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Irurita

El caserío de Irurita se distribuye de forma irregular, adaptado a los diferentes niveles del terreno. En torno a la plaza del Rebote y plaza de Elizalde, se conserva una de los mejores conjuntos de arquitectura civil del valle. Se trata de palacios barrocos, de los siglos XVIII y XIX, que demuestran la prosperidad y esplendor económicos vividos en Irurita durante este periodo. Lógicamente, las fortunas provenían de Ámerica y de los lugareños que trabajaban bajo los auspicios de los reyes en Madrid. Gracias a ellos, y a su involuntario mecenazgo, se conserva un rico repertorio de edificios civiles. Sin embargo, al igual que en el resto del Baztan, existe también una arquitectura común, de grandes edificios exentos, que se encuentran dispersos por el perímetro de la localidad.

Palacio de los Duques de Goyeneche. Se sitúa en el núcleo principal de la población, en la plaza de Elizalde. De forma cúbica, presenta una fachada dividida en cuatro niveles más ático. En el nivel inferior se abre un gran portalón de medio punto que sirve de acceso al edificio. A ambos lados del mismo, se localizan una puerta y una ventana de arco rebajado. En los siguientes niveles y en el ático, se abren de manera simétrica, tres vanos rebajados con cadenas de sillar reforzando los mismos. Destaca en la primera altura, el pequeño balcón de forja que descansa sobre tres ménsulas de piedra. Las cadenas de sillar aparecen también reforzando las esquinas de edificio, mientras que el resto de la superficie de la fachada aparece enlucido. La cubierta se resuelve mediante un tradicional dos aguas sobre sencillo alero de madera. Destacan en la fachada, dos escudos neoclásicos y dos víctores, en forma de águila bicefala coronada y alas desplegadas.

Palacio Gastón Iriarte. Situado en la misma plaza que el anterior, constituye el edificio civil de mayor monumentalidad de Irurita. Se trata de un edificio de finales del siglo XVIII. Presenta un cuerpo central, de tres niveles, enmarcado entre dos esbeltas torres de gran envergadura. Cada una de las torres presenta el mismo esquema con; cuatro niveles enlucidos, una ventana de arco rebajado, tres adinteladas, contraventanas de madera, balcón de forja sobre dos ménsulas pétreas, cadenas de sillar en esquinas y cubierta a cuatro aguas. El cuerpo central mantiene tres niveles. En el inferior, se abre la portada de ingreso, de medio punto, entre columnas de orden toscano. A cada lado de la misma, se localiza una ventana de arco rebajado. Similar solución se toma para el nivel central y el superior. En estas dos alturas, destacan sendos balcones corridos que descansan sobre ménsulas de piedra. En la cubierta a cuatro aguas, del cuerpo central, se abren dos ventanas amansardardas. Entre otros elementos del conjunto, destaca una sobria cornisa moldurada, con la característica piedra del Baztán, que remata los tres pisos superiores. Destacan además, dos escudos barrocos y un víctor en forma de rapaz bicéfala coronada, que data del 1779.

Palacio del Marqués de Casa Torre. En las inmediaciones de los anteriores, su nombre indica el origen medieval y defensivo del mismo. A la vista, presenta dos estructuras claramente diferenciadas. La primera de ellas, de forma cúbica, constituye lo que en origen fue la casa torre. La fachada de la misma es de sillarejo, si bien, aparece el sillar reforzando esquinas. Divida en tres niveles presenta, de manera asimétrica, varias ventanas geminadas de arco apuntado. En el primero de los niveles, se abre la puerta de ingreso también apuntada. Remata el conjunto original, una estructura corrida de modillones trilobulados de piedra de sillería. Sobre la misma, en el siglo XVIII, se añade un cuerpo superior enlucido, dispuesto sobre una galería de vigas de madera y con doble cubierta a cuatro aguas. Adosado a esta estructura original aparece el palacio barroco. Repite la tipología arquitectónica de otros palacios del valle. Presenta una fachada enlucida dividida en tres niveles y con cadenas de sillar reforzando vanos y esquinas. En cada nivel, se abren cuatro vanos, de forma rebajada, alternando su uso en forma de balcón o ventana. En el nivel central y superior, aparecen dos balcones de forja sencilla, sobre ménsulas de piedra. Dos escudos barrocos decoran el último nivel. Una cornisa moldurada recorre el perímetro de la fachada. Sobre la misma, se alza una cubierta a dos aguas con alero de madera.

