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Paraguay

Domingo Martínez de Irala, fundador del Paraguay. Para inscribirse en la expedición del Adelantado Pedro de Mendoza, había vendido parte de sus bienes en Guipúzcoa. Y reunido cincuenta mil quinientos maravedíes, que cada uno equivalía a la tercera parte de un real de plata de su tiempo. Participa pues con dinero efectivo para fletar navíos, adquirir pertrechos, armas, alimentos, etc. Andaba entre los 23-28 años. Zarpó la expedición, de S. Lúcar de Barrameda el 24-VIII-1535, llegando al Río de la Plata a primeros de enero de 1536. Irala era ya secretario del Adelantado. Interviene en la fundación de N. Sra. del Buen Aire, en la orilla derecha del río. Irala con los pobladores de B. A., estaban ya en Asunción, cuando en 1542 llega el nuevo Adelantado que sucede a P. Mendoza, Alvar Núñez Cabeza de Vaca. En su numeroso séquito llegan, entre otros, García Rodríguez de Vergara, Ochoa de Izaguirre y el capitán Estigarribia. El día 11 de marzo de 1542, ante Irala y demás autoridades se leen las Provisiones Reales y dos días después el escribano Martín de Orue le toma juramento como nuevo gobernador. El 6 de enero de 1543 Irala había fundado el Puerto de los Reyes en el Alto Paraguay. Alvar Núñez había llegado tras una accidentada navegación destruyendo su flota en la costa brasileña.

Repetía la "hazaña" de Florida, atravesando tierra del Brasil llegaba por el Norte. Su política "sui géneris" le perdería, pues intenta "sanear" las relaciones de los conquistadores con la sociedad india, rompiendo ciertas prácticas de convivencia, de servidumbre, de un cierto mestizaje. Aquella sociedad acostumbrada a la generosidad de Irala no le iba a abandonar. He aquí como nos pinta Ernesto Giménez Caballero el acontecimiento. "España nombró otro adelantado, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, hombre valiente, extraordinario descubridor, pero un poco fátuo. Como traía los papeles en regla, Irala se le sometió. Pero al poco organizó un complot formidable al grito de '¡Libertad!'. Lo metió en la cárcel y terminó despachándole a España en un barco que hizo construir y al que llamó Comuneros. Era casi un desafío a Carlos V.

Sin embargo, el Emperador, que tenía mucho talento, en vez de hacerle ahorcar le reconoció su energía y capacidad y le concedió el poder con todas las de la ley. Desde entonces se le tiene como fundador del Paraguay, haciendo de Asunción la primera capital de Suramérica, pasando a ser la capital de un territorio gigantesco con puertos en el Atlántico. Fundó ciudades y pueblos en la futura Argentina. "Murió pobre, trabajando para embellecer la catedral por él erigida. Cortando madera, en aquel calor y frío repentino del Paraguay, cogió una peritonitis y se marchó a la inmortalidad el 13 de octubre de 1556". Seguimos con E. Giménez Caballero: "Irala nació a la vasca, aislado, señero, individual y único, adánicamente. Solo así se explica que Irala en el Paraguay tuviese esa firmeza de torre y resultara inexpugnable.

Firmeza que heredó su pueblo". Irala había confiado a Juan de Salazar el cuidado de Alvar Núñez Cabeza de Vaca en su viaje a España. El fundador del fuerte de Asunción volvería al Paraguay con el nombramiento real de Gobernador Capitán General del país para Irala (1555). "Paraguay -dice Giménez- era, pues, la tierra distribuidora de vida a todos los miembros de América del Sur. Tierra cordial, corazónica. Y ésa fue la auténtica corazonada de su fundador, Domingo Martínez de Irala, cuando de 1537 a 1541 hizo de Asunción la capital de toda la argentinidad". Las expediciones de Alejo García, primer europeo que conoció la leyenda de itati (plata), que imaginaba la existencia de una ciudad de argento donde vivía el rey blanco o argentino. Pero sería asesinado a su vuelta. Después fracasaría Caboto y perecería en la empresa Ayolas.