Udalak

Laguardia

Municipio, partido judicial de Laguardia, Álava.

En el siglo XVI, la villa, para su buen gobierno, estuvo dividida en 4 cuarterones o cuarteles: el de Páganos, el de Peralta, el de Santa Engracia y el de San Juan (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el s. XVI, Vitoria, 1959, p. 56). Las 3 grandes obras realizadas por el ayuntamiento en el siglo XVI fueron: la adquisición de la serna del castillo de Asa, la traída de aguas potables y el saneamiento del prado de la Paul (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el S. XVI, Vitoria, p. 81 ). En el siglo XVI, los cuarterones tienen mucha importancia en el régimen de la villa. Han perdido todo su interés militar, pero lo tienen político. Son como pequeñas poblaciones dentro de una misma población. A1 frente de cada uno había un diputado que era su representante en el ayuntamiento y que los gobernaba en nombre de aquél. Ayudándole y dependiendo de él estaba el jurado. Era incumbencia del diputado de cada uno de los cuarterones el que se cumpliesen algunos asuntos que eran de interés general para la villa: nombramiento de ciertos cargos, las contribuciones, atenciones a la gente de guerra que pasaba por Laguardia y en ella se hospedaba, limpieza de ríos y caminos, veredas y otras prestaciones personales (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el s. XVI, Vitoria, 1959, p. 58-59).

En la vida de la villa tuvieron mucha importancia las vecindades. Eran unas organizaciones de carácter social, mitad cofradía y mitad sociedad cívica. En un principio estuvieron identificadas con los cuarterones y sólo hubo 4. Las de Santa Engracia y San Juan tuvieron por patronos a sus respectivos titulares, la de Páganos a San Antonio y la de Peralta a San Nicolás (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el s. XVI, Vitoria, 1959, p. 93). El gobierno de las vecindades lo ejercía el abad con dos mayordomos, que eran nombrados el último día del año. Tomaban posesión del cargo el día de la Epifanía, pagando el vino que se consumía en la colación con que lo celebraban. Una vez nombrados debían de aceptar el cargo so pena de 100 maravedís. Todos los vecinos estaban obligados a obedecerles. Si alguien se rebelaba contra los mayordomos debía ser reducido a obediencia por el abad, y al que se rebelaba contra éste lo reducían todos los vecinos. Nadie podía dejar la vecindad sin permiso del abad y de los vecinos. Luego venían una serie de normas para una buena convivencia ciudadana. Con este tipo de normas se regían en la calle de Páganos, que, probablemente, en poco diferirían de las de las otras vecindades (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el s. XVI, Vitoria, 1959, pp. 94-96).

Durante la Edad Media las vecindades tenían obligación de defender la parte de muralla que correspondía a su cuarterón y que estaba delimitada por las puertas de la villa (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el s. XVI, Vitoria, 1959, p. 136). En el siglo XVI se fundaron 2 obras de beneficencia: el Arca de Misericordia y el Pósito de Trigo; ambas estaban destinadas a la ayuda de los labradores pobres (Ref. Emilio Enciso: Laguardia en el s. XVI, Vitoria, 1959, p. 115). El 16 de mayo de 1660, la villa y el obispo de Calahorra, D. Fr. Fernando de Ontiveros, dieron permiso para la fundación de un convento de capuchinos. Este convento subsistió hasta el 1835. A comienzos del siglo XX parte de él servía para cárcel de partido y los claustros para escuelas públicas (Ref. Geografía General del País Vasco-Navarro, t. Álava, p. 631).