Pintoreak

Goikoetxea, Asunción

Pintora navarra nacida en Pamplona en 1962.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco. En 1985 recibió una ayuda para videocreación del Gobierno de Navarra y un año más tarde una ayuda para Artes Plásticas de esta misma institución. Entre 1987-88 obtuvo una beca de la Diputación de Vizcaya y en 1995-96 otra del Ministerio de Cultura en París.

Poseen obra suya los siguientes museos y colecciones: Museo de Bellas Artes de Álava en Vitoria; Colección Ministerio de Educación y Cultura en Madrid; Museo de Navarra, en Pamplona; Diputación Foral de Vizcaya; Gobierno Vasco; Ayuntamiento de Bilbao; Fundación Vital-Kutxa en Vitoria; Fundación Unicaja en Málaga; Colección Plástica Contemporánea en Vitoria; Colección de Arte Contemporáneo Ciudad de Pamplona; Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid; Museo Gustavo de Maeztu en Estella; Ayuntamiento de Oviedo y Colección Testimoni, La Caixa, Barcelona.

Su primera individual fue en 1987 en la sala de Caja Navarra en Pamplona. En la década de los 80 y 90 expuso en Bilbao, Pamplona, Vitoria, Málaga, Santander, Madrid y en 1996 dio el salto a Europa a través de dos exposiciones en Italia y París. Ha participado en varias ediciones de la Feria Arco de arte contemporáneo de Madrid

El suyo es un trabajo complejo en el que la técnica pictórica se mezcla con los procesos fotográficos. El resultado son pinturas en las que la luz juega un papel esencial ya que determina siempre el resultado final. No obstante, decir que su obra adopta la forma de pintura o de fotografía no es demasiado preciso ya que como ella misma explica en una entrevista recogida por Alicia Ezker en el catálogo de la exposición ABSTRACCIONES pintura Navarra actual celebrada en Pamplona y Bayona en el año 2002.

"Mi objetivo primero es inventar nuevos usos y maneras para interrelacionar los dos medios, contraponerlos y negar condiciones que se suponen inherentes a la pintura y a la fotografía. Entiendo la pintura como un proceso de reinvención y de revisión constante tanto del resultado de la búsqueda como de su ubicación en el mundo. Cada obra debe convertirse en una experiencia nueva de lenguaje. Tener la sensación de que algo está siendo arriesgado, liberado y controlado. Mi trabajo representa la meditación sobre las posibilidades y el sentido de la pintura. Además la luz es el principio generador de la obra. Utilizo materiales fotosensibles que expongo a la luz natural, a la luz con la que vivo cada día. Revelo, fijo la imagen, y después manipulo el resultado con procedimientos químicos que mueven de nuevo la imagen llevándola a un terreno donde el caos y el orden pueden convivir. Abandono los pinceles y el gesto para realizar unas pinturas que se hacen con la luz, y donde la materia es mínima. Son pinturas en las que se habla del tiempo, del tiempo que se ha detenido por medio de ese registro lumínico".