Sailkatu gabe

Gipuzkoa. Historia (1984ko bertsioa)

Lucha directa con los ingleses.

Problemas pesqueros (1350). La tregua de 1344 duró poco, ya que, un año más tarde, volvían a complicar las cosas las hostilidades franco-inglesas. En vano intentó el Merino Mayor de Guipúzcoa una nueva tregua por un año. Los agravios, robos y violencias contra los guipuzcoanos provenían de sus vecinos los súbditos ingleses de la Euskalerria del Norte, Gascuña y Aquitania. La frontera guipuzcoano-inglesa corría por el Bidasoa y ambas costas pesqueras y comerciales del Golfo de Vizcaya se enfrentaban como tierras extranjeras y enemigas. En vano Guipúzcoa elevaba reclamaciones a las Cortes de Castilla porque no eran atendidas. Y no encontrando solución ninguna optaron por la acción directa apresando naves inglesas cargadas de vinos y otras mercaderías con la agravante de dar muerte a sus conductores. Lo ocurrido en 1350 fue insólito. Se preparó una fuerte escuadra de naves bien tripuladas y pertrechadas de armas y efectos con rumbo a la propia Inglaterra y dispuesta a destruir su potente marina. La escuadra llegó a las costas inglesas enfrentándose al propio Eduardo III en una batalla encarnizada que tuvo lugar el 29 de agosto de 1350, en las aguas de Rye o Winchelsea. Ambas partes sufrieron fuertes pérdidas, pero los ingleses se atribuyeron la victoria ya que Enrique III mandó acuñar moneda por el triunfo. Al año siguiente se celebraron treguas en Londres el día 1 de agosto de 1351 entre representantes vascos, castellanos e ingleses. Los representantes fueron: Juan López de Salcedo, de Castro Urdiales; Diego Sánchez de Lupardo, de Bermeo, y Martín Pérez de Golindano, de Guetaria. Estas treguas durarían veinte años tanto por mar como por tierra. Los de Bayona y Biarritz habían ajustado tregua por cuatro años con el rey de Castilla y condado de Vizcaya en el que se incluía a Guipúzcoa. Por estos tratados se podría pescar libremente en los puertos de Inglaterra, Bretaña y otros, pagando los derechos de costumbre. Más tarde el rey de Castilla confirmaba y daba por buenas estas treguas. Dos años después se celebraba en Fuenterrabía un tratado de paz perpetua, amistad y buena correspondencia entre Bayona, Biarritz, Castro Urdiales, Laredo, San Sebastián, Fuenterrabía, Guetaria y Motrico (1353). En consecuencia se establecieron intensas relaciones comerciales con la Rochela, Flandes y otras ciudades y puertos de soberanía inglesa con el consiguiente número de establecimientos y factorías (ver BRUJAS, GUERRA).