Udalak

ITURMENDI


Urbanismo y construcciones civiles

Iturmendi presenta un casco urbano de cierta amplitud que, según Caro Baroja, tiende a ordenaciones rectilíneas y formando plazas, donde las casas se levantan con gran desarrollo en planta. Parece que en su núcleo creció en torno a tres regatos y otros tantos caminos. Tampoco es ajena a su actual configuración el encontrarse en el llano, para un control efectivo del territorio y de las comunicaciones, pues siempre estuvo atravesado por el camino y luego por la carretera. A diferencia de los pueblos de Ergoiena, aquí la iglesia se dispuso en alto, dominando el conjunto. Tres son los barrios que lo conforman: "Plazalde" en el centro y hacia la iglesia, "Txorralde" en la parte alta y occidental, y "Elbarren" en la zona norte, cruzando la carretera.

Entre su caserío, bastante bien conservado y por el momento con muy pocas estridencias, hay casas de gran porte, con fachadas de sillar y ostentosos blasones nobiliarios. Se aprecia que el auge económico de Iturmendi se dio en el siglo XVIII, en la llamada "hora navarra", que dejó gran número de testimonios arquitectónicos.

La calle Elizalde es la que sube a la iglesia desde la carretera. El número 1 es un bloque liso de tres alturas, puerta de medio punto y ventanas cuadrangulares, mientras que el número 2 es un inmueble exento cubierto a dos aguas, que en la actualidad está ocupado por dos viviendas. Van enlucidos y con cadenas de sillar, con gran desarrollo en planta, y representan un tipo muy común en Iturmendi y en toda la Sakana. Siguiendo hacia la iglesia por la misma calle y frente al moderno frontón, la casa que lleva el número 12 ofrece alguna variante, puesto que aunque comparte el desarrollo en planta y la cubierta a dos aguas, lleva la mayor parte de su fachada en sillar de tamaño regular, reservando el enlucido para el ático. Tiene tres alturas adaptadas a la pendiente y se abre mediante un arco de medio punto ricamente moldurado, con una arquivolta rebajada en la cual se han labrado trece rosetas, una por dovela. Las ventanas son cuadrangulares y con enmarques moldurados. Subiendo unas escaleritas llegamos al atrio de la iglesia, frente al cual hay otro grupo de casas. La casa parroquial lleva el número 16, y es un prisma cúbico cubierto a cuatro aguas y con tendencia a la verticalidad, con puerta recta simple flanqueada de dos ventanas, primer piso con balcón y dos ventanas, y ático con tres ventanitas. La fachada va enlucida y con cadenas de sillar, y se construyó en 1840. Junto a ella, otras dos casitas con arcos de medio punto y dos alturas forman un rincón agradable.

En un nivel más alto corre de este a oeste la calle Santa Marina, en la que encontramos algunas casas de interés. La llamada casa "Kortederia", que ocupa los números 22 y 24, es un palacete muy bien conservado, exento y con un volumen cúbico que pide un tejado a cuatro aguas. Tiene tres alturas y la fachada va con un enlucido que deja ver mampuestos de tamaño regular. Lleva sillares en los ángulos y en los enmarques de los vanos. El acceso es un arco de medio punto moldurado, sobre el que se ubican, sucesivamente, un pequeño balcón sin vuelo y un hermoso escudo. Por lo demás, el resto de los vanos son ventanas cuadrangulares. Bajo el último piso corre una imposta por sus cuatro hastiales. En cuando a la labra heráldica, lleva yelmo por timbre y mascarón en su parte inferior. Cuatro "putti" sostienen el escudo, en cuyo campo se representa un árbol con un jabalí pasante. Sobre el escudo, reza una inscripción: ECCE GALARZA NOTAM QUAE INURUNT ARMA/ NOBILITATIS FILIIS POSTERITATES SUAE/ SUMPTIBUS ABBATIS D. JOSEPH GALARZA FIX/ AD NITOREM DOMUS ORNATUMQUE SUAE/ ANNO MDCCVI. Inmediatamente debajo del escudo, sobre el dintel del balcón antes mencionado, se puede leer otra leyenda, que mezcla euskara y castellano de forma muy curiosa: GALARZATARREN ARMAC DIRA/ ADORNUZ YRENI APAZIAK/ DON JOSSEPE DE GALARZA/ ABBAD DE ITURMENDIAC. Alude a un abad documentado, José Galarza, que realizó importantes labores de mecenazgo a principios del siglo XVIII, como atestigua la fecha citada en la inscripción, 1706. Frente a esta casa nos encontramos con otro inmueble, que lleva el número 3, de dos alturas más ático y desarrollo horizontal, cubierto a dos aguas. Pertenece a una tipología ampliamente representada en el valle. Sus vanos son rectangulares, incluido el de acceso, y lleva fachada enlucida y cadenas de sillar. El siguiente edificio es de nuevo un palacete de mayores aspiraciones, llamado casa "Erbiti", que lleva el número 1. Se trata de un caserón de buen tamaño, con tres alturas más ático, cubierto con tejado a dos vertientes. Su fachada lleva la primera planta en sillar de muy buena factura, que se prolonga a los ángulos y a los enmarques de los vanos. El resto va enlucido. Sus vanos son cuadrangulares, incluyendo un balcón en el segundo piso. La puerta es de medio punto, con un dovelaje que imita un casetonado decorativo. En la clave hay un escudo rococó, muy decorado, en cuyo campo se labra un león pasante. En el dintel del balcón hay una inscripción que reza: ESTA CASA ES DE/ LUCAS DE ERBITI. SE HIZO EL AÑO DE 1803. Todavía encima se aprecia un aparatoso escudo neoclásico con guirnaldas y volutas, yelmo por timbre y cabeza de querubín en punta. El campo es ovalado y figura cuatro lobos pasantes. En la parte exterior, la inscripción: AÑO DE 1806/ ARMAS DE LOS ERBITIS. En un lateral tiene otra portada con arco de medio punto bien labrado y sin moldurar.

