Udalak

Laguardia

Toda la zona de Laguardia presenta vestigios de poblamiento pre y protohistórico importante. En su término han sido descubiertos los dólmenes de Los Molinos y Alto de la huesera, este último el año 1948, dolmen de San Martín, del Sotillo y de Layaza. En la cima de la colina La Hoya, situada a 500 metros al norte de Laguardia, se encuentra un yacimiento de la edad de hierro, descubierto el año 1935. También se han descubierto restos de establecimientos romanos entre los cuales pueden citarse: 1. Arula de piedra de 0,26 ;X 0,19 hallada empotrada en la pared de una huerta. Está adornada con molduras: MATRIBUS VSEISPOM RIMITIVA. Elorza la transcribe así: MATRIBUS USEIS POM(peia) (p)RIMITIVA. 2. Arula de piedra de 0,60 x 0,30 adornada con grecas: SEGILUS.ET RVSTICVS.F LARIBVS.QV PRO SALVTE S.L.M. Elorza la transcribe así: SEGILUS. ET RUSTICUS. F(ilius) LARIBUS Q(uadri) V(iis), PRO SALUTE (Votum) s(olverunt) L(ibens) M(erito).

  • Primero castillo.

Emilio Enciso dice que existen dos tradiciones sobre el origen de esta villa. La primera de ellas supone que, en la primera época de la Reconquista, existió un poblado llamado Biaisteri, enclavado en el montículo que hoy ocupa la villa. Otra tradición, con frecuencia fundida con la anterior, afirma que el origen de Laguardia se debe al castillo que en el siglo X construyó Sancho Abarca sobre la colina (Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, pp. 11-12). En la Geografía General del País Vasco-Navarro se dice que el origen de Laguardia es una fortaleza construida entre la cordillera de Sonsierra y el Ebro, mandada edificar por los primeros reyes de Navarra (Ref. Geografía General del País Vasco-Navarro, t. Álava, p. 633). Todos los indicios hacen suponer que el castillo fue edificado en tiempos anteriores a Sancho el Mayor, o lo que es lo mismo, en el siglo X, de donde resulta completamente verosímil la construcción de tal fortaleza por Sancho Abarca (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 17) en el emplazamiento actual del Colegio Víctor Tapia.

  • El poblado medieval.

Parece que puede concluirse que en tiempos anteriores al fuero, al establecerse los francos, encontraron sobre tal solar un pueblo indígena, ya que se asentaban en sitios donde poder comerciar. Además se confirma lo anterior con la existencia de núcleos de población dentro de los términos que más tarde el fuero había de señalar a la villa: Moreca que en 1088 tenía por señor a Lope Álvarez; Cripanes donde en el mismo 1088 existía un monasterio dedicado a los Santos Justo y Pastor; Elciego, en el cual Aznar Díaz poseía un palacio y otras propiedades ya en el 1067; Yécora en cuyas proximidades había en el 1058 un monasterio llamado de San Miguel de Biurco, al cual parece que se refieren también documentos del siglo X (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 20). En el fuero de Logroño, dado por Alfonso VI de Castilla en el año 1095, al señalarse los límites dice que se extenderán "usque ad maraignon et usque in leguarda (hasta Marañón y hasta Laguardia)". Lo cual prueba que ya existía Laguardia para tal época (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 12). Emilio Enciso expone como el argumento más fuerte de la antigüedad de Laguardia el hecho de que desde los tiempos más remotos se tiene noticia en Laguardia de la existencia de una calle llamada de los Francos, gente llegada al amparo del Camino de Santiago. A partir del reinado de Sancho III el Mayor, rey de Navarra, la inmigración se incrementó muchísimo, y los barrios y villas de francos, saliéndose del camino de Santiago, penetraban en el interior del país. Los pueblos más afectados por ello eran, generalmente, los más próximos a la ruta jacobea. Laguardia estaba muy próxima a Los Arcos, Logroño y Nájera, puntos importantes en el Camino de Santiago. Además, Sancho Abarca había construido en ella un castillo, que servía de defensa a los en ella cobijados. Sus tierras eran ricas aunque poco pobladas. Es natural que el comercio derivase hacia allí en busca de nuevos mercados.

  • El Fuero de Sancho el Sabio.

El 25 de mayo de 1164, el rey de Navarra Sancho el Sabio promocionó el poblado dándole el fuero de la población y nombrando gobernador militar de la villa a don Rodrigo Martínez de Uriz, el cual tenía también poder sobre Pedrola y Marañón. Este fuero dado a Laguardia se hizo después extensivo a las villas de Bernedo, Antoñana, San Vicente y otros lugares. Su hijo Sancho el Fuerte lo daría a la villa de Labraza, en 1196, y a los del valle de la Burunda en el 1208. Sancho el Sabio le señaló como términos: desde el soto de Enego Galíndez (Viana), quedando éste dentro de los de Laguardia, así como los términos de Tuncina hasta Gral o Lagral y todo el Real hasta Buradón y mitad del Ebro.

Que ningún sayón ni merino entrase en las casas de sus vecinos, ni les tomase nada por fuerza, y que si lo hiciese lo matasen; que no pechasen sino tres meallas; que ningún señor que tuviese la villa por mano del rey, les hiciese fuerza; que no tuviesen ningún fuero malo de sayonía, ni de abnuda, ni de mañería, ni hiciesen ninguna vereda, sino que fuesen francos para siempre y que si señor, merino o sayón, quisieren hacerles alguna fuerza lo matasen sin pagar por ello homicidio; que cada casa pagase al rey un sueldo de censo por la fiesta de Pentecostés: que no hiciesen ningún servicio sino por su voluntad; que; no pechasen homicidio por hombre o mujer que se hallaren muertos en su término o fuera de él; que pudiesen comprar y vender heredad franca en toda la tierra del rey; que si algún poblador hiciese molino pechase al rey en el primer año 5 sueldos y no más; que pudiesen cultivar toda tierra yerma y pacer sus yerbas, aprovecharse de las aguas y cortar leña; que si alguno de fuera los demandare a juicio, ya fuese infanzón o villano, concurriese a pedirlo en la puerta de la villa; que no hubiese juicio de batalla ni de hierro ni de agua caliente; que si un vecino hiere a otro y hubiere sangre, pagase diez sueldos, los cinco sueldos para la alma del rey, y si no hubiese sangre, 5 sueldos, et cadant medios in terra [Et cadan medios in terra, es decir que la mitad de la multa era del rey. Parece que se acostumbraba echarla en tierra de donde la recogía el sayón u oficial real] pro anima regis; que no hubiese pesquisa [Esto es, que nadie fuese acusado de oficio, sino habiendo parte demandante] que quien quisiere poblar o hiciere francamente; et habeam suam hereditatem francham et ingenuam de dare et venderi oui voluerit; que el alcalde fuese vecino del pueblo y no cobrase novena, ni arenzadgo por homicidio, sino que el señor que mandare el pueblo y recibiere las multas, mantuviese al alcalde y al sayón; que pudieran tener hornos con igual franqueza; que los sayones y merinos fuesen del pueblo y que si hiciesen mal sus oficios los matasen, sin pagar homicidio; quien prendase manto u otra cosa indebidamente, pagase cinco sueldos; que pudiesen comprar libremente ropas, trapos, bestias y todo animal sin necesidad de presentar carta o escritura, jurando que lo compraron [Cuando la cosa vendida se reclamaba por un tercero como hurtada, tenía obligación el comprador de dar actor o justificar de quién la compró; aquí se exonera a los de Laguardia de este Fuero general con tal que jurasen] y manifestando el vendedor; y que aun de esta manifestación estuviesen libres si la compra fuese de mula, caballo, asno o buey, hecha en camino real y no conociendo al vendedor, que no fuesen a hueste sino a batalla campal; que el ladrón cogido con el robo fuese ahorcado; que el caballo hubiese en guerras [Cuando un acreedor trababa de los ganados del fiador, el deudor principal debía pagar los perjuicios que dicho fiador experimentaba por causa de aquél, y esto es lo que se llamaba guerras], 6 dineros de día y 12 de noche, :y si muriere 100 sueldos; la yegua lo mismo que el caballo y si muriere 50 sueldos; que no pagasen lezta en el mercado; que los clérigos no pecharen ni velasen sino en salmos, himnos y oraciones, ni diesen al obispo sino la cuarta parte de los diezmos (Yanguas: Dicc...). La jurisdicción de Laguardia comprendía todo lo que hoy es Rioja alavesa, excluidas Labastida -perteneciente a Buradón- y Labraza que pronto recibiría otro fuero que la constituyese en villa y que tenía un pequeño barrio llamado Gorrebusto (Barriobusto) (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 28).

