Kaperak

LA CAPILLA DEL FUERTE DE SOKOA

La capilla del fuerte de Socoa. En este fuerte construido en 1636 bajo el ministerio de Richelieu, arrasado algo más tardé, luego reconstruido a comienzos del s. XVIII, hubo una capilla al servicio de los militares y de los marinos del barrio. Su servicio corrió a cargo de los religiosos recoletos. Se le llamaba la capilla de la Punta de Socoa. Sobre esta capilla pública había dos capillas privadas, una, la del castillo o villa Ste. Anne, construida en 1713 por Alejandro de St.-Martin, llamado el Baile, miembro distinguido de la familia de dicho nombre; la otra se llamó Mamisson, que no tardó en desaparecer. El Hospital de St.-Jacques, situado en la extremidad de la calle Agorrette, en el camino Romiu de San Juan de Luz a Subernoa, era un establecimiento que recibía a los pobres y a los peregrinos de Santiago de Compostela. Los archivos municipales dan cuenta de los numerosos peregrinos extranjeros inhumados en el cementerio que le rodeaba. Fue demolido durante la Revolución; hasta aquella época, tuvo lugar un director y un hospitalero nombrados por el párroco y los jurados de la villa. La ermita de Bordagain, iglesia primitiva del lugar, fue el núcleo alrededor del cual se fijaron los primeros pobladores. Fue dedicada, como muchas otras de nuestras costas, a Nuestra Señora del Mar o a Nuestra Señora de los Dolores. Maltratada o demolida por las diversas invasiones españolas, esta capilla se alzó sobre sus ruinas hasta las guerras de la Revolución y las del primer Imperio contra España. Hasta 1793, su personal fue nombrado por el párroco y los jurados de la villa. El maderamen y la techumbre fueron vendidos en 1820, no quedando más que la bella torre defensiva octogonal y los cuatro muros. Esta torre, como muchas otras de la costa vasca, debió de servir a los marinos para vigilar el mar y anunciar la proximidad de las ballenas. (Ref. H.).

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA