Udalak

MILAGRO

Vestigios romanos. No se conservan noticias de la fundación de esta localidad pero los hallazgos de la época romana y las ruinas de fortificaciones antiguas denotan lo remoto de la misma. Moret y Céan Bermúdez llegaron a identificar estas ruinas con las de la ciudad vascona de Ergavica. En el lugar denominado El Castillazo se han hallado tumbas de inhumación romanas y en el Museo de Navarra pueden verse un vaso de vidrio y un anillo de hierro encontrados en el término.

El Castillo. Las ruinas del castillo -probable Al-Kashtil citado en el 860- fueron estudiadas por Altadill: "fortaleza, la cual estuvo situada en un collado al N. O. de la villa, restando ya no más que la memoria perpetuada por tradición de la existencia de castillo tan combatido y maltrecho. Las ruinas subsistentes del castillo, según perspectiva tomada desde el siglo O., afectan una base irregularmente cuadrada y la constitución de los más vetustos muros delatan la construcción romana, muy semejante a la de la torre de Valtierra, formada por sólidos macizos de hormigón cementado con mezcla de piedra desmenuzada que constituyen perfectas moles homogéneas muy resistentes; al siglo se encuentra un saliente angular delatando la existencia de un foso, e inmediata se halla una bóveda que pudo ser un almacén de armas o de vituallas, no de aljibe. Ocupan estas ruinas la cresta de un montículo, con escarpado casi inaccesible por dos de sus lados; su elevación es de unos 60 metros sobre el río Aragón: aún perduran señales del camino de subida en curvas acentuadas. Alcaides de este castillo que constan registrados en los libros de Comptos reales, según investigaciones practicadas, salvo omisiones, son los siguientes: Año 1219, el Señorío pertenecía desde los primeros años del siglo XII a D. Pedro Ximénez de Olleta; en 1276, D. Roiz Seméniz de Olleta; en 1265, antecesor del que precede fue Don Alvar Díaz de Morentín; en 1276, Roy Siméniz de Olleta presta homenaje a la reina Juana, en la persona de Imberto de Belpuch, condestable de Francia, por el castillo de Milagro; en 1287, D. Miguel Lópiz de Eraso; en 1294, D. Arnaldo de Marcafaba; en 1300, D. Sancho Périz de Lodosa, señor de Sarriá; de 1303 a 1307, D. Jimeno Pérez de Olleta (sueldo anual VI libras), de 1313 a 1322, D. Sancho Rodríguez de Olleta (sueldo anual VI libras), y D. Alvar Díaz de Morentín en 1321; en 1332, D. Reginaldo de Ronceray (1.ª vez); en 1333, D. Juan Monrenaut; de 1334 a 1339, D. Reginaldo de Ronceray (2.ª vez); en 1348, D. Diego Martínez de Morentín; en 1390, D. Perrot de Agramont; en 1390, D. Pedro Ortiz de Milagro (renunció al sueldo). Del siglo XII tenemos anotado a D. Guillermo de Mendoza (año 1191), el mismo que hallamos regentando el castillo de Irurita en 1214, después de haber tomado parte en la batalla de las Navas de Tolosa. También al finalizar esa centuria fue designado para esta Alcaidía el noble D. Corbarán de Leet (que proseguía en el año 1201); tres años antes de esta designación había gobernado en la ciudad y castillos de Estella. No hay que identificarle con otro Corbarán de Leet, que más adelante ejerció de Alférez Mayor del Reino. Y en el siglo XIII, hallamos también (1231) a D. Pedro Jiménez de Olleta, que asistió a las Navas, como también a Don Fernando Martínez de Ayanz, en la segunda mitad de esa centuria. El citado D. Pedro Jiménez de Olleta, Señor que fue de Milagro, descendía por línea recta de D.ª Beatriz de Olleta que contrajo matrimonio con D. Guillermo Arnaldo II, Señor de Irunberri, caballero que como sus antepasados sirvió lealmente a la corona nabarra al frente de su brillante mesnada en la que figuraron bravos caballeros y hombres de armas y piqueros en número considerable. El año 1307 el Rey Hutín ordenó se le reintegraran 2.000 sueldos que le debía la Corona. La Colección Duchesne conserva una curiosa escritura en la cual varias personalidades de la comarca de Irunberri prometen a Guillermo Arnaldo II, Señor de la Salle y de Irunberri y a sus sucesores y herederos nacidos y por nacer, no tomar, comprar ni intentar el recobro de tierra alguna sometida a dicho Señor sin su voluntad o la de quienes en cualesquiera tiempo ostentaran legítimo ese Señorío (Nobiliario por Argamasilla, cuaderno 2.°, pág. 204). Asistió su padre a la batalla de las Navas de Tolosa, formando parte del séquito Real con su mesnada, su ascendiente, otro D. Pedro de Olleta, que también fue consejero de D. Sancho el Fuerte en el intento de prolijación entre dicho monarca y D. Jaime de Aragón.

