Musikakoak

Jota

Peralta, la capital de la jota navarra.

...Una antigua estrofa resaltó así la solera proverbial de la jota de Peralta:
Pamplona puede llamarse
-La capital de Navarra;
- Pero tocante a la jota,
- La capital es Peralta.

Fama que el Ruiseñor Navarro, Raimundo Lanas, pregonó a los 4 vientos:

Peralta la de la jota,
- La de los ajos Corella,
- Lodosa la del Canal,
- La de las rosas Tudela.

El músico peraltés don Octavio Castillo recuerda así las rondallas de su época moza: Allá por los años de 1910 se formó en Peralta una rondalla que seguiría dándonos a los peralteses la fama antigua de buenos joteros. Aunque muchos no podamos hacer honor a la misma. Esta rondalla la componían los guitarristas Teodoro Castillo, Escolástico Valencia, guitarrico; Angel Larraz, guitarrico; Gregorio Martínez, Tiburcio Larraz y Blas Pasarín.
Este falleció a la edad de 41 años. Y como joteros: Demetrio Chueca, Angel Martínez Malo, José M.ª Campo, José Urroz, Eduardo Alonso y Paulino Moreno. De éstos, solamente queda con vida, en 1977, don Angel Martínez Malo. Esta rondalla comienzos de siglo llevó el nombre de Peralta por toda la geografía hispana. Cantó en Pamplona para el Rey Don Alfonso XIII. Pero cuando ya sus componentes comenzaban a declinar, salió en nuestro pueblo otra que mantuvo con ella su picadillo: la de don José Blasco Esain. Músicos: José Blanco, guitarrista y director; Tiburcio Larraz, guitarrista; Jesús Ibáñez, laúd; Hilario Barcos, bandurria. Joteros: José M.ª Alonso, Jesús Chueca, Juan Irigaray, Teodoro Villar, Juan Falcón, M.ª Jesús Pérez, Pilar Palacios y Silvia Alonso.
Esta rondalla, además de recorrer varios pueblos cercanos al nuestro, tuvo varias actuaciones en Pamplona. Concretamente en el Teatro Gayarre, Teatro Olimpia, Frontón Euskal-Jai, donde en un concurso consiguió nuevos premios; Radio Requeté, Casino Eslava... A los pocos años salió una pequeña rondalla que dirigía Rafael Valencia Irigaray, en la que también cantaba su esposa, doña Josefina Bermejo.
En 1951 surgió con fuerza otra: la de los músicos Vicente Castillo, Blas Asín y Angel Villafranca, este último también jotero. Como joteros destacaban Bernardo Osés, Jacinto Antomás, Teodoro Osés y Nieves Cabeza. ¿Cuál sería el resumen y nombres de los joteros de las tres épocas de la jota peraltesa durante este siglo?
Primera época: Demetrio Chueca, Angel Malo, José M.ª Alonso. Jesús Falcón, M.ª Jesús Pérez Osés, Pilar Palacios, Silvia Alonso, María Tapiz Díaz, Juana Pascual, Andrés Echeverría, Máximo Cortés. Segunda: Nieves Cabeza, Bernardita Irigaray, Angel Villafranca, Rafael Valencia, Josefina Bermejo, Luis Busto, Eduardo Martínez, Teodoro Osés, Bernardo Osés y Jacinto Antomás. Nombres de los de ahora: Emilio Bermejo, Domingo Resano, Ignacio Resano, Antonio Calvo, Julián Casas, José M.ª Campo, Andrés Echeverría, Rafael Busto, José M.ª y Pedro Jesús, Consuelo y José M.ª Pérez, Juan José y Javier Ruete, María Carmen Busto, Gloria Bermejo Casarejos, León Cortés, Julián Silvestre, Gregorio Resano, Herminio Rubio, M.ª Luisa y Pedro Jesús Zabal, Genaro Redín, José Antonio Perfecto, M.ª Antonia Asín, Jesús M.ª Irigaray, Dolores Echeverría, Victoria Orduña, M.ª Carmen Osés Tapiz, Ana M.ª Osés Tapiz, Josefa Lezaun Tapiz, M.ª Teresa Pascual y Petra Tapiz. Recordando los joteros de Peralta, escribió Ignacio Baleztena:

El famoso cantador de Peralta, Demetrio Chueca, reunía a sus inigualadas aptitudes de cantor jotero, las de un fácil y sentido improvisador.
Chueca creó escuela y por eso se distinguían precisamente los peralteses: por saber cantar cualquir letra y ser muy preciados improvisadores. Brísas Navarras, de Tudela.

Así la recuerda el veterano Dionisio López, de la capital de la Ribera: Quiero dedicar un rato a algo que durante varios años solía pasear por las calles tudelanas la alegría en las navideñas fiestas. Me refiero a Brisas Navarras una rondalla nacida en el alma del pueblo a base de entregas y sacrificios. Gentes sencillas con alma grande. Comenzaré con aquel inolvidable día en que todo estaba preparado. A las once de la noche, en casa de Florencio el pintor. Sin falta. Al fin íbamos a ver coronados por el éxito meses y meses de trabajo, días y días de ensayo y de plena dedicación. Todo ello había nacido en el seno de un grupo de amigos a quienes se nos había metido entre ceja y ceja aprender a tocar instrumentos de pulso y púa y formar una rondalla. A trancas y barrancas logramos reunir un grupo de animosos chavales que no pasaba de una docena entre guitarras, bandurrias y laúdes. Sólo faltaba ponerle el nombre y se bautizó con Brisas Navarras.