Mendia

OIARZABAL URTEAGA, Juan Eusebio

Sus ascensiones más significativas: Resumen del historial ochomilista. Con una escueta reseña editada en la revista "Pyrenaica" pasó a la historia la primera aventura en el Himalaya de Juanito y aparentemente no resultó un gran éxito la experiencia; se pudo leer lo siguiente: "Kangchungtse. Intento, abril 1982: Una expedición formada por los guipuzcoanos Iñigo Barandiarán, Imanol Ollakindia y Carlos Otxoa, con los alaveses Juanito Oiarzabal y Atxo Apellániz, intenta sin éxito la cima del Kangchungtse o Makalu II (7.678 m. ). El 21 de abril abandonan a 7.350 m.". Sin embargo, Atxo y Juan tuvieron que pedir un préstamo personal que estuvieron pagando después durante cinco largos años.

Otra expedición al Himalaya con anécdotas rocambolescas es la del Cho-Oyu, después de que dos tibetanos les robasen las tiendas, se encontraron en la base de la montaña, sin apenas tiempo ni tiendas, para probar hacer cumbre de acuerdo con los planes previamente estudiados. La solución era hacer un intento en alpino llevando todo hacia arriba. Este sistema que hoy parece natural, no lo era tanto para ellos en aquellos días. Más tarde se constató que el nivel de hematocrito en la sangre de los que habían estado arriba, era el mismo que tenían quienes prácticamente no se habían movido del Campamento Base. Estaban experimentando realmente como se suben las grandes montañas. Hubo intentos a grandes cumbres rechazados por el mal tiempo. El veintitrés de Septiembre de 1991 estuvo al borde de la tragedia con su compañero de cordada Mari. Utilizó todos los resortes de que uno dispone para mantenerse con vida en el Kangchenjunga, una placa de nieve cedió bajo sus pies. En esta ocasión su inquebrantable moral resultó bastante vapuleada y sintió la necesidad de buscar un objetivo más asequible para 1992. Necesitaba comprobar después de cuatro años que podía subir un ocho mil y cerrar así su segundo ciclo de cinco años, esta vez sin préstamo de dinero por medio. El Nanga Parbat fue perfecto, fue una expedición feliz, no hubo retiradas ni errores, la montaña estaba en condiciones bastante buenas y necesitaron cinco semanas y media para subir. Al Everest se acercó en 1993, durante el descenso ocurrió la caída de Antonio Miranda. Y en 1994, el K2, La Gran Montaña. Entre las vivencias mas hermosas recuerda en especial la del K-2, con los Iñurrategi y con Kike De Pablo, una ascensión perfecta y en unas condiciones ideales. Tras el K2 todo le parecía posible, presentó el proyecto de los catorce ochomiles a la Caja Vital que aceptó de inmediato. Al Makalu, dos veces rechazado por el mal tiempo, pudo subir al tercer intento. El Lhotse hizo cumbre en 1995 en excelentes condiciones de la nieve, culminó una bellísima ascensión. No obstante, el año 1996 es un año de infausto recuerdo. Si hay que resaltar otra situación personal muy crítica que le sucedió en la montaña debemos referirnos al Kangchenjunga, a pesar de que no hubo ningún accidente mortal. Cuando llegó a la cima de esta montaña tuvo una taquicardia, y bajo una tormenta horrorosa Félix y Alberto Iñurrategui le ayudaron aún poniendo en peligro sus propias vidas. Juanito Oiarzabal, en el Annapurna completó los 14 ochomiles, el 29 de abril de 1999, a las 8 de la mañana en Euskadi, 11,45 en Nepal, con su inseparable amigo Juan Vallejo alcanzan la cima del Annapurna (8.091 m.). Juanito pudo así brindar su gesta a los tres amigos que tuvo en mente cuyos cuerpos reposan en las faldas del Himalaya, y que los ha perdido durante los 14 años de escaladas a los colosos blancos.

Anton ANASAGASTI ARANA