Sailkatu gabe

Gipuzkoa. Historia (1984ko bertsioa)

1936: Evolución.

Asalto a la cárcel de Ondarreta (29 de Julio). Los prisioneros no estaban seguros en la Diputación; se palpaba la necesidad de tomar una determinación. Como dice Amilibia, "a León Carrasco lo guardamos en la Diputación. A los demás los llevamos a la cárcel de Ondarreta". Entonces los milicianos asaltaron la cárcel de Ondarreta y mataron a casi todos los oficiales rendidos. Acto seguido los milicianos llegaban a la Diputación en busca de Carrasco. Cuenta Irujo cómo salvó momentáneamente la vida del coronel cuando se encontró que cuatro milicianos se lo llevaban de la Diputación y cómo hubo de soportar un momento sobre el vientre los cañones amenazadores de una ametralladora manejada por un conocido miliciano. Sin embargo se lo llevaron posteriormente a la cárcel a la que no llegó ya que le pegaron un tiro en el camino. Amilibia dice a este respecto que "los milicianos, exasperados por las bajas, los cañoneos del "España" y del "Cervera" y los espeluznantes relatos que llegaban de Navarra, asaltaron de noche la cárcel de Ondarreta y fusilaron a los oficiales sublevados". Disculpa, en cierto modo, pero disculpa inaceptable al fin.

Las Juntas de Defensa (29 de Julio). Ante la posición del gobernador Artola Goicoechea, desbordado por los acontecimientos, ocurrieron dos hechos de suma importancia: la creación de una Junta de Defensa y la sustitución del gobernador por el comunista Antonio Ortega, un suboficial de carabineros de la zona de Irún que se había distinguido en los primeros días de la contienda en aquel sector. La Junta de Defensa debía dirigir la organización militar y económica, primero de San Sebastián y luego de Guipúzcoa; pero habían surgido otras Juntas de Defensa como la de Irún, de vida efímera, y las de Azpeitia y Eibar. En ese momento crucial había llegado también de Madrid un enviado del Ministro de la Guerra, D. Antonio San Juan, teniente coronel de Caballería, para dirigir las operaciones militares con asistencia de D. Alberto Montaud, comandante de ingenieros militares. La Junta de Defensa de Guipúzcoa se constituyó el día 29 de julio después de la rendición de los cuarteles de Loyola. Estuvo integrada de esta forma:

  • Presidente: Miguel de Amilibia, diputado a Cortes, socialista.
  • Gobernación: Telesforo de Monzón, delegado del Partido Nacionalista Vasco.
  • Guerra: Jesús de Larrañaga, delegado del Partido Comunista.
  • Finanzas: José Imaz, delegado de Acción Nacionalista Vasca.
  • Comunicaciones, informaciones y propaganda: Miguel González Inestal, delegado de CNT.
  • Transportes: José Aguado, delegado de Izquierda Republicana.
  • Abastecimientos: Sergio Echeverría, delegado del Partido Socialista.
  • Sanidad: Julio Rodríguez Mena.

Monzón, responsable del orden público, dimitió cuando los de CNT fusilaron en el Paseo Nuevo de San Sebastián a 12 presos sacados de la cárcel de Tolosa. Cada uno de estos comisarios constituyó una comisaría propia. En realidad la autoridad de la Junta de Defensa se ejerció entre el Oria, por la izquierda, y la frontera francesa, por la derecha. La Junta de Defensa de Eibar actuó en los pueblos de la cuenca del Deva, los puertos de Zumaya y Motrico, Elgóibar y Málzaga hasta Zumárraga y Mondragón. La Junta de Defensa de Azpeitia, con sede en el Santuario de Loyola lindando con la de San Sebastián en el río Oria, contaba con los puestos de Zarauz, Guetaria y Deva. Estaba formada por nacionalistas vascos.

Eusko Gudarostea. La primera reunión de gudaris había tenido lugar ya en los primeros días de la guerra en los locales del Círculo Integrista de San Sebastián donde se editaba el periódico "La Constancia". Formaron el grupo miembros de Eusko Gaztedi de San Sebastián alrededor de Enbil. La Comandancia de Azpeitia se creó para preparación de las milicias vascas nacionalistas con el concurso del Partido Nacionalista Vasco, Juventud Sabiniana, Acción Nacionalista Vasca, Solidaridad de Trabajadores Vascos y Asociación de Labradores Vascos-Eusko Langilleen Alkartasuna. Su Junta Gestora con sede en el Santuario de Loyola quedó constituida por Manuel de Irujo y José María de Lasarte, sustituyendo poco después a Irujo, Miguel José Garmendia. Se nombró jefe militar de la Comandancia de Azpeitia al capitán Cándido Saseta, hombre de gran valor personal y de mucha serenidad. Los gudaris, con poco armamento, y al mando de Saseta, entorpecieron el avande del enemigo hacia el mar en la línea Orio, Andoáin, Tolosa, Beasáin y Ormáiztegui. Ver GUDARI, EJERCITO

