Udalak

PEÑACERRADA-URIZAHARRA

Restos prehistóricos. Yacimiento arqueológico al aire libre, perteneciente al Eneolítico-Bronce; situado a los 0° 58' 30" y 42° 38' 20", en término de Peñacerrada, a 720 m. de altitud, en el cruce de la carretera de Peñacerrada a Berganzo con la desviación a Montoria. Descubierto en 1974, se hallaron sílex, lascas, raspadores, una raedera y núcleos, depositados en el Museo Provincial de Arqueología de Álava. En el mismo lugar se halló un hacha de sílex, "hachereau" sobre lasca Lavallois tipo 3, perteneciente al Musteriense de tradición Achelense.

Fundación. Esta villa fue fundada por el rey de Navarra García Iñíguez hacia el 765, y la emplazó en el lugar que hoy ocupan las ruinas del castillo de Urizarra (a corta distancia al noreste de la población, en la margen derecha del río Inglares, en la cumbre rocosa de un cabezo). Iñigo Arista la repobló en el mismo paraje, dándole el nombre vasco de Uria-Zarra. Pero todo esto es muy cuestionable, ya que no se conoce el origen de la monarquía navarra. Sí es cierto que fue en lo antiguo una importante plaza de armas, y, a corta distancia de la población, quedan las ruinas de 4 castillos, llamados Urizarra, Mendilucea, Herrera y Villamonte. Según dice la cronica de Sancho IV de Castilla, este rey se apoderó del castillo de Villamonte: "pasó allende de Hebro y tomó el castillo de Zaytay o Zaytegui y vino a Vitoria, y desde aquí salió y tomó a Orduña el castillo de Villamonte... que estaban por D. Alonso". (Ref. «Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia», t. II, pp. 247-248).

Señorío de Montoria. Según tradición, Sancho Ramírez, hermano del rey de Navarra, García Ramirez el Restaurador, casado con Doña Elvira o Doña Teresa Gómez de Sarmiento, fundó en el s. XII el solar y palacios de Montoria y fue señor de Torres y Pañacerrada. A su muerte fue enterrado con su esposa en la iglesia de Santa María de Urizarra. En 1256, al fundarse la iglesia de Peñacerrada, siendo rey de Navarra Teobaldo de Champaña, fueron trasladados los cuerpos de Don Sancho y su esposa a la nueva iglesia. (Ref. M. J. Portilla y J. Eguía López de Sabando: «Catálogo Monumental de la Diócesis de Vitoria», t. II, Arciprestazgo de Treviño-Albaina y Campezo, Vitoria, 1968, p. 166).

En Navarra. Según consta por una escritura del 29 de agosto de 1222 en tal fecha pertenecía al reino de Navarra, ya que Sancho el Fuerte nombró gobernador de la villa a D. Martín Iñíguez. Carlos II de Navarra se apoderó de esta villa. Se cree que fue él quien mandó trasladar la población al lugar que ahora ocupa, fortificándola con murallas, baluartes, barbacanas y fosos. (Ref. «Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia», t. II, p. 248).

Ordenanzas. El 6 de agosto de 1296 (Haro) Peñacerrada, así como Vitoria, Treviño, Logroño, Nájera, Santo Domingo, Miranda, Haro, Briones, la Puebla de Arganzón, Salvatierra, Santa Cruz de Campezo y otros concejos, llegaron al acuerdo de sus Ordenanzas. (Ref. Diplomatario de Salinas de Añana, SEV 1984).

En Castilla. En 1315 volvió a pertenecer a la corona de Castilla, y su procurador Gonzalo Sánchez asistió a las cortes de Burgos. (Ref. «Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia», t. II, p. 248).

En la Hermandad general de Castilla. En 1315 se firmó en Burgos la formación de una hermandad que comprendía Castilla, Galicia, Asturias y León. Entre los firmantes se encontraban el procurador de Salinas de Añana y el de Peñacerrada. En un Instrumento de 1356 consta que Peñacerrada era uno de los concejos que se incluían en la hermandad compuesta por Vitoria, Treviño, Logroño, Nájera, Santo Domingo, Haro, Briones, Navahiello, Labastida, Salinillas, Portilla, Salinas de Añana, La Puebla de Arganzón, Salvatierra, Antoñana y Santa Cruz de Campezo. En 1417 todavía no estaba unida a la Hermandad de Alava, ya que en un Real Privilegio de Juan II de Castilla se reconocen las pretensiones de Vitoria, Salvatierra y Treviño, que estaban unidas en hermandad, de que Peñacerrada y su jurisdicción se uniesen a la hermandad.

Señorío de los Sarmiento. Fue una de las aldeas que, el 15 de noviembre de 1377, el rey Enrique II de Castilla cedió a su repostero mayor Diego Gómez Sarmiento, "por sus buenos servicios con todas sus rentas, alcabalas, pechos, derechos e portazgos, con las martiniegas e infurciones, escribanías, yantares de la cabeza del pecho de los judíos, e la jurisdicción, e señorío, e justicia civil y criminal, e con el mero mixto imperio, y con la condición de que ninguna ni alguna de estas cosas se puedan vender, empeñar, dar o trocar o enagenar a ome de órden, nin de religion nin fuera de nuestro señorío". Esta donación fue confirmada por varios reyes: Juan I en Burgos, en el 1379; Juan II en Valladolid, el 28 de febrero de 1414, y en el 1420; los Reyes Católicos en Valladolid, el 27 de mayo de 1481, y en Medina del Campo, el 8 de marzo de 1482; Doña Juana en Valladolid, el 4 de agosto de 1513; finalmente, Felipe II en Toledo, el 8 de marzo de 1560. (Ref. «Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia», t. II, p. 248).

En las Hermandades alavesas. El 6 de febrero de 1417 (Valladolid), Juan II de Castilla confirmó las Ordenanzas de la Hermandad de Vitoria, Salvatierra y Treviño y, asimismo, dispuso que otras villas entrasen a formar parte de la Hermandad, entre las que se encontraba Peñacerrada. (Ref. Cartulario Real a la provincia de Álava, SEV,1983).

Marquesado de Peñacerrada. Tras el duque de Híjar, el señorío de la villa pasó a la casa del Marqués de Peñacerrada, título concedido a José de Castañeda y Ramírez de Zayas. Mariano Pascual y Vergara, VI marqués de Peñacerrada, construyó en la villa en 1808 un palacio con unos extensos jardines. [Ref. Perdomo, n.° 248, p. 278].

Guerras carlistas. El año 1837, durante la primera guerra carlista que comenzó en octubre del 33, quedó encomendada a Uranga la custodia de las provincias vascas, mientras una parte del ejército carlista había salido en la expedición real. El 24 de agosto de 1837 éste ataca Peñacerrada que capituló al segundo día, quedando 13 oficiales y 346 soldados liberales prisioneros. Uranga consideraba Peñacerrada como la principal llave de comunicación entre la Rioja y el interior de las provincias vascas, y mandó rehabilitar las fortificaciones. Pero a los pocos meses los carlistas sufrirán una derrota ante las fuerzas liberales mandadas por Espartero.