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HUARTE - UHARTE

Arte, II. Dos retablos colaterales simétricos, el de la Virgen del Sagrario, en el lado de la Epístola, y el de la Virgen del Rosario, en el lado del Evangelio. Este último es de la primera mitad del siglo XVII, muy reformado con banco, dos cuerpos, el primero de tres calles y el segundo de calle única y ático de caja única entre machones y frontón partido. Toda su imaginería es moderna salvo un Ángel de la Guardia, barroco del siglo XVIII que conserva su policromía original y dos santos obispos con libro, contemporáneos del retablo.

El retablo de la Virgen del Sagrario presenta tallas de distintas épocas como San Antonio y Santa Bárbara del siglo XIX, una talla de la titular gótica, muy reformada en el siglo XVIII, sedente, que conserva rasgos y perfil góticos y un bonito plegado en la mitad superior de la túnica y el frente del manto. El Niño es posterior al barroco. La talla de San Isidro es moderna pero la de Santa Águeda es del siglo XVII de un estilo romanista tardío.

La capilla de la Sagrada Familia, en el lado del Evangelio, está presidida por un retablo de la segunda mitad del siglo XVIII que presenta una estructura de banco, cuerpo con columnas salomónicas que forman tres calles y un ático tripartito con la figura en relieve del Padre Eterno con la esfera del mundo y nubes. Son varias las tallas dieciochescas que contiene como San Joaquín, la Sagrada Familia con el Niño vestido en el centro y Santa Ana. Las tallas de María y José, de otra factura, presentan paños volados y blandura en las carnes y conservan la policromía original realizada por José Ferrer a base de bellas orlas de follaje carnoso. Este pintor trabaja también con José Coral en el retablo de la capilla del Dulce Nombre de Jesús.

En el brazo del crucero, también en el lado del Evangelio, se encuentra el retablo del Sagrado Corazón, de estilo barroco de la primera mitad del siglo XVIII. Consta de banco, un cuerpo de tres calles y ático. En el banco se aprovechan lienzos del siglo XVII con las imágenes de una santa y de Santa Teresa. Toda la imaginería es moderna excepto el San Francisco Javier del ático, barroco, que data del siglo XVII.

El último, en el lado de la Epístola, es el retablo del Crucificado, situado en el muro lateral del crucero, que data de la segunda mitad del siglo XVIII. De traza quebrada, consta de banco, cuerpo y ático. Destaca la escultura del Crucificado, barroca del siglo XVIII, de tamaño mediano y un fino rostro enmarcado por cabellos bien trazados. En el ático, en el interior de una orla de follaje se encuentra un altorrelieve de la transververación de Santa Teresa de Jesús con un angelito clavándole un dardo, de estilo barroco.

Pieza excepcional en el ajuar de la parroquia es una talla de la Virgen con el Niño, de alabastro, conocida como Nuestra Señora La Blanca. La talla fue mandada traer de París en 1349 por el comerciante Martín de Huarte que la dona a la iglesia, tal y como indica una inscripción en letras góticas doradas. Por su origen parisino la pieza presenta parentesco con las imágenes francesas de la época, con un porte refinado y aristocrático. La imagen está de pie y sostiene con una mano sobre su cadera izquierda al Niño, llevando en la otra una flor. El rostro de María es pequeño y de rasgos menudos, enmarcado por largos cabellos cubiertos parcialmente por un velo que cae sobre la espalda y hombros. Lleva corona y viste una túnica con ceñidor que, junto con el manto, forma hasta tres líneas de orillos plegados sobre el frente de la figura consiguiendo un evidente barroquismo. Los bordes van policromados con orlas doradas al igual que la corona y los cabellos de María y el Niño que viste túnica y manto y lleva en la mano la esfera del mundo apoyando la otra sobre el pecho de su madre.