Preparativos rebeldes contra Irún (29 julio al 11 agosto). El día 29 de julio se unía a las fuerzas de Beorlegui el Tercio de Requetés de Montejurra, al mando del comandante García-Valiño. Las comunicaciones con la retaguardia seguían siendo difíciles. La artillería de los cuarteles de Loyola empezó a utilizarse para batirlas. Las fuerzas gubernamentales se hallaban, por su parte, muy escasas de munición de fusil, lo que les imposibilitaba toda acción ofensiva. Mientras tanto, las de Oyarzun se preparaban para atacar de flanco la línea Peñas de Aya-Erlaitz-Pagogaia, en busca de una posición mejor para el ataque sobre Irún. Al amanecer del día 11 de agosto, en ataque combinado, las columnas de Los Arcos y del comandante Galvis, éste procedente de Lesaca (Nav.), se apoderaban de Pikoketa. Ese mismo día tomaban la posición de Gorostiaga y del 11 al 14, las Peñas de Aya. En Pikoketa fueron fusilados 4 carabineros y 9 jóvenes militantes de ambos sexos. Siendo enterrados in situ.

Ocupan Tolosa (11 de agosto). Su ocupación se llevó a cabo por el avance combinado de las columnas procedentes de Navarra que habían penetrado por el puerto de Etxegarate, conquistando Beasáin, y las procedentes del puerto de Azpíroz. Estas últimas, bajo el mando conjunto del teniente coronel Latorre, se habían hecho, para el día 26 de julio, con las localidades de Berástegui, Belaunza -abandonada luego-, Lizarra, Leaburu y el monte Arroizpe, estabilizándose el frente. Desde los arrabales de San Sebastián hasta Zumárraga, pasando por Tolosa, defendieron una línea de más de 40 km. los nacionalistas vascos, unidos a milicianos, leales, miqueletes y guardia civil. Llevaron el peso de la organización José de Rezola, en Villafranca de Ordizia, y Doroteo de Ziaurriz, en Tolosa. La columna nacional del teniente coronel Cayuela, por su parte, ocupaba el 1 de agosto Villafranca de Ordizia y el 5, Gaínza. Un avance combinado de las fuerzas de Cayuela y Latorre les permitía apoderarse el día 7 de la línea monte Aldaba-Alegría-Alzo quedando Tolosa desbordada por ambos flancos para el día 9. La resistencia de la villa fue tenaz hasta el 10 de agosto, en que, amparados por la oscuridad, se retiraron los defensores entrando los nacionales en Tolosa en la mañana del día 11 de agosto. En Tolosa se reorganizaron las tropas invasoras emprendiendo el día 16 el avance hacia Andoáin bajo el mando del coronel Iruretagoyena. El 16, Cayuela avanza sobre Aduna y Soravilla mientras Latorre se sitúa en las alturas que dominan por el Este a Andoáin, que abandonan los milicianos en la noche del 16 al 17, cayendo inmediatamente en poder del invasor. El 18 muere Mikel de Alberdi en el frente, Presidente de los Mendigoizales de Guipúzcoa.

Avance rebelde hacia Irún (15 de agosto). Los fuertes de Erlaitz y Pagogaiña, castigados por la aviación, caerían en durísima lucha, y con numerosas bajas por ambos lados, la madrugada del 15 de agosto. Con la toma de estas posiciones la columna Beorlegui lograba salir del valle de Oyarzun y situarse ventajosamente para intentar el ataque contra las posiciones fortificadas de Erlaiza, Zubeltzu y San Marcial que se interponían hasta Irún y la frontera. Esto permitió el ataque de flanco a las difíciles defensas naturales que se elevaban ante la frontera.

Caída de Irún (26 de julio-5 setiembre). Ya el día 26 se iniciaba el ataque a la posición de San Marcial, último baluarte de Irún. La lucha fue muy porfiada en ataques y contrataques. Ante la proximidad del peligro, el día 31 las autoridades republicanas dispusieron la evacuación al otro lado de la frontera de alrededor de 3.000 personas no aptas para la guerra. Una semana duró la cruenta lucha hasta que el 3 de setiembre caía San Marcial en poder del invasor, sentenciando la suerte de Irún. Al día siguiente caía Behobia y el puente internacional. En la madrugada del 5 de setiembre entraban los nacionales en Irún ocupando la frontera después de una lucha palmo a palmo. Los anarquistas coronaron el drama dando fuego a Irún que ardió en una gran parte. La defensa de Irún la había dirigido el teniente Ortega. El ataque lo dirigía el coronel Beorlegui, que resultó herido. La caída de Irún desmoralizó a la tropa de la Comandancia de San Sebastián.