En 1168, por escritura otorgada en Los Arcos, D. Sancho donó a Santo Domingo de la Calzada la iglesia de San Miguel de illa Gardia.

  • Villa fortificada.

Desde mediados del siglo XII se consideró a Laguardia como una plaza de armas de importancia. En 1183 hallamos a un tal Alvaro Vieillo gobernando Laguardia por don Sancho. Desde 1192 hasta 1196 gobernó este castillo D. Martín Iñíguez que en 1198 fue alférez mayor del reino y lo hallamos después mandando en Larraga y Buradón. Las fortificaciones se extendieron a toda la población, que se provee de murallas y torretas. Altadill la describe así en los años treinta:

"Conserva en mucha parte su recinto murado en el que se ven a trechos los cubos cilíndricos que le resguardan; pero no faltan construcciones particulares que se apoyan en dicho recinto, restándole belleza y condiciones defensivas; en la población nueva el pétreo recinto ha desaparecido, pero perduran los once baluartes, estando ruinoso el castillo luego cuartel militar y actualmente escuela pública".

Evidentemente dentro de la política defensiva del reino, Laguardia fue concebida como un baluarte frente a Castilla.

  • Desmembrada temporalmente del reino de Navarra.

En el 1200 fue conquistada por el rey Alfonso VIII de Castilla en unión de otros pueblos y fortalezas que pertenecían a Navarra. Igualmente, durante siglos estuvo en luchas con los habitantes de Briones y de otras poblaciones castellanas. Esto se hace constar en la provisión que dio Fernando IV en 1305, por la cual le concede a Briones varias exenciones en consideración a los muchos gastos:

"muertos é grandes daños que recibieron é resciben cada día por guardar le mío señorío, contendiendo con los de Navarra, e señaladamente con los de S. Vicente é de Laguardia, con quien comarcan y contienden cada día" (Ref. Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia, t. I, p. 405).

  • Reintegrada a Navarra: siglo XIII.

El fuero de Laguardia fue confirmado en 1208 por el rey navarro Sancho VII, el Fuerte (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 32). Entre los alcaides de esta fortaleza en el siglo XIII, figuraba desde 1219 a 1234, D. Juan Pérez de Baztán, que luego fue alférez mayor del reino y había concurrido a la batalla de las Navas de Tolosa, con singular heroísmo; esta misma personalidad gobernó el castillo de Maya en 1208, el de Monreal, en 1210; el de Artajo, en 1219, y el de Marañón, en 1234. Su hermano mayor, D. Gonzalo de Baztán, gobernó en 1201 el castillo y torres de Peralta; en 1202, se encargó del castillo de Funes y gozó de gran predicamento durante el reinado de D. Sancho el Sabio. Alcaide de esta fortaleza en 1208 y 1210 era D. Diego Álvarez, que lo fue de Labraza en 1206 y le hallamos en 1218 al mando del castillo de Los Arcos. En 1294 ejercía la alcaidía D. Guillén de Isarno, caballero francés, nombrado por los reyes D. Felipe I y su esposa D.ª Juana. La señoría de Laguardia pertenecía en la fecha de 1238 a Don Pedro Martínez de Uriz cuando hallamos de alcaide, desempeñando simultáneamente igual cargo en el castillo de San Vicente, a D. Pedro Martínez de Subiza, señor de Sartaguda y rico hombre de Nabarra; en 1201, había regentado el castillo de Cáseda.

A pesar del fuero de que gozó durante el reinado de los Teobaldos, sus habitantes sufrieron bastantes atropellos. Esto se hace constar en una disposición firmada en Estella por Enrique II en el 1270, y en la que les confirma el fuero que ya tenían y promete que les desharía los agravios recibidos: que ningún hombre ni mujer fuese embargado ni preso, ni ninguna de sus cosas, dando fianza de derecho a juicio del alcalde, no siendo traidor juzgado o robador o ladrón manifiesto o encartado, como uso es (dice) et citado por los mercados; que tendría la moneda firme por 12 años y que no la bajaría ni batiría en su vida más de una moneda. Esto no impidió el que los llamados reformadores del reino de Navarra, Juan Paste, Hugo de Visac y Alfonso de Robray, la gravaran con nuevos tributos, principalmente con el del peaje. Esto motivó una disminución de su comercio, por lo cual acudieron a Felipe de Navarra (1337), logrando se suprimiese el peaje, si bien fue a cambio del pago de 1.250 libras (Ref. Geografía General del País Vasco-Navarro, t. Álava, p. 635).

En 1294, Guillén de Isarno era alcalde del castillo de Laguardia de la reina Juana I, con mando simultáneo en los castillos de Bernedo, Antoñana y San Vicente, por designación de D. Sancho VIII, la cual se hizo extensiva más tarde al castillo de Labraza. El año 1291, ante la abundancia de malhechores en esta fortaleza, se compró por 70 sueldos una cadena grande con 12 argollas, para tener bien sujetos a los presos que allí se encontraban retenidos.

  • Castillo y peajes: siglo XIV.

