Udalak

LEMOA

El municipio de Lemoa está situado en el valle medio del Ibaizabal y se caracterizó por el predominio de un sistema económico agrario aunque coexisten la agricultura y la industria tradicional. Su población rural se encuentra bastante dispersa, concentrándose la mayoría de la población en los siguientes barrios: Arraño, Aristi, Azurreka, Durandio, Elorriaga, Gandaria, Landaburu, Lemorieta, San Ingancio y Arraibi, que se destaca como su núcleo urbano.

Arquitectura religiosa

La iglesia parroquial de Santa María data de 1558, aunque existen referencias del edificio anterior que se remontan al siglo X. La que hay en la actualidad es de nueva planta, una cruz latina de una sola nave con crucero, y que por tanto no ha respetado la anterior. Se trata de un edificio barroco muy severo y desornamentado con unas proporciones muy estudiadas que se encuentra realizado en mampostería eligiendo la sillería para esquineros, recerco de vanos y contrafuertes. El único juego de alturas viene dado por la sacristía aunque exteriormente lo que destaca es la torre; ésta también es muy racional y severa y tiene la función de pórtico a los pies. Los vanos son adintelados y se distribuyen por la fachada a la misma altura. Al interior destacar su retablo mayor neoclásico que reaprovecha la imaginería barroca de un ejemplar anterior. Organizado en tres calles presenta varias imágenes de la Pasión de Cristo y de la vida de María.

En cuanto a las ermitas encontramos la de San Pedro de Elorriaga, construida en 1910 a partir de los materiales de la ermita anterior, con una planta rectangular y cubierta a dos aguas. Realizada en mampostería, tiene la fachada principal en buena sillería. Carece de espadaña por lo que la campana se halla en el interior. La reja de madera enmarca la puerta de acceso. El pórtico se encuentra a los pies y tiene un pavimento de losas de piedra al igual que en el presbiterio mientras que en la nave hay cemento. Existen diversas estelas en muros y en el suelo de la ermita. La primitiva imagen de San Pedro se encuentra en la sacristía de la parroquia. En los muros de esta ermita se encontraron unas estelas romanas o lápidas funerarias que tienen inscripciones latinas o bien decoraciones con motivos solares, de planetas, etc. Todo viene a indicar que provienen de la primitiva ermita de San Pedro.

La ermita de San Lorenzo en el barrio de Azurreka es de planta rectangular con una cubierta a tres aguas sobre dos cerchas. Realizada en mampostería vista con esquineros en sillería, la puerta está enmarcada en la verja de madera y en la fachada principal se halla la campana suspendida en un yugo; también aparece la inscripción: "1980" año de su restauración. El pórtico está a los pies y el pavimento es de losas de piedra.

La ermita de Santiago Apóstol en el barrio de Arraño es de planta rectangular y tiene una cubierta a dos aguas sobre sendas cerchas. Construcción en mampostería vista excepto los esquineros en sillería. Tiene además un campanil de hierro con una campana y un tejadillo a dos aguas. En la fachada principal hay una puerta de hierro con dos ventanas y tiene pavimento de losas de piedra. La actual ermita está a 300 metros de la primitiva.

La ermita de San Antolín se encuentra bastante aislada y presenta una planta rectangular con una cubierta a dos aguas sobre una única cercha. Realizada en mampostería vista tiene en sillería los esquineros. Ostenta una espadaña con un vano para la campana y está rematada por una cruz de cemento. La puerta de acceso de la fachada principal y las dos ventanas adinteladas que la flanquean están protegidas por barrotes de hierro. Tiene un pequeño atrio a los pies y el pavimento es de losas de piedra.