Noticias medievales. Mencionado en varios documentos del siglo XI como Miraculo, se sabe que a finales de este siglo el señorío de este pueblo era de Guillermo de Mendoza. El 11 de junio de 1248 Teobaldo I permutó con el abad del monasterio de Iranzu un soto que tenía en Milagro por otro que el citado monasterio tenía en la misma villa, entre las dos aguas del Ebro. El 18 de julio de 1254 una sentencia promulgada por los jueces nombrados por Teobaldo II y el concejo de Tudela adjudicaba al concejo de dicha villa el aprovechamiento de hierbas y leñas en los sotos que se encuentran desde Milagro hasta Novillas. El 5 de abril de 1289, Pedro Garcés de Peralta, merino de Estella, en nombre de maestre Pierres Larreve y Martín García, recibidores de las rentas reales, arrienda a Diego Martínez de Milagro, caballero, lo que el rey tiene en Milagro con las condiciones expuestas en una carta partida por A. B. C., escrita por el escribano jurado Ruy Pérez. Sirvió al rey Carlos II con 20 hombres en la guerra y entrada que hizo en Aragón en el año de 1362. En 1393 el rey Carlos III perdonó a los habitantes de Milagro la mitad de todas las ayudas de cuatro años en atención a que eran muy desminuidos por las grandes mortaldades, guerras, tiempos fuertes que, mal pecado, son seguescidos, en tal manera que los pocos que son fincados non pueden sostener las cargas, é la mayor partida deillos son en voluntad de desamparar el logar, mayorment por la grant contencion que eillos han, sobre los términos, con Calahorra et sus aldeas et con Alfaro, los quoales lis facen muchos agrevios por ser pocos. En 1398 el mismo rey perdonó al concejo de Milagro todo lo que le correspondía pagar en las ayudas de cinco años, excepto 20 florines, porque habiéndose ausentado 65 vecinos, sólo quedaron 42, los cuales por no poder pagar, estaban ya movidos por desamparar la dicta villa é ir á vivir en otros lugares. En 1446 el pueblo de Milagro se había reducido a 15 fuegos, por cuyo número mandó el rey que sólo pagase 15 florines por cada cuartel; dice que antes tenía 27 fuegos. En el mismo año el príncipe de Viana hizo donación a don Juan de Beaumont y a sus sucesores del lugar y castillo de Milagro, con la señoría de la baja y mediana justicia y con todas las otras rentas y derechos, para hacer de ellos a su propia voluntad. Su castillo estaba en poder de la ciudad de Tudela en el año 1481.

Asiento en Cortes. En 1472 la princesa Doña Leonor, considerando que con la ayuda de la gente de a caballo y a pie, ordenada por los tres Estados del reino, había sido conquistada de los rebeldes (los beaumonteses) la villa y fortaleza de Milagro y que por dichos tres Estados se habla acordado que todos los lugares que se conquistasen de los rebeldes por la gente pagada a sueldo del reino, se uniesen a la corona para siempre jamás, aplicó dicho pueblo al real patrimonio, con sus usos y privilegios. La reina Doña Catalina lo confirmó en 1497 y el emperador Carlos V en 1520. Entre 1519-1522 era tenente de Tudela y Milagro García Pérez de Beraiz. Logró un asiento en las Cortes de Navarra en el año 1665, a cambio de 600 ducados de plata, según refiere Idoate en Rincones... [t. II, pág. 66]. Sin embargo protestaron las demás villas y ciudades que tenían este privilegio y le fue posteriormente anulado, devolviéndosele el dinero. Consiguió por fín entrar en dicha institución en 1687. En 1677 aparecía ya Milagro en la nómina de villas.

Patrimonio de los Lerín. La villa de Milagro era patrimonio de los Condes de Lerín. Según refiere Idoate en Rincones..., t. III, págs. 116 y 117, en una ejecutoria del año 1634 consta que la villa de Milagro pagaba al Condestable una pecha anual de 5.943 robos de trigo y 3.048 robos y 8 almudes de cebada, así como 7 aves y otras cantidades en metálico. Según refiere Idoate en Rincones..., t. II, pág. 385, los almadieros roncaleses pagaban a su paso por Milagro madera por valor de treinta reales, en concepto de "castillaje" del Duque de Alba, como se desprende de un memorial que elevó el valle del Roncal a las Cortes en el año 1780.