La alcaldía del castillo fue desempeñada en la siguiente centuria por los siguientes: Años 1300 a 1303, D. Raimundo de Girosens (l.ª vez); 1304, D. Bernardo de Girosens (1.ª vez); 1305 a 1318, D. Raimundo de Girosens (2.ª vez); 1320, Mesire Drun de Saint Paul; 1321, Don Oger de Agramont y Mesire Drun de Saint Paul; 1322 a 1326, Don Remón de Girossens; 1327 a 1329, D. Johan de Monregnable (Malregnable, Montnable, Monrenable) (1.ª vez); 1330 y 1331, Don Juan de Mongrenable, Moirrenaut, Morrenaut (2.ª vez); 1332, Don Raimundo de Girosens (3.ª vez); 1333, D. Martín Sánchez de Acedo, D. Gonzalo de Baztán; 1335 a 1341, D. Juan de Morrenable, Malrenables Monrenault (3.ª vez); 1390, D. Remón de Esparza; 1390, D. Diego Sánchiz de Aezkona (sueldo mensual, una libra).

Refiere Altadill que de este castillo salió el año 1320 el merino de la comarca, con 20 jinetes y 200 peones, marchando a Bernedo y Garaino en persecución de malhechores, que sostenían la intranquilidad de aquella zona; durante la excursión prendió en la sierra de Andía a Juan de Lodosa; prendió también y ahorcó a Ferrero de Larraga, ladrón como el primero, y apresó a varios gipuzkoanos que habían robado ganados en Iturgoyen. El año 1328, nuevamente se reunieron tantos reos, que se impuso la necesidad de aligerar la prisión, empezando por sacar y conducir a sufrir penas y castigos diferentes, saliendo entonces custodiados por el merino Juan Vele; fueron conducidos a Estella, Lope Zurbano que había matado a traición a Gundisalvo de Estella, y Martín Sánchez y García ladrones que habían repetidamente efectuado varios robos en Olite. En 1351 Don Carlos II dio un privilegio concediendo franqueza perpetua de peajes a Laguardia y sus aldeas.

  • Judería de Laguardia.

Aparece citada desde el siglo XIV; concretamente en el año 1366 Laguardia contaba con 24 fuegos judíos, de los que 19 eran "pudientes". Nuevamente aparece citada esta judería en los años 1474, 1482, 1485 y otros de finales del siglo XV, en que los judíos pecharon. La judería se localizó en la calle de San Juan de Yuso, existiendo dos sinagogas, la vieja y la nueva.

  • Cedida en rehén a Castilla.

Como garantía del pacto que se firmó en Santa Cruz de Campezo, en el 1367, entre el rey de Navarra Carlos el Malo y el de Castilla Enrique II, Laguardia fue dada como rehén al rey castellano. En el 1376 (J. J. de L. dice que fue en el 1379. Ver Compendios Históricos de la Ciudad y Villas de Álava, Vitoria, 1928, p. 127), los habitantes de Laguardia, conformándose con la sentencia dictada por el cardenal Guido, reconocieron como válido y bueno el matrimonio que contrajo el infante D. Carlos con la infanta Dña. Leonor (Ref. Geografía General del País Vasco-Navarro, t. Álava, p. 635). En el convenio que se celebró en Burgos en 1379 entre Enrique II de Castilla y los procuradores de Carlos el Malo de Navarra, se pactó que el castellano prestaría al navarro 20.000 doblas para ayudarle a pagar a las compañías gasconas e inglesas que tuvo a su servicio y que, para seguridad de lo prestado, se diese al de Castilla la tenencia de la fortaleza de Laguardia (Ref. Geografía General del País Vasco-Navarro, t. Álava, p. 636). Juan I de Castilla (hijo de Enrique II), continuó teniendo la villa en rehenes hasta el 1386. En tal fecha la devolvió a su cuñado D. Carlos III de Navarra, antes de cumplirse los plazos establecidos (Ref. Geografía General del País Vasco-Navarro, t. Álava, p. 636).

  • En la coronación de Carlos III el Noble.

En 1396 asistió, como villa principal que era del reino de Navarra, a la coronación del rey Carlos III, enviando como representantes a Juan de Cabañas, alcalde, y a Lope Gil el joven (Ref. Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia, t. I, pp. 405-406).

  • Obras en el castillo.

En el año 1400 la villa de Laguardia fue libertada de la pecha fonsadera por la cual debía pagar 12 dineros o un sueldo, por la pascua de Pentecostés, cada casa de 12 estados de largo y 4 estados de ancho. A mitad del siglo XIV, relata Altadill, la conservación de la fortaleza hallábase algún tanto descuidada, lo cual se declara en cierto documento fechado en Olite por D. Carlos III el 20 de marzo de 1408; se dieron instrucciones concretas y como al cabo de tres años no se había alcanzado todo el perfeccionamiento apetecido, el rey de Nabarra asignó para las obras del castillo de la Guardia, con cargo a los ingresos correspondientes de los tributos de Estella, 266 florines y 314 anuales, durante tres años y aun agregó el 19 de enero de 1414 a la dicha asignación 167 florines y 1/2, y la nueva prórroga de aquella consignación por otros tres años más, con la orden de trabajarse día y noche (Arch., c. 113, n.º 11), y transfirió parte de otros impuestos, estableciendo además un servicio perpetuo de vigilancia a costa de los vecinos de Piedrola, Oyón, Elciego, Cripán, Landa, Baños, Opaco y Terrera, citando el caso de que el enemigo vigilaba también y anotándose que como fortaleza fronteriza, era preciso vivir siempre prevenidos para la defensa en aquellos días "de los grandes mandobles y certeras lanzadas" y observaba el aforismo de "tanto valgo cuanto puedo", y hasta se citaba el alborear de la artillería. A cuidado de la villa estaba la reparación de murallas, la provisión de leña, el acoplamiento de armas y la provisión de víveres y otros servicios, todo ello a título de indemnización. En previsión la más alta posible, el propio rey D. Carlos III el Noble, hallándose en visita de los castillos de esta zona extrema de su reino, ordenó por cédula fechada en Elvillar a 18 de septiembre del año 1411, conocedor de que en una aldea cercana habitaban Johan Ximeniz y su pariente Martín "que habían, con evidencia comprobada, laborado en la construcción de ballestas y saetas a servicio de las guarniciones castellanas próximas, les hizo comparecer a su presencia y les ofreció colocación permanente en los castillos nabarros, como maestros de ballistería para construir y recomponer arcos y dardos con abstracción de todo castillo que no fuese nabarro, eximiéndoles de toda pecha y ofreciéndoles ciertas franquicias y beneficios, mas el haber de 40 sueldos carlines anuales, en tales conceptos que desde luego quedaron otorgados los convenios procedentes".