Continuando por esta calle hacia el oeste llegamos a la calle Txorralde, donde encontramos algunas casitas de sabor popular no exentas de gusto, así como una fuente con larga "aska" y lavadero cubierto, que lleva la fecha de 1852.

Descendiendo a la plaza Arrano Beltza nos encontramos con el antiguo palacio de Iturmendi, que en la actualidad es un edificio exento dieciochesco, marcado con el número 2, levantado enteramente en sillares de buena cantería y cubierto a dos aguas. Se fachada se articula mediante la portada flanqueada de dos ventanas, primer piso con tres balcones, segundo piso con dos ventanas y balcón central, y ático ocupado por un escudo y dos ojos de buey. Los pisos se separan mediante impostas molduradas. El tejado se proyecta mediante un alero de considerables proporciones, sostenido por vigas primorosamente labradas. La portada consta de un arco de medio punto con la rosca labrada, más una arquivolta igualmente moldurada. En la clave figura un escudo con rostro humano tocado en punta y campo con un gallo. La puerta, de doble batiente, refleja el trabajo de un hábil ebanista, y tiene sendas ventanas protegidas por verjas de forja. Culmina el edificio un escudo neoclásico de fina labra, con yelmo por timbre, orla ovalada decorada por botoncitos y campo cuartelado: primero águila explayada, segundo torre, tercero león rampante y cuarto banderola al viento. En la parte exterior se lee: LOPEZ GOICOE/ CHEA. Aunque tradicionalmente este edificio se ha identificado con el palacio de cabo de armería de Iturmendi, lo cierto es que ningún signo externo certifica este hecho. Las armas que figuran en el armorial (L.A.R.N. nº 637) son dos fajas de azul sobre fondo de plata, que no coinciden ni con las que aparecen en la clave del acceso ni con ninguna de las cuatro que figuran en el escudo alto. En otro hastial hay otra puerta de medio punto, rosca moldurada y escudo en la clave, que repite las armas de la puerta principal. Delante del palacio hay una fuente sobre tres gradas, con pila circular y pilar prismático superior con cuatro caños, rematado por águila sobre orbe. Fue construida por Pedro Miguel Bergerandi y Diego de Zumeta en 1767.

En la misma plaza se levanta un edificio (número 7) de marcada verticalidad, con cinco alturas y cubierto a dos aguas. Su fachada va en sillar salvo el ático enlucido, y los pisos se separan por impostas. Se accede mediante arco de medio punto con rosca moldurada, y flanqueado por dos ventanas simples. Encima, el primer piso lleva tres balcones, segundo piso con balcón y dos ventanas, tercero con tres ventanas y escudos intercalados, y ático con una única ventana. Los escudos son neoclásicos. El primero, con sillares de enmarque, antepecho y guardalluvias, lleva guirnaldas, yelmo por timbre y cabecita de niño en punta, y campo cuartelado, repitiendo las armas del palacio de Iturmendi cercano. El de la derecha repite decoración, y el campo lleva una concha y dos lobos. Lleva la inscripción: ARMAS DE LOS ONDARRA. Efectivamente, se trata de unas armas conocidas, que ya hemos visto en otros lugares del mismo valle, como Urdiain. Bajo el balcón hay otra inscripción, en la que se lee: ESTA CASA ES DE CRISTOBAL DE GOICOECHEA. AÑO DE 1798. Otra fachada lateral del mismo edificio presenta otro acceso con arco de medio punto moldurado. En la actualidad esta casa, propiedad de la Congregación de las Siervas de María, es residencia para las religiosas de avanzada edad y sus familiares.

