Udalak

OÑATI

El concejo y los linajes contra el primer conde moderno (1455). Oñati tuvo con el eclesiástico Iñigo Vélez de Guevara, llamado primer Conde de la misma, que entró a suceder a su hermano Pedro en el año de 1455, diferencias muy ruidosas. Tuvo aquél la pretensión de que se señalase un río donde pudiese pescar solo, sin que ningún otro vecino tuviese tal facultad, y para el logro de sus deseos, la comunicó a los adheridos a su casa, entre los cuales se contaban los de la parentela de Arrieta y Olalde. Los jefes de los dos linajes de Garibai y Uribarri, aunque tan encontrados por lo demás, se avinieron en oponerse a la demanda del Conde, cuando se tratase de ella en el Batzar o Junta General de vecinos. Producida luego en ésta, García Ruiz, capitán de los oñacinos, expuso que si bien el río que pedía Iñigo y todos los demás de Oñati estaban al servicio del mismo, su uso debía ser común a todos los vecinos, como la había sido siempre. Enojado de esto el Conde, le dijo que por el desacato que había cometido le pondría la cabeza donde tenía los pies; a lo que Sancho García, capitán de los gamboínos, replicó que pesaba demasiado la cabeza de García Ruiz, para poder quitarla de donde estaba. El Conde, vista esta oposición de los linajes y del pueblo en general marchó airado a su casa de Guevara; y como tuviese en ésta a Gil García, hijo mayor de Sancho García, quiso darle con un bastón que traía en las manos, diciéndole que era hijo de un villano, y que su padre, casa y todo Oñati no le querían obedecer. Gil García tuvo que defenderse con su espada, y saliendo de la casa del Conde como pudo, vino a la de su padre. Iñigo, para hacerse obedecer, pidió favor a Miguel Lucas de Iranzo, Condestable de Castilla, el cual le dio para este efecto una partida de caballería al mando del capitán Herrera, y llegó con esta fuerza al valle de Leintz. Los de Oñati, así gamboínos como oñacinos, habiéndose levantado padre por hijo, fueron a esperarles en las herrerías de Marulanda, para que no entrase el Conde en el término de aquella villa, y como dicho capitán viese tanta muchedumbre de gente se retiró con la tropa al Condestable e Iñigo con los suyos a Guevara.