Consecuencia de todo ello, a mediados del siglo XIV, unas cuantas torres fuertes comunicándose interiormente y con habitaciones de sólidos muros que pomposamente se titulaban palacios, se habían consolidado; las menguadas provisiones de boca y guerra, se habían acrecido más de lo preciso para un regular asedio; no había laberintos tenebrosos, ni talleres rudimentarios para producir ballistería, ni repuestos de ninguna especie, pero todo ello se había ensanchado y acrecido en previsión de posibles ataques enemigos. Las murallas habían recibido las mejoras dictadas por la experiencia y en sentido de apetecida inexpugnabilidad; se habían instalado nuevas escaleras de acceso a las viztorres o torres redondas; se habían edificado columnas para solidez de la techumbre en el palacio mayor que estaba amenazando ruina; se había consolidado el camino cubierto del adarra; se había improvisado un lugar para elaborar el vino y ensanchado los almacenes de vituallas; se habían reforzado los arcos de piedra de los palacios; habíanse elevado nueve codos sobre la torre principal y dos brazas del muro en 429 brazas de longitud y se había renovado y ampliado la capacidad del algibe; se había establecido una casa para reparar y almacenar en repuesto las máquinas de guerra; y se habían instalado prisiones subterráneas con sus cadenas y argollas para prisioneros. Se rehizo el horno para cocer el pan y no se tardó en recibir cañones, la gran novedad guerrera de la época. En resumen, el castillo de Laguardia, remozado, quedó dispuesto para albergar guarnición numerosa y capilla para el culto.

  • En el principado de Viana.

Carlos III El Noble incorporó Laguardia al principado de Viana que creó el 20 de enero de 1423 para su nieto Carlos, hijo de Blanca I. Esta villa le fue entregada al infante junto con otras poblaciones navarras y alavesas. A partir de 1451 -fecha en que estalla la guerra de beamonteses y agramonteses, a favor de Juan II unos, del príncipe de Viana, otros- Laguardia sigue las alternativas de las luchas de bandos.

  • Nueva intentona castellana.

Los molinos de este pueblo fueron destruidos por los castellanos en 1429 y para su reedificación le dio el rey de Navarra los cuartos del obispo de Calahorra. En 1430, al declararse la guerra entre Castilla y Aragón-Navarra, Diego de Destúñiga, sobrino del obispo de Calahorra, estando al frente de las tropas facilitadas por su tío y el conde de Ledesma, la tomó por asalto, tras hacerle sufrir un largo asedio. Los navarros que la defendían se vieron obligados a refugiarse en el castillo hasta que, como dice la crónica de Juan II: "combatidos noche é día con tiros de pólvora é ballestas é mandrones, de tal manera que los del castillo se vieron tanto aquejados que lo desampararon é se fueron a Navarra. Y el obispo y su sobrino se apoderaron de él é lo repartieron é bastecieron é le tuvieron así por el rey". Firmada la paz en 1437, Laguardia volvió al reino de Navarra (Ref. Geografía General del País Vasco-Navarro, t. Álava, p. 636). Después fue favorecida por los reyes de Navarra, y en 1451, Juan II de Navarra le concedió la merced de que nunca sería enajenada a la corona (Ref. Compendios Históricos de la Ciudad y Villas de Álava, 1928, p. 130).

  • Desmembrada definitivamente de Navarra.

En el reinado de Enrique IV de Castilla volvieron las hostilidades entre Navarra y Castilla. Laguardia, viendo los preparativos que contra ella se hacían en Nájera, se rindió en 1461 a D. Rodrigo de Mendoza, quien en 1469 seguía siendo alcaide de ella. "Pero Navarra -dice Yanguas- jamás reconoció la legitimidad de esta ocupación. Todavía en el repartimiento de cuarteles del año 1513 se incluía a Laguardia como pueblo de Navarra en la merindad de Estella, aunque sin designarle cantidad, porque está en poder del rey de Castilla, decía". [Arch. del reino, sección de cuarteles, leg. 1, carp. 33].

  • El servicio de armas.

El fuero establecía que los laguardienses no servirían al rey en hueste, sino tan sólo en batalla campal. Más tarde, en 1475, la condesa Doña Leonor de Foix, gobernadora de Navarra en nombre de su padre don Juan, reconoce que no podían ir en hueste sino tan sólo por tres días. Y en 1496, los Reyes Católicos, en carta dirigida al alcaide D. Rodrigo de Mendoza, hablan de que la villa está obligada a contratar cierto número de hombres de armas, siempre que el alcaide se lo urja presentándoles la cédula real que así lo manda (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 136).

  • Incorporada a Álava.

En 1469 la reina Doña Juana, esposa de D. Enrique IV de Castilla, mandó que fuese entregada Laguardia a Don Iñigo López de Mendoza, conde de Tendilla, y quedó agregada al principado de Viana. Durante 17 años permaneció en esta situación, gobernada por los alcaides puestos por Castilla. Finalmente, Fernando el Católico dirigió una carta al alcaide D. Rodrigo de Mendoza por la cual Laguardia y sus aldeas quedaban unidas a la provincia de Álava:

"Rodrigo de Mendoza mi vasallo é Alcayde de Laguardia é Concejos, Alcaldes Regidores Caballeros Escuderos oficiales é homes buenos de la Villa de Laguardia é su tierra: á mi es fecha relacion que á cabsa que esa dicha Villa é tierra non estais en Hermandad con la Provincia de Vitoria é con otra Provincia comarcana muchas personas que facen é cometen algunas muertes é robos é otros insultos en la dicha Provincia é comarcas de ella é frontera non son punidos ni castigados segun los delitos que cometen é que en esa dicha Villa é tierra son defendidos y estan seguros de manera que las Justicias non pueden executar en ellos la justicia, ni vosotros gelas quieras, temeis diciendo que estais poblados al fuero de Navarra é que no soys obligados a lo facer segund vuestros usos é costumbres é que ante los jueces della se han de demandar qualesquier mal fechores: é por sentencias que contra ellos se hayan dado por otras Justicias non pueden ser punidos ni castigados: é que si asi pasase de aqui adelant seria cabsa que muchas personas se atreverian á venir mal de que á mi se recresceria deservicio mio: é á la dicha Provincia é frontera della vernia grand daño: é por su parte me fue suplicado que vos mandase que entrasedes en la dicha Hermandad con la dicha Provincia, ó con otra que mas en Comarcas vos estobiese, ó que sobre ello les probeyese como la mi merced fuese: é por que mi merced é voluntad es que de aqui adelant esa Villa haya de venir so las leyes de mis Reynos yo vos mando que luego que con esta mi Cédula fueredes requeridos entreis en Hermandad con la dicha provincia de Vitoria é Hermandades de Álava, ó con otra Provincia que mas en Comarca vos quepa é guardeis las leyes de mis Reynos é vivais só ellas é no en otra manera sopena de la mi merced é de confiscacion de los bienes, dada en la Villa de Alcalá de Henares á cuatro dias del mes de Enero año de noventa y un años. Yo el Rey=Por mandado del Rey Fernando Albarez. A comienzos del siglo XVI muere Don Rodrigo de Mendoza, el último alcaide de gran talla del castillo de Laguardia. Con él terminan para éste sus días guerreros." (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 33).

  • Un asesinato.