La ermita de San Ignacio de Loyola en el barrio del mismo nombre es de 1965, tiene una planta rectangular y cubierta a dos aguas. Sus muros son de mampostería vista y cemento con un campanil de hierro con un vano para la campana, todo ello rematado por una cruz de hierro. En la fachada principal hay una verja de hierro forjado donde se enmarca la puerta de acceso y una gran cruz también de hierro. El pavimento es de losas de piedra. La conservación es bastante buena y parece ser que en la sacristía de la parroquia se encuentran las imágenes de San Antonio de Padua y San Pablo que se veneraban en la antigua ermita de San Ignacio.

La ermita de San Martín en el barrio de Arraño se encuentra hoy en día desaparecida, al parecer entre los años 1764 y 1793. En su lugar aparece un pinar.

Arquitectura civil

Muy pocos edificios civiles de tipo culto hay de interés en Lemoa pero podemos destacar la Casa-Torre de Aldape en el barrio de Landaburu, que en la actualidad ha sido muy modificada por lo que resulta difícil apreciar su aspecto original. Se trata de una construcción rectangular con una cubierta a cuatro aguas, realizada en sillarejo aunque la sillería aparece en esquineros y en los recercos de los vanos. Resaltar su fachada principal en donde encontramos la puerta de acceso con un arco de medio punto, a la cual se accede por una escalinata doble. Sobre la puerta también aparecen unos pequeños vanos geminados labrados en el mismo sillar.

La Casa Consistorial de este municipio tiene cierto aspecto de torre fortificada medieval por su volumen cúbico y los garitones que rematan sus ángulos. Sin embargo es un edificio bastante ecléctico ya que alterna elementos neobarrocos como los frontones abiertos curvilíneos, molduras, arcos escarzanos, etc. La fachada tiene tres cuerpos muy diferenciados, el primero es un gran soportal con tres arcos rebajados, el segundo está realzado con un gran balcón con un buen trabajo de forja y posee varios vanos adintelados enmarcados por frontones, sobre éstos y ya en el tercer piso se colocaría el escudo junto con los vanos de las buhardillas que nunca se realizaron. El tejado a cuatro aguas tiene mucha pendiente y se perfora por los garitones que se rematan con una bola. Todo el edificio está realizado en sillarejo menos los esquineros, los arcos y los garitones que son de sillería.

El caserío es un edificio de vivienda permanente con un uso residencial y laboral; los que encontramos en el municipio de Lemoa son por lo general de finales del siglo XVII o del siglo XVIII. La mayoría de éstos carecen de soportal, aunque tienen enormes aleros, su fachada principal se sujeta mediante postes verticales y está realizada en mampuesto o ladrillo macizo, solamente en la planta baja domina la piedra.

A partir de estas características encontramos ejemplos como el caserío Artabane en el barrio de Eroso, de mediados del siglo XVI, es quizás el más antiguo. Tiene una planta profunda realizada en mampostería en la planta baja y el resto con tablazón donde aparecen vanos de medio punto. No tiene soportal y el acceso a la vivienda se hace mediante una escalinata de piedra. Su cubierta es de doble vertiente y tiene mirabustán en su parte zaguera. En 1820 se añadió un anexo en la parte superior.

El Caserío Atxeta en el barrio de Elizondo, perteneciente al siglo XVII, es de planta profunda y con una cubierta dos aguas. La parte baja del edificio es de mampuesto, pero lo demás tiene un entramado de madera relleno de mampuesto. Como el anterior no tiene soportal y se accede a la vivienda a través de un patín, sin embargo presenta dos balconadas corridas de madera en el piso inferior y superior.

El Caserío Mendibil Bekoa del siglo XVIII, en el barrio del mismo nombre. Encontramos un edificio similar al anterior, con planta profunda, cubierta a dos aguas con cola de milano y realizado en mampuesto y sillería en las esquineras; en concreto en la fachada principal se aprecia la madera relleno de mampuesto y el camarote con tablazón. También el acceso a la vivienda se realiza a través de un patín que conduce a una balconada de madera, en cuya parte baja hay un soportal que ha sido convertido en garaje.

