Udalak

OIARTZUN

Impugnación por Errenteria y disturbios. El valle de Oiartzun no solamente tuvo cuestiones y disidencias con la villa de Errenteria, su antigua cabeza, sino también con esta provincia. Apenas logró en el año 1453 el privilegio de exención y la jurisdicción ordinaria de sus alcaldes, quiso que éstos ejerciesen libremente como lo hacían los de las otras villas de Gipuzkoa. Esta gracia no había tenido efecto, como consecuencia de los recursos judiciales entablados por parte de la villa de Rentería y la provincia favorecía a esta última en sus gestiones. He aquí el motivo de la desavenencia del valle con la autoridad provincial. Por ello, los de Oiartzun la desconocieron, desobedecieron sus mandatos, mataron a Lope y Mingot, enviados por la Hermandad a cumplimentar sus despachos, hirieron a otros y cometieron algunos otros excesos de mucha gravedad. La provincia por su parte, queriendo hacerse obedecer y castigar tan enormes delitos, entró en este valle con gran número de gente y por la fuerza de armas. Tomó en él las casas fuertes y otras llanas -derribó unas y quemó otras-, inutilizó los molinos harineros, rompiendo su ruedas y piedras, desbarató también las ferrerías llevando los barquines y herramientas de las mismas para que no pudiesen trabajar. Finalmente, después de haber peleado con sus habitantes, herido y matado a algunos de éstos, la Hermandad de la provincia cogió presos a otros varios. Al propio tiempo hizo ciertas ordenanzas prohibiendo bajo de penas muy severas la introducción de toda clase de vituallas y provisiones en el territorio de este valle. Se ve, por lo tanto, que éste y la provincia sostuvieron una verdadera guerra. El 23 de enero de 1455 en Arévalo, Enrique IV de Castilla mandó, por medio de una Real Provisión, que nadie se sumase a los 60 hombres reunidos en las torres de Oiartzun. (Ref. Cartulario Real de Enrique IV a la provincia de Guipúzcoa, SEV, 1983).