El 8 de mayo de 1499 (Madrid) los reyes Católicos Fernando e Isabel, por medio de una Provisión real, ordenaron a la villa de San Vicente, a petición de la provincia de Álava, que no acogiesen a ningún malhechor, ya que, uno de ellos, había matado a un agricultor en la villa de Laguardia. (Ref. Cartulario Real a la provincia de Álava, SEV. 1983).

  • Intento de reconquista navarro.

En la guerra de reconquista navarra, cuando los aliados franceses querían apoderarse de Pamplona (1521 ), los alaveses y guipuzcoanos bajaron por Álava hacia La Rioja. Mandaba a los primeros su diputado, y a los segundos su maestre de campo D. Juan Pérez de Ansiondo. Reuniéronse con el ejército real en Laguardia, en cuyo castillo y plaza de Santa María eligieron por caudillo general al duque de Nájera, virrey de Navarra (Ricardo Becerro de Bengoa: El libro de Álava, Vitoria, 1877, p. 92).

  • Los últimos alcaídes del castillo.

A Don Rodrigo de Mendoza le sucedió en la tenencia del castillo su hijo D. Antonio. El único dato que de él se conserva es un fuerte encontronazo que tuvo con los de Labraza, y que no debió resolverse a su favor (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 38). A don Antonio de Mendoza le sucedió, en 1508, D. Juan de Arellano, que fue el último alcaide que residió en la fortaleza y que tuvo por teniente suyo a Ramón de Moreda, vecino de Alfaro (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 39). En 1535, el comendador Don Diego Flores de Robles, capitán de la Guardia Española de Su Majestad, sustituyó a Juan de Arellano como alcaide del castillo. No se molestó en residir en él, gobernándolo por medio de su teniente, Juan Subero (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 39). Por documento del 7 de noviembre de 1558, Doña Juana de Portugal, gobernadora durante la ausencia de Felipe II, con poder de éste, vende a Juan de Samano la tenencia de la alcaidía de la fortaleza de Laguardia, con todos los derechos y preminencias que hasta entonces habían tenido los alcaides que habían sido de ella (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 39). Las rentas que percibiría Juan de Samano por la tenencia del castillo serían 100.000 maravedís anuales: los 60.000 que la villa y sus aldeas estaban obligados a pagar al rey por castellanía, más otros 40.000 sobre las alcabalas del puerto seco de Logroño. A su vez, Juan de Samano pagó al rey 8.000 ducados. De cuenta del rey serían las reparaciones de la fortaleza y sus edificios, las municiones y la artillería, tal como había sido hasta entonces (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 40). Históricamente Laguardia se resistió a la venta de su castillo, por ello, cuando en febrero de 1559, Samano reclamó sus 60.000 maravedís, la villa le contestó que no los pagaría hasta que se aclarase quién era el propietario de la fortaleza, depositando, mientras tanto, el dinero en un vecino, Diego Pérez Blanco. Muy pronto se aclaró el asunto, y Laguardia hubo de reconocer a Juan de Samano como alcaide. A su muerte le sucedió su hijo Luis, hasta el 1609 (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 40).

  • Las murallas en la época moderna.

En la Edad Media la villa sólo podía comunicarse con el exterior por 4 puertas: la de Santa Engracia, la de San Juan, la del Mercadal y la de Páganos. Todas ellas se cerraban al anochecer. La primera estaba defendida por una torre que en 1573 era propiedad de Juan de Rojas. La del Mercadal estaba defendida por 2 torres; como propietarios de una de ellas aparecen en la segunda mitad del siglo XVI los herederos de Diego López de Montoya. En el siglo XVI era el ayuntamiento de la villa el que cuidaba de las murallas. En épocas anteriores, era el señor que tenía el castillo quien se preocupaba de ellas atendiéndolas a cargo del rey. En los siglos XIV y XV se hicieron varias reformas en las murallas. En el XVI continuaron las reparaciones. En 1506 se acude a la reina Doña Juana pidiéndole que subvencione la reparación de los muros porque el ayuntamiento no tenía fondos para ello. El 1517, 1552, 1575, 1587, son diversas fechas en las que se hacen reparaciones en las murallas (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 44).

  • II Guerra carlista: teatro de operaciones.

Ecequiel Careaga fue el jefe del alzamiento carlista de la segunda guerra (1872-76), en La Rioja alavesa que tuvo por centro a Laguardia. Gentes de casi todos los pueblos de La Rioja alavesa pero fundamentalmente de Laguardia, formaron su batallón. Sus correrías alcanzan Apellaniz, y el 29 de mayo de 1872, según el testimonio del alcalde de Páganos, se presentó en la villa con 700 hombres a su mando, aunque el Convenio de Amorebieta terminó con la mayor parte de estos núcleos armados lanzados al campo. Laguardia era un pueblo importante. A1 finalizar esta guerra, en 1877, tenía 2.800 habitantes. El carlismo en esta segunda guerra consideraba a Álava, excepto el Norte y La Rioja, como tierra de paso. Esta inestabilidad se refleja por ejemplo en el caso de Laguardia, cuyo dominio cambió de manos varias veces en cortos lapsos de tiempo. El verano de 1873 las autoridades locales liberales establecen una Junta de Fortificaciones que elaboró un proyecto cuyo presupuesto era de 19.502 reales que solían pagar los pueblos riojanos. Más tarde, cuando los carlistas derriban las fortificaciones y el liberal Caserna las manda reconstruir, recaen de nuevo los gastos sobre los pueblos de La Rioja. Los pueblos cedían este dinero como anticipa al Gobierno. En noviembre de 1873 Laguardia es tomada por los carlistas. Su botín fue de 182 prisioneros, 200 vestuarios, 400 fusiles, etc... Aunque estaba poco defendida, Laguardia fue tomada gracias a una traición que dejó en manos de los atacantes una de las puertas de la muralla. Así Álava entera quedaba en manos de carlistas menos la capital. Laguardia se convirtió al mismo tiempo en centro de operaciones carlistas de La Rioja alavesa, mientras los pueblos limítrofes contribuían a las obras de fortificación. El 4 de febrero de 1874 es reconquistada por los liberales, mientras los batallones carlistas alaveses tomaban parte en las operaciones en torno a Bilbao. El 5 de agosto de 1874 vuelve a caer Laguardia en manos de los carlistas. Su guarnición fue hecha prisionera y puesta luego en libertad, previa entrega de su armamento y equipo. Álvarez, el jefe carlista, ordena la demolición de las murallas porque, según parece, no confiaba mucho en poder mantener la posesión de la plaza. Y el 8 de octubre queda definitivamente Laguardia en manos de los liberales. Las murallas se arruinaron casi totalmente. De ellas sólo quedaron las torres convertidas en campanarios, varios castilletes y el lienzo de muralla que corre desde el portal de San Antonio a la iglesia de San Juan (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 44).