Evacuación de pueblos y salvamento de suministros (6 de septiembre). La Junta de Defensa, reunida el día 6 de setiembre, acordó la evacuación de Rentería, Lezo, los tres Pasajes y San Sebastián. Deberían partir también hacia Bilbao todos los barcos cargados de personas, gasolina y materiales diversos. En Lezo y Pasajes solamente había almacenados en los depósitos un millón de litros de gasolina y 9 millones de litros de gasoil. Los depósitos de gasolina permanecían custodiados por gudaris. La evacuación de personas se hizo principalmente en trenes, taxis e incluso camiones. Víctor Pradera fue fusilado en Polloe. El día 9 los presos fueron llevados en barco a Bilbao.

Abandono de San Sebastián (11 al 13 de setiembre). Las fuerzas de Beorlegui inician un verdadero paseo a partir de la ocupación de Irún y ahora sobre San Sebastián. El día 6 de setiembre ocupan Fuenterrabía y el fuerte de Guadalupe; el 7, Gaintxurizketa, y el 8, el Jaizkibel y los altos de Landarbaso. El día 11 se apoderan de los fuertes de San Marcos y Txoritokieta. Este mismo día la Junta de Defensa de San Sebastián acuerda la evacuación de la ciudad contra el parecer de las Juntas de Defensa de Azpeitia y de Eibar. Saseta con cuatrocientos hombres entra en San Sebastián, pero -como dice Irujo- era ya tarde. "Evacuados los fuertes de San Marcos y Guadalupe -sigue- fueron ejecutados sin formación de causa 17 presos de los 200 que había sin que pudiéramos impedirlo en modo alguno". Eran conocidas personalidades rectoras de los partidos de derecha españoles. Los facciosos dominaban el puerto de Pasajes y todas las entradas de la ciudad, excepto la salida de Orio, por la cual se verificó el repliegue... Solamente quedaba en San Sebastián el Comisario de Orden Público con cien guardias para mantener el orden, evitando saqueos, incendios y atentados. Los gudaris impidieron el incendio de San Sebastián. El 60 % de los donostiarras abandonó la ciudad como pudo. El comandante gubernamental San Juan dice que "pocas horas antes, un grupo de forajidos quiso hacer una segunda edición de lo de Irún. Se intentó dar fuego al barrio de Gros. Lo impidieron los nacionalistas vascos... Los gudaris de guarnición en San Sebastián salieron por la calle de San Martín en su retirada después de resguardar el orden público. Otros gudaris lo hicieron por el puerto, donde los barcos salían, mientras los invasores -40 requetés de Artajona a la cabeza- se hallaban ya en el puente del Kursaal.

Retirada hacia Bilbao y pérdida de Guipúzcoa (17 al 30 de setiembre). Milicianos y gudaris se retiran en dirección a Vizcaya mientras los nacionales arremeten de norte a sur por medio de tres columnas, la de Iruretagoyena, la de Los Arcos y la de Alonso Vega. Tratan de avanzar, la primera por la costa hacia Cestona y Alzola, la segunda hacia Azpeitia y Zumárraga, y la tercera hacia el puerto de Arlabán por Salinas y Escoriaza. El 17 cae Ormaiztegui después de vencer alguna resistencia. El 18 dominan ya Zumárraga, que cae al día siguiente. El 20 caen también entre otras localidades Azpeitia y Azcoitia. El 21 sucumben Zarauz y Zumaya, Elgóibar y Oñate, el puerto de Arlabán y Salinas. El 22 entran en Deva, Placencia y Vergara. Arrecia de nuevo la lucha y el avance se hace más lento y difícil. El día 23 ocupan Escoriaza y Mendaro. El 24 alcanza el enemigo el monte Arno amenazando a Motrico. El 25 toma Anguiozar, el 26 ocupa la importante plaza de Mondragón y el 27 Motrico. La resistencia es cada día más dura y frecuente pero ya en la raya de Guipúzcoa con Vizcaya. Guipúzcoa está ya controlada por el poder insurrecto. Gudaris y milicianos se aprestan a resistir heroicamente en los lindes con Vizcaya.