En el sotocoro se conserva una sillería de estilo barroco popular de comienzos del siglo XVIII compuesta por once sillas con tableros lisos entre pequeñas pilastras con pinjantes de follaje y remate de venera con cabeza de ángel. El tablero de la silla central está decorado con una hornacina sobre la cabeza del ángel y debajo la cartela con el I.H.S. El órgano es de 1910.

En dependencias de la sacristía, además de una colección de orfebrería compuesta por diversas piezas de platería de distintos estilos y épocas, se conservan varias tallas, entre las que destacan, en primer lugar, una Virgen del Rosario de estilo barroco del siglo XVIII de pie, con el Niño desnudo muy levantado sobre la mano izquierda y envuelta en un manto volado de bordes delgados. Su policromía es de la época, presentando la túnica roja con motivos dorados y manto azul también decorado. Además se conserva un Crucifijo con peana y calavera, propio del barroco del siglo XVII, un San Francisco Javier barroco del siglo XVIII y una talla del Resucitado del siglo XVII con un buen estudio de la musculatura y un amplio manto. Completa esta colección de piezas un lienzo barroco de la Dolorosa con una inscripción que indica la fecha 30 de marzo de 1781. Entre las piezas que componen la colección de orfebrería destacan, entre otras piezas, una bandeja de plata de forma oval lisa del siglo XIX con inscripción y marca de la doble P coronada de Pamplona, LECUM/VERRI y 68 (1868). Además destacan también tres cálices, uno de plata sobredorada de estilo bajorrenacentista del último cuarto del siglo XVI, el segundo también en plata sobredorada de estilo barroco de la segunda mitad del siglo XVIII y el último de plata también del siglo XVIII de esquema barroco pero con nudo esferóide ya del siglo XIX. Otros dos cálices más, iguales entre sí, de plata son de mediados del siglo XVIII de esquema barroco liso. A esta misma época y estilo pertenecen una corona de plata barroca del siglo XVIII con decoración repujada de ces vegetales con remate de flores y cuatro cintas superiores con bola y cruz balaustrada de remate y dos crismeras de plata en forma de arqueta apoyada en patas de garra. Estas últimas llevan la marca de Pamplona y burilada.

No falta entre el ajuar de la parroquia una cruz parroquial de plata parcialmente sobredorada, barroca, de la primera mitad del siglo XVIII. Sus brazos tienen un perfil mixtilíneo y un crucero circular con abundante decoración repujada. En el anverso está el Crucificado entre los cuatro evangelistas y en el reverso San Juan Evangelista y los evangelistas. Además, un incensario de plata que sigue esquemas del siglo XVII con decoración de rocalla, una naveta de plata de primera mitad de siglo XVII bajorrenacentista, un ostensorio de plata sobredorada de primera mitad del siglo XVIII, barroco, con remate en cruz romboidal con la inscripción en la pestaña que indica la Escuela María de la Villa de Huarte y un portapaz de bronce del último cuarto del siglo XVI, bajorrenacentista con placa circular con el busto de Cristo, son otras de las piezas importantes de la colección completada por seis relicarios. Estos seis relicarios son uno, el de San José y otros santos, de plata sobredorada del siglo XVII con la inscripción de la donación de la pieza por el conde de Peralada a la parroquia. El segundo es el relicario de San Pedro Arbués de plata del siglo XVII también con la inscripción de la donación por el Conde de Peralada de la pieza con la reliquia del Roquete. El tercero de los relicarios es el de Santa Bárbara, tipo ostensorio liso, de plata del siglo XVIII. También del siglo XVIII es el relicario de San Esteban, San Antonio, San Blas, San Francisco Javier y otros, de plata, liso pero con una traza más tosca y pedrería. Otro relicario es múltiple, sobredorado del siglo XVIII-XIX, de tipo ostensorio con base y astil del siglo XIX. De las mismas fechas es, por último, el relicario de San Urbano, de plata que lleva en el reverso la base de la marca de Pamplona y la burilada.

Carmina RIUS SALETA