Villa de la hermandad del mismo nombre. Se regía por un alcalde mayor, su teniente, el procurador síndico general, 4 regidores (dos del estado noble y dos del llano), y dos diputados que eran elegidos el día de San Juan Evangelista por dos electores, uno de cada estado (Ref. Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia, t. I, p. 406). En 1366 su jurisdicción se extendía a todas las villas de la hermandad de su nombre, que entonces eran aldeas suyas; igualmente abarcaba a los lugares de Berberana, Quintanilla, Quintana, Murriart, Esquide, las Casetas y Pazuengos, despoblados ya a fines del siglo XVIII (Ref. Diccionario Geográfico-Histórico de la Real Academia, t. I, 406).

Los documentos del siglo XVI, cuando hablan de Laguardia, distinguen entre villa y la "Villa y Tierra" designando con este segundo nombre a toda la jurisdicción, es decir, el conjunto de la villa y sus aldeas. Para su gobierno, la Villa y Tierra estaba dividida, en esta época, en tres tercios: el de la villa, el de Cripán y el de Samaniego. El de la villa lo formaba ésta con su barrio de Lapuebla. El de Cripán comprendía Cripán, Viñaspre, Elvillar, Lanciego, Yécora, Moreda, Oyón y Esquide. Al de Samaniego pertenecían Samaniego, Leza, Villaescuerna, Baños, Navaridas, Elciego, Páganos y Berberana (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 45). Su gobierno se realizaba en los llamados "ayuntamientos -concejos- generales de Villa y Tierra" integrados por el ayuntamiento de la villa y un representante de cada uno de los lugares, exceptuados Esquide y Berberana que no tenían derecho a ello por lo reducido de su vecindario. Estos concejos se reunían periódicamente mediante cédula de citación que les enviaba el ayuntamiento ordinario de la villa, el cual podía citarles siempre que lo creyese conveniente (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 45). Las decisiones del concejo se tomaban por mayoría de votos de los representantes de los lugares. Cuando todo un tercio desistía del acuerdo, éste no les obligaba (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 46). Las verdaderas atribuciones del alcaide del castillo están bien delimitadas en un documento de Fernando el Católico dirigido al concejo de Laguardia en 1475. Según el mismo le corresponde a aquél mirar "por la goarda e defensión della (de la fortaleza), por la buena gobernación e regimiento desa villa e por la administración de la mi justicia". En otros documentos se le llama al alcaide "asistente de la villa" y se dice que "tenía la villa por mano del rey". En 1508, cuando aparece el cargo de corregidor, los poderes del alcaide quedan reducidos al castillo, cesando toda intervención en el régimen del pueblo y su justicia. El alcaide percibía como derechos 60.000 maravedís que la villa tenía que pagar al rey por castellanía (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 38).

A principios del siglo XVI, el gobierno particular de cada aldea estaba formado por el concejo de vecinos presididos por su abad y varios jurados que ellos designaban. E1 abad tenía unas atribuciones parecidas a las de un alcalde pedáneo, pero más reducidas. Para tomar decisiones de cierta importancia debían reunirse todos los vecinos. A medida que fue pasando el tiempo los pueblos fueron adquiriendo mayor personalidad, hasta que terminarían constituyéndose en villas (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 46). En 1535 se hizo una conducción de agua a Laguardia. Como de costumbre, quería que las aldeas contribuyesen a cubrir los gastos. Estas se niegan rotundamente alegando que para ellas no supone ninguna utilidad. Con los servicios de la villa ocurre otro tanto. En 1574, un ayuntamiento general de Villa y Tierra acuerda que no se pague al médico a su costa, pues los pueblos tienen ya contratos con médicos de Logroño, Nájera, Briones y de otras partes. A medida que aumenta la separación entre la villa y sus aldeas los pleitos están a la orden del día. El principal motivo de ellos lo constituía el usufructo de los montes y, en inferior proporción, el regadío. Los pueblos más pleitistas eran los dos de mayor número de habitantes: Elvillar y Elciego. En general, los pueblos se muestran enemigos de que se paguen de sus fondos los gastos de tales pleitos. Les parece bien que se sigan pero que los pague la villa (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, pp. 51-53).

Durante el siglo XVII se irían separando las aldeas de la villa, hasta quedar sólo Laguardia con Páganos, Laserna y Berberana. De esta forma se extinguió la "Villa y Tierra" (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 54). En el siglo XVI el gobierno de la villa lo ejercía el ayuntamiento. Estaba constituido por el corregidor, su teniente, 2 regidores, 4 diputados (uno por cada cuarterón), y el procurador general. E1 corregidor representaba a la autoridad real. Era nombrado por el rey, recayendo su designación en un aristócrata de fuera de la villa. Su oficio era doble: presidir el ayuntamiento y juzgar en primera instancia las causas civiles y criminales, por lo que se le llamaba también juez de residencia. A1 cargo de corregidor iba anejo el de capitán principal de la frontera de Navarra, lo cual trajo fricciones con el diputado general de Álava, jefe supremo de las tropas armadas de la provincia. Igualmente, desde el primer momento se suscitaron cuestiones sobre competencia entre el corregidor y el alcaide de la frontera. En 1508, el rey Fernando el Católico, a petición de la villa, dirigió una carta al alcaide, Antonio de Mendoza, mandándole cesar en su cargo de asistente del ayuntamiento. Desde entonces quedó desligado el gobierno de la fortaleza y el de la villa. Con esto no terminó todo. El 8 de agosto de 1513, por una provisión de la reina Doña Juana, consiguieron el que el alcaide fuese elegido por el pueblo, como siempre lo había sido (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, pp. 61-64). Los regidores, los diputados, el procurador general y el alcalde de Hermandad eran de elección popular. Se nombraban anualmente en la iglesia de San Juan Bautista el día 27 de diciembre. Este acto constaba de tres partes: en la primera se nombraba a los regidores. En al segunda tomaban parte todos los vecinos que elegían al procurador general y al alcalde de Hermandad. En la tercera se dividían los vecinos por cuarterones, y cada uno de éstos, por votación, elegía a su diputado (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 66).

La designación de los regidores se hizo, en el siglo XVI, de dos maneras muy distintas. A1 principio cada regidor saliente nombraba su sucesor, que no podía ser de su mismo cuarterón. A partir de 1544 se hacen nuevas ordenanzas. Ya no importaba el que el elegido fuese del mismo cuarterón. Pero en cambio, ahora uno había de ser necesariamente hijodalgo y el otro franco infanzón (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, pp. 66-67). A fines del siglo XVI aparece un nuevo cargo concejil: el de alférez mayor de la villa. Su puesto es el inmediato después del corregidor o su teniente y antes de los otros regidores de los cuales él es el primero. Era oficio perpetuo, transmisible por herencia. Este cargo fue instituido por Felipe III, por carta real fechada el 7 de julio de 1600, y lo concedió a D. Francisco Sánchez de Gamarra, quedando así vinculado a la familia de los Sánchez Samaniego que la habían de ejercer durante más de 2 siglos (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, pp. 68-69).