El palacio situado en el número 27 de la plaza Elizalde, repite el mismo esquema constructivo. Realizado en el siglo XIX, presenta una fachada enlucida de tres niveles y cadenas de sillar reforzando vanos rebajados y esquinas. Sobre la portada del nivel inferior, arranca una estructura de pilares y columnas, que se eleva simétricamente hasta el cuerpo superior. Tanto en el nivel central como en el piso superior, se abren balcones de arco rebajado cuyo peso es soportado por ménsulas de piedra. Flanquean el balcón central, del cuerpo superior, sendos escudos rococós. La cubierta es a cuatro vertientes sobre alero con ménsulas de madera.

Casa Dorrea. Se encuentra en la proximidad del segundo de los núcleos de la localidad, la plaza del Rebote. De origen medieval, constituye uno de los edificios civiles de mayor antigüedad del Baztan. Arquitectónicamente, repite el esquema defensivo de otras casas torres navarras como las de Donamaría o Arraioz. Se presenta como un robusto bloque cúbico de sillarejo, con cadenas de sillar en el refuerzo de vanos y esquinas. Se organiza en torno a una planta baja y tres niveles superiores. La rudeza de sus muros viene afirmada por la escasez de ventanas que presenta. La portada de ingreso es apuntada y aparece descentrada. En sucesivas reformas, se han añadido elementos que han desdibujado el aspecto original del edificio. Entre los mismos, destaca adosado un pórtico sobre pilares de piedra, posiblemente añadido en el siglo XVII.

Otros edificios de intereses distribuidos a lo largo del perímetro de Irurita son el Palacio del Obispo y el edificio Jaureguiondokoa. El primero de ellos, levantado en la primera mitad del siglo XX, está situado en torno a la parroquia de San Salvador. Jaureguiondokoa, del siglo XVIII, se localiza a lado de la casa Dorrea.

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Parroquia de San Salvador. Se trata de un edificio de estilo barroco, levantado en el siglo XVIII, sobre las ruinas de un originario templo medieval. Repite la tipología arquitectónica de otras iglesias de la zona, levantadas durante el mismo periodo, como las de Arraioz, Ciga o Lekaroz. La parroquia presenta una tradicional planta de cruz latina con nave de triple tramo, crucero con brazos laterales y cabecera poligonal. Recorre el interior parroquial, una cornisa moldurada que descansa sobre un sistema de pilastras con pedestales. Sobre la cornisa se eleva un sistema de bóvedas de crucería para los tramos de la nave. Los brazos del crucero y la cabecera utilizan un sistema de lunetos, mientras que sobre el crucero se alza una bóveda de media naranja. Al exterior, se presenta como un robusto edificio horizontal de mampostería, con cadenas de sillar en esquinas, contrafuertes y vanos. Rompe la horizontalidad del conjunto la esbelta torre situada a los pies del templo. Presenta un fuste cúbico sobre el que se iza un doble cuerpo octogonal con pirámides y bolas en esquinas. En cada uno de los dos cuerpos, se abren cuatro arcos de medio punto, otorgándose al cuerpo superior la función de campanario. El conjunto se remata mediante un chapitel, en el que se abre un reloj. Superpuesto aparece una linterna octogonal. En el nivel inferior de la torre se abre un pórtico apuntado con bóveda de crucería. En su interior, se cobija la portada parroquial, obra del siglo XVIII. Mantiene una puerta adintelada entre semicolumnas pareadas de estilo dórico. Sobre la puerta discurre un entablamento con motivos geométricos. Al mismo, se superpone una hornacina entre volutas. En dicha hornacina aparece una escultura policromada del Salvador.

En el interior, en la zona de la cabecera, se alza un bello retablo neoclásico dedicado al patrono de la iglesia. Realizado a finales del siglo XVIII, presenta un banco sobre el que se eleva un cuerpo articulado entre pilastras y columnas. Sobre el sistema de columnas, todas ellas de estilo compuesto, se alza un entablamento rematado mediante un cascarón curvo. El cuerpo central del retablo concluye con un frontón curvo abierto. Entre los motivos iconográficos que se guardan en el retablo, destacan varias esculturas cuyo origen, posiblemente, sea el de un retablo anterior.

Dos retablos de similar traza y ejecución se sitúan en el lado de la Epístola y el Evangelio, respectivamente. El primero de ellos, dedicado a la Virgen del Rosario y el segundo, a la Asunción. Ambos son de estilo rococó. Se organizan sobre un banco al que se superpone un cuerpo con dobles columnas. Entre las mismas, una gran hornacina cobija la imagen de sus titulares. Los dos conjuntos se rematan mediante un copete entre motivos de rocalla.

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  • GARCIA GAINZA, María Concepción: "Catálogo Monumental de Navarra". Institución Príncipe de Viana. Pamplona. 1989.
  • CARO BAROJA, Julio: "Monumentos religiosos de Navarra". Sociedad de Estudios Vascos. Donostia. 1988.
  • CARO BAROJA, Julio: "La casa en Navarra". Caja de Ahorros de Navarra. Pamplona. 1982.

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