Las primeras citas se hallan en el cartulario de Bayona, con fechas de 1253 y 1264. La parroquia de Jatxou fue una antigua anexa de la de Ustaritz. Sus rentas titulares consistían en los diezmos, algunas primicias, evaluadas en 645 l., y el casual de 60 l. Las prebendas eran las de Faldaracon, 76 l., y la de Buruchuriarena de 12 l. La capilla de St. Sauveur o de Faldaracon (Sorhuet) era la meta de una romería que se efectuaba el día de la Ascensión, y más tarde el día siguiente de Pentecostés. Situada al lado de la antigua casa de Faldaracon, debió su origen a una abadía laica que tenía jurisdicción sobre el territorio de Jatxou. Faldaracon era considerada una comuna que comprendía el territorio de Jatxou y las dependencias de la casa de Lurmintoa o Lurmuntua. Luego, con la revolución, Faldaracon fue anexionada a la comuna de Jatxou. Los miembros de las familias de Faldaracon y de Lurmintoa fueron enterrados durante mucho tiempo en la capilla de St-Sauveur (Salbatore). Fue en esta antigua abadía donde algunas religiosas clarisas de Bayona se refugiaron en la época del cisma de Occidente. Permanecieron en ella hasta 1686, año en que Mgr. Fouquet, obispo de Bayona, logró la reconciliación de la orden. Dassance y Goyhenetche recogieron (GH, 1964, 3, p. 171 ) los siguientes nombres de barrios y casas antiguas de esta ex-sufragánea de Ustaritz: Jatsu (1249), Jathsu (1253), Serburua (1289), Sarburue (1320), Sarboro (1560), Sarboure; nombres del barrio y las casas: Aguerrea, Ameztoya, Carricartea, Elizaldea, Errebeluya (disp.), Etchetoa, Harrieta, Hiriberria, Katalia, Larrea, Larrekia, Lurminthoa ou Caminoa (17e s.), Malia (disp.), Mendia (disp.), y las casas nobles de Sorhouette y de Faldaracon. Al sobrevenir la Revolución, se hallaba a la cabeza de la parroquia Martin Mundutéguy de Halsou, que rehusó el juramento constitucional y se exilió. Los revolucionarios se llevaron de la iglesia dos cálices con su patena, una caja de aceites, una cruz de plata y otros accesorios de culto.