La riada de 1787. En septiembre del año 1787 se produjo una gran riada en la cuenca del Aragón, como consecuencia de las abundantes lluvias en el valle del Baztán, según refiere Idoate en Rincones..., t. I, págs. 350-353. Gravísimos daños se produjeron en Sangüesa, y en Milagro, las turbulentas aguas destruyeron en parte el puente.

La visita de Jovellanos. En 1801 la localidad fue visitada por el ilustre Jovellanos que anotó en sus Diarios: "Cerca de Alfaro descubrimos a la izquierda el lugar de Milagro. La vista de la ciudad es muy prometedora: de cerca y dentro, no es más que un lugarón de 1.500 vecinos escasos. El frente de su Colegiata Real, es de muy buena arquitectura, toda de ladrillo, así como las demás iglesias y edificios de la ciudad; pero todo sin lanilla, cuya circunstancia les da un aspecto muy triste y pobre. Llegamos antes de las once. La posada, puede correr pareja con la de Calahorra. Lo que se puede llamar sala, es un caramanchón, por donde se entra a varios cuartos a la derecha. Tomamos el último y fuimos pobremente, pero bien servidos. Tiene la circunstancia de un buen común que supo apreciar mi compañero. Esta ciudad tiene también, en torno, una vega de bastante extensión con bastante arbolado y mucho y buen cultivo a una y otra parte, debido todo al riego que se toma del río Alhama, que viene de la villa de su nombre por Cervera y va a morir al Ebro...".

Desamortización. En cumplimiento de la ley de desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendieron en esta localidad, en 1863, una casa posada; en 1865, una corraliza y otra corraliza o soto, una facería; en 1870, un corral; en 1873, un horno de cocer pan, dos corralizas y un terreno erial. [Ref. R. G. CH. "La D. C. en N."].

Guerra de 1936-1939. Como consecuencia de la represión fueron asesinadas 78 personas de esta localidad: José Abad Serrano, Angel Aguerri Anoz, Inocente Aguerri Catalán, Apolonio Antón Abad, Pedro Arriezu Sánchez, Dionisio Azcona Pardo, Pablo Barco Martínez, Antonio Barrado Pejenaute, Félix Broca Expósito, Leandro Carrascón Armendáriz, Carmelo Centro López Vailo, Cándido Diago Laguna, Felipe Díaz Jiménez, Miguel Escalada Ruiz, Marcos Estañan Amedo, Cándido Evora Pascual, Francisco García Arnedo, José M.ª García Arnedo, Antonio García Ochoa, Jesús García Ochoa, José García Villarrolla, Pedro Garde Rodero, Constantino Garde Sarabia, Eugenio Gollarte Troyas, Felipe Gollarte Troyas, Emilio Hernández Esparza, Simón Hernández Gómez, Jacinto Hernández Preciado, Andrés Ibáñez Hernández, Salvador Ibáñez Hernández, Juan Lafraga Expósito, Cornelio Laspeñas Azcona, Serapio Lebrero Canraso, Remigio Lebrero Evora, José M.ª Lebrero Lebrero, León Martínez, Antonio León León, Diego López Liroz, José López Ochoa, Valentín López Ochoa, Agustín López Vailo Abad, Federico López Vailo Gil, José López Zapata, Antonio Los Arcos Latón, Jesús Los Arcos Latón, Jesús Luquin Fernández, Jesús Martínez Lebrero, Juan Martínez Ruiz, Ernesto Nantes Pérez de Obanos, Alejandro Navarro Preciado, Segundo Oscoz Los Arcos, Julio Osma Zapata, Vicente Pardo Balsairo, Luis Pardo Barrado, Modesto Pardo Barrado, Ricardo Pejenaute Alcuaz, Dimas Pejenaute Arnedillo, Nicolás Pejenaute Ballona, Alejandro Pejenaute Los Arcos, Simón Pejenaute Martínez, Félix Pérez Galán, Daniel Pérez Isaba, Francisco Preciado Sanz, Rufino Rodero Sánchez, Marcelino Ruiz Guillorme, Isidro Ruiz Pejenaute, Nicolás Ruiz Pejenaute, Vicente Salvatierra Barrado, Julio Sánchez Jiménez, Francisco San Emeterio Granell y Evaristo Vidal Arriezu. (Ref. N. G!). Detalles de la represión y de las circunstancias previas a la misma en "N. 1936", t. II, 77-83.