Kontzeptua

Armen historia (1977ko bertsioa)

Oihenart deduce de la lectura de Eginardo y otros cronistas de Carlo Magno que los vascos en la guerra usaban sólo armas ligeras. Nos refiere también que según Silvio Itálico (Siglo I a. de C.), nuestros antepasados despreciaban el uso del yelmo. Con motivo de las luchas de oñacinos y gamboínos se hizo uso de la pólvora en Gipuzkoa El cañón resonó ya en 1420, pues según dice Lope García de Salazar en su libro Las bienandanzas e fortunas, al hablar del sitio de Loyola por los de Lazcano, "púsole la lombarda, e no la pudieron tomar porque era de recia pared, fueron sobre la casa de Yarza e derribáronla".

En 1443 Gómez González de Butrón cañoneó la torre de Muntxaraz, en Abadiño, haciendo uso de la lombarda y también se hizo uso de esta arma en la batalla de Elorrio de 1468.

En 1489 la reina Isabel encargó a Diego de Soria, de Burgos, que se proporcionase en Bizkaia, Gipuzkoa y Álava de los maestros armeros que se dedicasen a fabricar astas de hierro para lanzas, paveses, lombardas y cerbatanas y de los mercaderes de ellas, además de 15.000 lanzas de mano, 4.000 paveses, lombardas y cerbatanas. Igualmente se dispuso que en las ferrerías en que se trabajaba esta clase de armas y en otras de tiros de pólvora se fabricasen con prioridad cuantas se pudiesen para poder abastecer las fortalezas del reino de Sicilia con motivo de las guerras con los turcos.

En 1485 acuden refuerzos de escopeteros guipuzcoanos a la guerra de Granada, y de Bizkaia parten 400 ballesteros y 300 lanceros. Es casi seguro que estas armas se construían en el país porque en 1488 el rey necesitó lombardas y las encargó a Bizkaia, aunque trayendo dos maestros lombarderos de Santander. Cuando los lombarderos vinieron a Bizkaia el corregidor recibió encargo de facilitarles madera para el carbón, operarios hábiles en hierro, acero y en carpintería, guías, hombres, bestias, bueyes, acémilas y carros. En ese mismo año vino a Bizkaia por encargo del rey, Sancho Ibáñez de Mallea a encargar y adquirir lombardas, cerbatanas, espindargas, lanzas, saetas, ballestas, corazas, capacetes, celadas, bornotes, paveses y otras armas para las guerras de Sicilia. Las naves encargadas de llevar a la infanta Doña Juana, concertada en matrimonio con el archiduque de Austria, iban pertrechadas de 400 tiros de pólvora de distintos calibres y cientos de las armas y efectos ya enumerados. Castilla se surtía de armas de Bizkaia y Gipuzkoa.

En 1495 hubo también grandes pedidos de los Reyes Católicos para la Hermandad de Burgos. Se enviaban 500 machetes vitorianos, tres lombardas gruesas, dos arcabuces de metal, 24 escopetas y muchas lanzas, armaduras y otros útiles de guerra.

En 1511 los vascos exportaron gran cantidad de armas con destino a la fortaleza de Villanueva, en la Isla Española, en nombre de Francisco de Garay, y en la expedición de Magallanes a las Molucas en 1518.

En 1521 era ya reputadísima la manufactura de armas en Eibar. Ver EIBAR. Durante todo el siglo XVI fue incrementándose la fabricación de armas en todo el País Vasco hasta tal punto que Baltasar de Echave dijera: "parece que proveyó Dios del más fuerte de los metales en tanta abundancia, para que fuese siempre como lo ha sido, y es agora, recámara y sala de armas de toda España".

Solamente indicaremos escuetamente algunos datos: 1523. Las Juntas guipuzcoanas, reunidas en Basarre arman 100 espeteros, 200 ballesteros y 300 piqueros. 1525. En el alarde de armas de Bilbao concurren 95 arcabuces, 84 ballestas, 31 alabardas, 11 partesanas, 237 porqueras y varias espadas, rodelas, azconas, dardos, escudos, ginetas y montante. 1534. El vecino de Mondragón Juan Ochoa de Iturbe se comprometía a preparar 5.000 pelotas, la mitad de cañón y las otras de sacres, y Juan Pérez de Oñate, 5.000 de sacres, todas a martillo. 1526. San Sebastián manda hacer piezas de artillería de hierro colado artillando la villa frente al mar y tierra. 1542. Las Juntas Generales reunidas en San Sebastián mandan hacer 500 arcabuces, 800 ballestas y 1.030 picas. 1558. Venían de Bizkaia a Gipuzkoa 1.000 hombres armados de arcabuz y pica. 1570. Las Juntas Generales de Elgoibar apremian a los alcaldes a hacer provisiones de espadas, arcabuces y ballestas.

Después de la conquista de Navarra, de la costa se llevaba hierro y de Navarra se traían armas para completar las demandas. Los guipuzcoanos hicieron gestiones en la Corte para conseguir dichos intercambios en los años 1598, 1599 A principios del siglo XVII era conocida entre los vascos la teoría de la repetición en las armas de fuego. En 1610 el capitán Don Pedro de Urigoen solicitaba permiso para realizar pruebas de esa clase. Se destacó como famoso artífice de armas de repetición Andrés de Loidi. En 1657 hizo Gipuzkoa un donativo al rey de 1.000 mosquetes y 700 arcabuces.