Hay otros edificios de la plaza que merecen ser reseñados, como un caserón de desarrollo horizontal cubierto a dos aguas, u otro con tres alturas más ático, fachada enlucida con cadenas de sillar y vanos rectangulares, incluido el acceso. Lleva un escudo barroco, con cartela de cueros retorcidos y yelmo por timbre, en cuyo campo figura un león rampante y la leyenda: SOI EZQUER DE LIÇARRAGA. BINE DE ERGOIENA.

Desde esta casa se sale por la calle Consistorial donde, entre otros edificios, hay dos casas formando ángulo. Llevan los números 11 y 13 y presentan volúmenes limpios, tejados a dos vertientes y la totalidad de los vanos adintelados. Cruzando la carretera se encuentra el barrio Elbarren, donde hay una fuente moderna, con abrevadero e inscripción: ELBARRENGO ITURRI 1962. Tras ella, en la calle Barrenkale, hay una casa de tres alturas y con tejado a cuatro vertientes, con los pisos separados por impostas. Dos de sus hastiales llevan puertas de medio punto molduradas. La casa contigua lleva fachada en sillar, tres alturas, acceso mediante arco de medio punto. Dos largas balconadas recorren toda la fachada en las dos alturas superiores.

La antigua carretera general, actual calle Estafeta, tiene también algún interesante edificio, que mantiene la coherencia con los tipos arquitectónicos hasta ahora descritos. Así, hay varias casas con fachadas enlucidas y cadenas de sillar, con vanos adintelados y tejados a dos vertientes. Otra casa, dividida hoy en dos viviendas, lleva la mitad de su fachada enlucida y la otra con mampostería sin enlucir. Se abre mediante acceso adintelado, y luce un escudo de gran tamaño, rococó del siglo XVIII, con sillares de enmarque y guardalluvias, con yelmo por timbre y campo cuartelado, aunque los cuatro cuarteles van hoy lisos y sin labra alguna.

Ermitas

Se registran las de Nuestra Señora del Pilar, Nuestra Señora de Aitzaga, San Pedro y Santa Marina. La ermita de Nuestra del Pilar se encuentra a unos minutos del pueblo, en dirección a la ermita de Aitzaga. Tiene planta rectangular y cabecera rematada en testero recto. Los muros van enlucidos y con cadenas de sillar, perforados por dos ventanas cuadrangulares que flanquean el acceso, también adintelado, en el lado del Evangelio. El tejado es simple y a dos vertientes, sobre estructura de madera. Preside un retablo neogótico, con la imagen titular labrada en alabastro.

La ermita de Nuestra Señora de Aitzaga fue iglesia del antiguo despoblado medieval homónimo. Fue donado en 1103 a San Miguel de Aralar por el rey Pedro I. Aitzaga tenía diez fuegos en 1350, que se habían reducido a la mitad en 1366, muy pocos años después, a causa sin duda del azaroso reinado de Carlos II, que coincidió además con la Peste Negra, mermando notablemente los pueblos. Parece que se había despoblado ya para 1427, a pesar de que su iglesia subsistió como ermita, que en 1629 se mandaba reparar, y que en 1797 era visitada por el obispo Igual de Soria. Fue también restaurada a principios del siglo XIX, a manos del cantero Martín de Olasagarre. Consecuentemente con la antigüedad expresada, la ermita es un edificio románico, de una sola nave y con una cabecera rematada en testero recto, que sustituyó al primitivo ábside medieval. Los muros van en sillarejo y con cadenas de sillar en las esquinas y en el enmarque de los vanos. Se perfora con dos ventanas cuadrangulares, abiertas en la cabecera y a los pies. La portada se abre en el lado de la Epístola, y consta de un arco de medio punto abocinado y con tres arquivoltas, de las cuales dos apean en columnas. Los capiteles van decorados con motivos figurativos, tales como aves con los cuellos entrelazados, arpías y leones. Llevan cimacios con decoración a base de motivos geométricos, vegetales y ajedrezado. Por encima, una fila de ménsulas decoradas con cabezas anuncian la existencia de un antiguo tejaroz. Se cubre el edificio con un tejado simple a dos aguas.

