Sailkatu gabe

Gipuzkoa. Historia (1984ko bertsioa)

El señorio guipuzcoano y sus titulares.

Guerra con Castilla y Aragón (1135-1136). El reinado del rey García Ramírez es difícil y jalonado de enmarañados problemas diplomáticos. Prácticamente se había resuelto el problema sucesorio erigiéndose Ramiro como rey de Aragón y García Ramírez como rey de Pamplona, pero el rey castellano, Alfonso VII, juega su política al no tener enfrente un enemigo poderoso. Las cosas comienzan en 1135 con un tratado de paz acordado en Nájera. En el tratado se reconocía el vasallaje imperial que ya tenia la tierra de Pamplona desde los reyes navarro-aragoneses Sancho Ramírez y Pedro Sánchez, a favor del castellano a título de Emperador. Este promete, a cambio de recibir la Rioja, la entrega del Reino de Zaragoza a Garcia. Ambos reyes, pamplonés y castellano, de mutuo acuerdo, se lanzan sobre el reino de Zaragoza, mosaico de tierras conquistadas a los musulmanes por Alfonso el Batallador. Se repartieron los poderes; el rey de Castilla se quedaba con la soberanía y el pamplonés, con la encomienda, gobierno de Zaragoza en nombre del Emperador. Todo sigue sin más incidentes hasta el verano de 1136 en que Alfonso VII provoca calculadas desavenencias iniciando un acercamiento de enmarañadas miras políticas con el aragonés. Comienza entregando a éste el reino de Zaragoza, pero Ramiro se lo devuelve alegando dificultades para su defensa. Ambos monarcas, enemigos del reino vasco, pactan el reparto, iniciando el castellano la invasión desde la Rioja, adentrándose en tierra de Estella. Los vascos mantienen a raya a los castellanos, pero tiene la desgracia de caer prisionero el conde de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, D. Ladrón Iñiguez. El conde era uno de los principales consejeros del rey de Pamplona. Le representó en el acuerdo de Vadoluengo, cerca de Sangüesa, en diciembre de 1134. Alfonso VII trata ahora de atraérselo otorgándole el gobierno de Viguera pero desposeyéndole del de Alava, de derecho, pero no de hecho, por cuanto no la poseía. Juega también con el infiel pretendiente de Vizcaya, Lope Díaz de Haro, otorgándole el gobierno de Nájera que posee y el de Alava que no tiene. A todo esto, en el reino vasco, D. García Ramírez confía en su fiel conde y otorga, en prueba de esa confianza, a su hijo Vela Ladrón el gobierno de Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Araquil, Aybar y Leguin, y a su hermano Lope Iñiguez, la tenencia de Tafalla. El 20 de octubre de 1137 se firma la paz. No se sabe cuándo volvió a su tierra D. Ladrón Iñíguez de Guevara, pero ya se le ve de nuevo en 1139 con el gobierno de Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Aybar y Leguin. Sus últimas citas como conde de Guipúzcoa son de 1147. Entre tanto en Aragón la lucha había sido más complicada y muy dura. En 1140 se llegó en Carrión a un acuerdo para repartirse el reino de Pamplona. El acuerdo lo suscribían Alfonso VII y Ramón Berenguer IV. Esta vez ya no se contentaba el castellano, como en 1076, con quedarse con Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, sino que establecía el nuevo límite por delante de Pamplona y Artajona para pasar por Alfaro y terminar en Cascante. El resto quedaría para el catalano-aragonés. Alfonso VII hacía un juego doble porque temía a un aragonés engrandecido. Pactaba también con el pamplonés el desposorio de su hijo Sancho con Blanca, hija del navarro. Alava, Guipúzcoa y Vizcaya seguían siendo el occidente del Reino de Pamplona.