Luchas de bandos. Este valle fue zona agitada durante toda la baja Edad Media debido a las frecuentes riñas y guerras entre partidarios de oñacinos y gamboínos. Seguían al primero los Gordejuela y Largacha unidos a Salazar de Muñatones de Somorrostro, mientras que tras el otro se congregaban los Ibargoen y los Marroquines de Montehermoso (Jara). En el año 1455 los alcaldes de la Hermandad de Vizcaya enviaron al Merino a Gordejuela con el encargo de hacer entrega a los Ibargoen de las condenas y penas que pesaban sobre este linaje. En contestación, los Ibargoen se levantaron contra el Merino y los Alcaldes, según se lee en las Bienandanzas de Lope García de Salazar. Leemos asimismo en las Bienandanzas que por el año 1449, en el mes de setiembre, esta localidad fue escenario de un ataque violento por parte de Fernando de Velasco, cuyos hombres entraron a saco después de haber contendido con los hombres de Lope García. El año 1465 Sancho de Velasco cercaba al Corregidor Juan García, estando reunido con los alcaldes de la Hermandad de Bizcaya. Vino en su ayuda Lope García, quien pidió al tal Sancho unas treguas de cuarenta días, a lo que accedió. Pero entretanto mandó llamar gente armada de Medina y hasta de Santander y haciendo caso omiso de las treguas emprendió una serie de acometidas quemando entre otras casas el Cadalso de Juan Ruiz de Larragorría en Gordejuela. No se hizo esperar la venganza del Corregidor y Hermandades de Bizcaya que iniciaron, junto con otros hombres de Vizcaya, ataques violentos e irrumpiendo en poblaciones, hicieron pagar los gastos ocasionados en anteriores guerras, y quemaron finalmente varios solares de los Velasco, entre ellos los cuatro que tenían en Alsedo y Gordejuela. Entrada la Edad Moderna la pugna se fue apaciguando pero la preeminencia de los banderizos locales se encarnó en su facultad de elegir, rotativamente, al procurador síndico y cuatro regidores del valle.