El Caserío Kondenezarra en el barrio de Arraño, tiene poca altura, planta profunda y vertiente a dos aguas. Realizado en mampuesto se reserva la sillería para los esquineros aunque tiene también una estructura a base de entramado de madera relleno de mampuesto y ladrillo macizo. Acceso a través de un patín y con una balconada de madera; a destacar el pequeño horno que hay adosado a la fachada.

El Caserío Iturritxe en el barrio del mismo nombre; se diferencia de los anteriores en que el acceso se encuentra en la parte inferior, no a través de patín.

El Caserío Landeta en el barrio de San Ignacio tiene una planta rectangular pero tiene otra característica que lo diferencia de los demás ya que se cubre con un tejado a cuatro aguas. La planta baja está realizada en piedra y sobre ésta un entramado de madera con ladrillo macizo. Su acceso se hace a través de escalinata que conduce a una balconada corrida de madera. Destacamos las tallas en los canes y jabalcones que sujetan el amplio alero con motivos populares como cruces, soles, etc.

En el Caserío Urizar en el barrio Lemorieta, de características muy similares al anterior, destaca su escudo neoclásico que aparece en su fachada principal.

El Caserío Mendibil Goikoa en el barrio de Mendibil es bastante más original, ya que tiene planta cuadrangular, una cubierta a cuatro aguas y está realizado en mampuesto con sillería en los esquineros. Este tejado tiene un alero muy destacado que protege el balcón del acceso principal al cual se accede mediante un patín. La fachada principal se encuentra en uno de sus lados menores y destaca un amplio arco rebajado que da paso al soportal; junto a él aparece un horno.

Entre los edificios complementarios al caserío destacan los hornos antes citados del barrio Elorriaga, simples construcciones populares realizadas en mampostería. También cabe destacar el Pajar de Aresti, un edificio cuadrangular con una cubierta a dos aguas que está realizado en mampuesto reforzado por sillarejo en la parte inferior y con tablazón en el superior.

Sin embargo son importantes las construcciones que surgieron por la pre-industrialización como es el caso de molinos y ferrerías que se asentaban junto a los ríos Ibaizabal y Arratia. Hoy sólo se conservan restos muy modificados de estas ferrerías que como consecuencia de la crisis de la siderurgia tradicional fueron convertidas en molinos; es el caso de la ferrería de Txiriboketa que había tenido su propio molino. Se trata de un edificio rectangular que tiene las funciones de residencia y lugar de molienda todo ello realizado en mampuesto.

Por otra parte, en un municipio como Lemoa que es rico en piedra caliza, abundan los caleros, destinados a la producción de cal con una gran demanda rural. En la actualidad se encuentran muy deteriorados. El de Lemoa está casi en los límites con Igorre, y se trata de una amplia construcción rectangular incrustada en la misma roca. En la parte superior hay una gran boca, por donde se introduce la piedra caliza, y en la parte inferior aparece una serie de vanos cuadrangulares en posición horizontal, todo ello realizado en mampostería aunque presenta sillares en algunas zonas.

Las presas eran parte indispensable de las instalaciones industriales tradicionales como por ejemplo molinos y ferrerías. Destacamos pues la Presa Arraibi en el río Arratia, que es ancha y recta, de gravedad y realizada en sillería. Muy similar y en el mismo río nos encontramos la presa Txiribuketa, de frente recto con gravedad y construida en sillería.

Dentro de las obras de ingeniería destacar el papel de los puentes. En el municipio de Lemoa encontramos los siguientes casos: el Puente de Zabale realizado en piedra y que presenta dos arcadas; muy similar es el Puente en la carretera N 240. Destaca el Puente Larrabeiti también en piedra de sillería, pero que presenta tres arcadas entre las que se intercalan dos tajamares. De tres arcadas y en piedra encontramos también el Puente de la carretera Lemoa-Amorebieta y por último el Puente en el barrio Larrabeiti en sillería y que posee una sola arcada por donde pasa el tren.

Bibliografía

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  • Manu CASTAÑO GARCÍA