Aparte de los cargos ya nombrados, en el siglo XVI existían estos otros cargos en la villa: alcalde de Hermandad, jurados, jueces de apelación, alguacil, mayordomo, procuradores, jueces de comisión, fiel de pesos y medidas, el colector de Bulas, etc. (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, pp. 71-76). En el siglo XVI el ayuntamiento se reunía ordinariamente un día a la semana, que en 1525 era el lunes, pero después, por lo menos desde 1539, cambió al sábado y así continuó hasta fin de siglo (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el siglo XVI, Vitoria, 1959, p. 77).

Elecciones generales del 20 de abril de 1879
Ref. Boletín oficial de Álava del 20-IV-1879.
CandidatosPartidosVotos
Sebastián Abreu CerainLib. Transigente304

Elecciones de diputados a Cortes del 1 de febrero de 1891
Ref. Boletín oficial de Álava del 3 de febrero del año económico 1890-91. Filiaciones en "La L." del 3-III-1893.
(1) Este candidato se llama Gonzalo Aguilera, Boletín oficial de Álava del 7-III-1893.
CandidatosPartidosVotos
Abreu, SebastiánConservador333
Marqués de Sarasola 3
Conde de Casasola (1)Carlista1
Conde de Sarasola 1

Elecciones de diputados provinciales del 11 de Septiembre de 1892
Ref. Boletín oficial de Álava del 17-IX-1892, en el año económico 1892-93. Filiaciones en El Alavés del 6-IX-1892.
CandidatosPartidosVotos
Abalos, PaulinoIndependiente133

Elecciones de diputados a Cortes del 5 de marzo 1893
Ref. Boletín oficial de Álava del año económico 1892-93, del 7-III-1893. Filiaciones en "La L." del 3 y 5-III-1893.
CandidatosPartidosVotos
Aguilera, GonzaloCarlista320
Mtez. de Aragón, GabrielLiberal-Fuerista94
Abreu, SebastiánConservador51

El 20 de enero de 1893 tuvieron lugar una serie de conflictos como protesta por la reorganización de la Capitanía General trasladada de Vitoria a Burgos y por la intención gubernamental de aumentar las contribuciones en la renovación del Concierto Económico. En los enfrentamientos se produjeron un muerto y varios heridos.

Elecciones de diputados provinciales del 9 de septiembre de 1894
Ref. Boletín oficial de Álava del 18-IX-1894 (año económico 1894-95).
CandidatosVotos
Sáenz de S. M.ª, Isidro354
González, Santiago299
Oñate, Dionisio de 275
Iradier, Justino184
Hermosa, José Manuel92
Garizabal, Juan87
El resto0

Elecciones de diputados a Cortes del 12 de abril de 1896
Ref. Boletín oficial de Álava del 14-IV-1896 (año económico 1895-96). Filiaciones en El Alavés del 7 y 12-IV-1896.
(1) 3 votos diversos y papeletas en blanco, en el Boletín oficial de Álava del 14-IV-1896.
CandidatosPartidosVotos
Aguilera, GonzaloCarlista267
Abreu, SebastiánLiberal-Conservador184

Elecciones de diputados a Cortes del 19-V-1901
Ref. Boletín Oficial de Álava del 21-V-1901. Filiaciones en "La L." del 15-IV-1901.
CandidatosPartidosVotos
Abreu, SebastiánLiberal153
González I., CruzLiberal90

Elecciones de diputados a Cortes del 2-II-1902
Ref. Boletín Oficial de Álava del 6-II-1902. Filiaciones en el El Heraldo Alavés del 1-V-1902.
CandidatosPartidosVotos
Ajuria, AlfredoCanalejista169

Elecciones de diputados provinciales del 8-III-1903
Ref. Boletín Oficial de Álava del 12-III-1903. Filiaciones en "La L." del 9-III-1903 y en el El Heraldo Alavés del 10-III-1903.
Resumen de votos totales en el distrito de Laguardia
CandidatosPartidosVotos
Migueloa, JustinoUnión Liberal1.455
Franco, AquilinoUnión Liberal1.397
Sáenz de S. Pedro, AndrésCarlista1.396
S. de Santa M.ª, IsidroCarlista1.366
Echave, AntonioCarlista1.285
Celaya, EnriqueUnión Liberal1.019
García Jalón, RodrigoIndependiente770
Mtez. de Lecea, VicenteIndependiente384

Elecciones de diputados provinciales del 8-III-1903
Ref. Boletín Oficial de Álava del 12-III-1903. Filiaciones en "La L." del 9-III-1903 y en el El Heraldo Alavés del 10-III-1903.
(1) 301 en el El Heraldo Alavés del 7-III-1903. (2) 176 en el El Heraldo Alavés del 7-III-1903.
CandidatosPartidosVotos
Sáenz de S. Pedro, AndrésCarlista291(1)
S. de Santa M.ª, IsidroCarlista221
Migueloa, JustinoUnión Liberal197
Echave, AntonioCarlista166(2)
Celaya, EnriqueUnión Liberal55
Franco, AquilinoUnión Liberal45
García Jalón, RodrigoIndependiente32
Mtez. de Lecea, VicenteIndependiente15

Elecciones de diputados provinciales del 26-IV-1903
Ref. Boletín Oficial de Álava del 30-IV-1903. Filiaciones en el El Heraldo Alavés del 9 y 29-IV-1903.
CandidatosPartidosVotos
Mazarrasa, AntonioCarlista254
Sengariz, PabloFusionista94

Elecciones de diputados a Cortes del 10-IX-1905
Ref. Boletín Oficial de Álava del 14-IX-1905. Filiaciones en el El Heraldo Alavés del 2-IX-1905.
CandidatosPartidosVotos
Mazarrasa, AntonioTradicionalista272
Sengariz, Pablo 125

Elecciones de diputados a Cortes del 21-IV-1907
Ref. Boletín Oficial de Álava del 25-IV-1907. Filiaciones en el El Heraldo Alavés del 15 y 16-IV-1907.
CandidatosPartidosVotos
Alcocer, CelestinoTradicionalista252
Hurtado de Amézaga, Juan 140
Mtez. de Aragón, GabrielCanalejista22

Elecciones de diputados a Cortes del 8-V-1910
Ref. Boletín Oficial de Álava del 10-V-1910. Filiaciones en "La L." del 9-V-1910.
(1) 5 entre votos diversos y papeletas en blanco, en el Boletín Oficial de Álava del 10-V-1910.
CandidatosPartidosVotos
Mazarrasa, AntonioCarlista301
Sengariz, PabloLiberal204

Elecciones de diputados a Cortes del 8-III-1914
Ref. Boletín Oficial de Álava del 10 y 14-III-1914. Filiaciones en el El Heraldo Alavés del 25 y 27 de febrero de 1914.
(1) El El Heraldo Alavés del 25-II-1914 presenta su candidatura como popular, por encima de cualquier partido.
CandidatosPartidosVotos
Pando-Argüelles, CasimiroIndependiente (1)272
Acha, EduardoCarlista195

