Lo más interesante en Navascués es su planta. Sobre un cerro de forma elíptica se alza el conjunto, constituido por una calle central y más larga que lo atraviesa, flanqueada por la iglesia y tres calles, y diversos espacios vacíos. Actualmente es un pueblo bastante bien cuidado, con casas blanqueadas o combinando el blanqueo con la cantería a la moderna. Se ven fachadas con arcos de medio punto y otros elementos de los próximos valles montañosos, aunque con tejados menos empinados. [Ref. Caro Baroja «La C. en N.», III, CAN, 1982]. Respecto al arte religioso, destaca la iglesia parroquial de San Cristóbal. Edificio gótico de la segunda mitad del s. XIV, de planta de cruz latina, reformado en el s. XVIII. Bóveda de crucería simple; testero recto. Portada principal, situada en el lado de la epístola, a la que protege un pórtico sobre pilares. Puerta con arco apuntado con arquivoltas que apean en baquetones cuyos capiteles corridos se ornamentan con motivos figurativos. En el tímpano «Trono de Gloria» trabajado en relieve, con ángeles portadores de las armas de la Pasión. Coro alto, en el primer tramo de la nave; sotocoro abovedado con crucería estrellada con claves, del gótico final. De allí proceden los seis asientos, en grupos de tres, colocados en los lados del presbiterio, hechos en madera de roble en estilo renacimiento (s. XVI). Respaldos, brazos y misericordias con decoración de grutescos. Atribuidos a Miguel de Espinal (1553-1590). El retablo mayor es de estilo barroco (s. XVIII), restaurado en 1907. Tres calles de dos pisos y ático, articuladas con columnas salomónicas decoradas con flores. Iglesia románica (XII) de N.ª Sra. del Campo. Hoy día sirve de capilla del cementerio. Abside semicircular, seguido de la nave, cuya primera crujía soporta una torne robusta, con un piso para las campanas, y techumbre a dos vertientes. Una ventana en el ábside, y dos más en el coro, decoradas sólo con círculos en la arquivolta. Una ventana más sencilla junto al portal Sur. Tímpano con Crismón, sostenido por dos columnas adosadas y dos capiteles que hacen de impostas. Archivolta formada por un toro y dos arcos de ajedrezado. En la torre, ventanas de medio punto partidas por columnitas. Capiteles decorados de plantas estilizadas. Gran número de modillones, treinta de los cuales representan animales. Cornisa corrida a todo el desarrollo del edificio, con cuatro filas de ajedrezado. Una sola nave con ábside semicircular, y bóveda de medio punto. Por los muros corre una banda de decoración bien ajedrezada, bien con palmitos o vegetales diversos. En la parte inferior, arcada ciega, apoyada bien en columnas bien en pilares, de época incierta. En todos los elementos de esta construcción se observa marcadísima influencia de la catedral de Jaca, entonces recién construida. Ermita de San Quirico, en el paraje al que da nombre.