disputa hasta el año 1676. Hubo dos jesuitas, los PP. Montalvo y Anaya, que quisieron apaciguar a los Vicuñas en 1683 que planeaban la destrucción de Potosí...Más adelante se buscó el matrimonio de Eugenia del Castillo, hija del jefe vicuña, con Pedro de Oyanume, jefe vasco, pero no llegó la paz. La obra de A. Crespo La guerra de vicuñas y bascongados (La Paz, 1969) da cuenta de los avatares de esta guerra cuyas incidencias, así como las del resto de los aconteceres potosinos encontrará el lector en el artículo Bolivia.