Elecciones de diputados a Cortes del 9-IV-1916
Ref. Boletín Oficial de Álava del 15-IV-1916. Filiaciones en "La L." del 8-IV-1916.
(1) 15 entre votos diversos y papeletas en blanco, en el Boletín Oficial de Álava del 15 de abril de 1916.
CandidatosPartidosVotos
Pando-Argüelles, CasimiroCoal.-Monárquica273
Fernández, MiguelCarlista136

Elecciones de diputados a Cortes del 24-II-1918
Ref. Boletín Oficial de Álava del 26-II-1918. Filiaciones en "La L." del 6 y 15-II-1918.
CandidatosPartidosVotos
Artiñano, GervasioJaimista305
Pando Argüelles, CasimiroPart.-Republicano56
Diversos y en blanco 37

Elecciones de diputados a Cortes del 19-XII-1920
Ref. Boletín Oficial de Álava del 25-XII-1920. Filiaciones en El Heraldo Alavés del 15-XII-1920 y en "La L." del 14-XII-1920.
(1) En el El Heraldo Alavés del 15-XII-1920 aparece como republicano.
(2) 185 en el El Heraldo Alavés del 20-XII-1920.
CandidatosPartidosVotos
Artiñano, GervasioCatól.-Independ. 244
Ocio, Enrique Indep.-Liberal (1) 189(2)
Resultado de las elecciones generales del 29-IV-1923
Ref. Boletín Oficial de Álava del 5-V-1923. Filiaciones en el El Heraldo Alavés de 24-IV-1923 y 11-IV-1923.
N.º de electores: 500; N.º de votantes: 460; En blanco: 3
CandidatosPartidosVotos
Joaquín Pérez ArgoteIndependiente231
Enrique OcioLiberal demócrata226

Elecciones municipales del 12-IV-1931
Ref. Boletín Oficial de Álava del 18-IV-1931. Filiaciones en "La L." del 13-IV-1831.
(1) En blanco 3 en Boletín Oficial de Álava del 18-IV-1931. Tras la impugnación, se estableció una Comisión gestora del ayuntamiento el 27 del mes en curso. Junta directiva del círculo republicano: Pres.: Aurelio Arbulo. Vicep.: Pablo Pz. Abalos. Tesor.: Primitivo Abente. Vocales: Pedro Bajanda, Federico González Olano, Teodoro Lz. Casado, Celestino Irazu, Eulogio Gracia. Secretario: Atilano Pz. de Viñaspre.
CandidatosPartidosVotos
Liborio Ugarte RuizJaimista142
Celestino Irazu García de Jalón 118
Blas Landaluce Lz. SamaniegoTradicional- Monár.97
Eulogio García Regil 77
Doroteo López López 1
Francisco Madinaveitia Ibañéz 1

Elecciones municipales del 1-V-1931.
Ref. La Voz de Guipúzcoa, 2-VI-1931.
Republicanos8
Jaimistas2

Elecciones generales del 28-VI-1931
Ref. "Euzkadi" del 30-VI-1931. Filiaciones en Gaceta del Norte del 30-VI-1931.
CandidatosPartidosVotos
OriolTradionalista275
SusaetaRepublicano231
OlanoPNV18

Plebiscito del 5-XI-1933 sobre el Estatuto Vasco de Autonomía
Ref. Euzkadi del 10-XI-1933.
ElectoresA favorEn contraEn blanco
1.342964761

Elecciones generales del 19-XI-1933. 1.ª y única vuelta. (Electores: 1342)
Ref. Euzkadi del 22-XI-1933. Filiaciones en La Gaceta del Norte del 14-XI-1933.
CandidatosPartidosVotos
OriolTradicionalista592
AmorósRadical199
LandáburuPNV73
SusaetaRadical Socialista30
CastresanaRadical Socialista22
QuintanaComunista1
En blanco 2

Elecciones generales del 16-II y 1-III-1936. 1.ª y 2.ª vuelta
Ref. Euzkadi del 3-III-1936 y del 18-II-1936. Filiaciones en La Gaceta del Norte del 18-II-1936.
CandidatosPartidosVotos
2.ª vuelta1.ª vuelta
OriolFrente Contrarrev.577589
ViguriFrente Popular323291
F. EstradaFrente Contrarrev.6585
LandáburuPNV5748

Elecciones del 15-VI-1977
Votantes: 972 (88,8%)
UCD425
PSOE228
AP111
PNV77
DCV50
ASD18
PSP16
ESB5
FDI5
AET2
FUT2
EE1
FE1
PP0

El Referéndum constitucional del 6-XII-1978. (Censo electoral: 1.203)
Votos887
Abstenciones31626,26%
No1179,72%
66555,27%
Blanco85
Abstenciones y No35,95%

Elecciones generales del 1-III-1979. (Censo electoral: 1.219)
Ref.: Instituto Nacional de Informática.
UCD40643,46%
PNV15016,05%
PSE10511,24%
PC10311,02%
UFV838,81%
HB384,06%
UN80,85%
EE50,53%
PCE50,53%
ORT30,32%
PTE30,32%
PSH30,32%
LKI30,32%
EMK10,10%
Abstenciones28523,37%

Elecciones municipales del 3 de abril de 1979
Para ocupar las 9 concejalías de este ayuntamiento se presentaron cuatro candidaturas: PNV, UCD, UFV y Por la Unidad Popular. Resultaron elegidos, sobre un censo de 1.219 electores, los siguientes concejales: UCD con 496 votos: Javier San Pedro, Juan Sáenz de Samaniego, José López, Alberto Rández y Antonio Gil; Por la Unidad Popular con 198: Alvaro Valle y Vicente Sáenz de Samaniego; UFV con 155: Jesús Arbulu; PNV con 117: Eusebio López de Aguileta. Alcalde: Javier San Pedro, de UCD.
Referéndum estatutario del 25-X-1979 (Censo electoral: 1.1194)
Votos85071,20%
Abstenciones34428,80%
68780,82%
No9711,41%
Blanco:556,47%
Nulo11,29%
s/c 57,53%

Primeras elecciones para el Parlamento Vasco; 9-III-1980. (Censo electoral: 1.232)
Ref. Revista Euzkadi, 9-III-1980.
UCD54055,95%
PNV25526,42%
HB505,18%
AP343,52%
EKA303,10%
EE181,86%
PSE171,76%
EMK20,20%
ESEI20,20%
Abstenciones26721,67%

Elecciones Generales del 28-X-1982.
Escrutados 1.220, 171 abstenciones, 10 nulos, 9 blanco
AP/UCD497
PNV240
PSOE159
HB65
EE35
CDS22
PST3
PCEm3
SE2
FN1
PCE1
CUC1
UCE1

Elecciones municipales del 8 de mayo de 1983
Concejales: EAJ-PNV: Manuel Martínez Cuende, José Luis Díaz Bello, Jesús María Amelibia Díaz de Guereñu. AP-PDP-UL: Javier Sampedro Sampedro, Alberto Rández Caballa, José Antonio Briones Mateo, Miguel Díaz de Guereñu Marañón, Manuel Fernández Pérez, Jesús Alegre Davalillo. Resultó elegido alcalde Javier Sampedro.