La ermita de San Pedro se encuentra en la falda de Urbasa, hacia Urdiain. Se trata de un edificio muy simple, con planta rectangular y cabecera recta, muros enlucidos con cadenas de sillar y tejado a dos aguas. El acceso, adintelado, va en el lado de la Epístola. El tejado va a dos vertientes. En el interior se guarda una imagen del santo titular, San Pedro, y otra de lo Virgen del Carmen, ambas de un barroco muy popular.

Por último, la ermita de Santa Marina se encuentra también en la ladera de la sierra de Urbasa. Es románica en origen, con notables alteraciones posteriores, especialmente en el siglo XVIII. Fue destruida en el transcurso de las guerras carlistas, y reedificada en 1891. Tiene, como es habitual, planta rectangular rematada en testero recto, y dividida en cinco tramos, como atestiguan los contrafuertes exteriores. Los muros son de sillería de tamaño regular y buena factura, y llevan dos ventanas rectas que dan luz al interior, así como la puerta, abierta mediante arco rebajado. Hoy en día va cubierta con un tejado simple a doble vertiente. Lleva en su interior un retablo con columnas salomónicas y frontón triangular. Lleva la imagen de Santa Marina, barroca de la primera mitad del XVII.

Parroquia de San Miguel Arcángel

Es un edificio levantado entre los siglos XVI y XVIII, con importantes obras en el siglo XX. Lleva una planta de cruz latina, con marcado transepto y cabecera en artesa. A la cabecera se adosa, por el lado de la Epístola, una sacristía cuadrada, y un pórtico protege el acceso del templo por el mismo lado. Los muros van enlucidos al interior con vistoso colorido de gusto rococó, no faltando la decoración figurada representando temas diversos, como la leyenda de Teodosio de Goñi, mientras que al exterior muestran una hermosa labor de sillería de color crema y buena estereotomía. Los tramos se marcan mediante arcos fajones, que apean en ménsulas insertadas en los muros. El coro alto se ubica a los pies de la nave. Los vanos se abren en el muro sur, apreciándose dos ventanas abocinadas y un rosetón moldurado. La nave se cubre con una bóveda de lunetos, igual que el transepto, mientras que el crucero y la cabecera reciben sendas bóvedas de arista. La sacristía, levantada en el siglo XVIII, lleva bóveda de arista barroca. Al exterior la torre remata en un cuerpo de campanas de planta cuadrada y una cupulita con orbe y cruz. Cada lado se abre con un arco de medio punto con arquivolta, flanqueado por columnas dóricas adosadas, sobre pedestales que figuran cabezas de león. El entablamento va quebrado, decorado con cabezas de ángeles, y los ángulos rematan con florones. El pórtico es contemporáneo y de la misma mano, a juzgar por algunos elementos decorativos idénticos. Tiene dos pisos, el primero de ellos con tres arcadas de medio punto sobre pilares, que llevan pilastras adosadas y ángeles en las enjutas, iguales a los de la torre. El segundo piso, separado por un entablamento, lleva ventanas simples. El pórtico se cubre por dos tramos de bóvedas de arista, y cobija una portada, ligeramente descentrada respecto a la arcada, con arco de medio punto cuyas dovelas van decoradas con casetones, motivo que se extiende a la parte superior de la portada. Esta decoración se repite en otra puerta que se abre en el muro occidental.

El retablo mayor es obra de Juan Bautista de Suso, y su traza, adaptada a la cabecera, fue alterada en 1772. Presenta, a grandes rasgos, banco, dos cuerpos de tres calles y ático, con esculturas de bulto de San Miguel Arcángel, Santa Águeda y Santa Lucía, más un Calvario.

Este retablo va flanqueado de otros retablos colaterales dedicados, respectivamente, a San José y a San Antonio Abad en el lado de la Epístola, y a la Virgen del Rosario y a San Francisco Javier en el lado del Evangelio.

En el brazo norte del transepto hay una pila bautismal, procedente de la ermita de Aitzaga, del siglo XII y adscripción románica. Se compone de basa circular, fuste cilíndrico y taza semicircular gallonada. Se decora con toscos relieves, que figuran temas tales como las Tres Marías ante el sepulcro, arpías, un centauro, una sirena o guerreros a caballo.

También pueden citarse la sillería del coro, del siglo XVI, así como otras obras de imaginería y de platería que se almacenan en la sacristía, y algunos capiteles románicos procedentes de Aitzaga, que se guardan en la casa parroquial.

JOSEBA ASIRON SAEZ (2006)