Después de una corta estancia en Nueva York, llegó a la capital de México, el 1 de agosto de 1947, donde permaneció durante 26 años. Allí ingresó primero como profesor en el Colegio Franco Español. Para regularizar su situación académica, y a falta de dinero para revalidar sus estudios de España, presentó exámenes extraordinarios de capacitación magisterial lingüística en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.A.M. (Universidad Nacional Autónoma de México), gracias a los que obtuvo autorización oficial para la enseñanza del Latín, el Francés y las Etimologías latinas y griegas del español.
Como docente, trabajó en los principales colegios de Segunda Enseñanza de la capital: el citado Colegio Franco Español, el Colegio Franco-Inglés, la Universidad Motolinía, el Colegio Madrid, etc. Para facilitar el aprendizaje a sus alumnos, escribió numerosos apuntes y resúmenes, así como tres obras didácticas Anthologia Latina ad usum puellarum, Précis de grammaire Française, y La Lengua Nahuatl y su contribución al enriquecimiento del Español. Se conservan las dos últimas. Dos trabajos de investigación de esta misma época fueron Epigrafía Latina de la ciudad de México y Navarros en México libro éste último que no será editado hasta 1990. (Logroño, edición del autor, 1990). También escribió en México su Poemario fiterano con notas históricas, anecdóticas y descriptivas de la villa, el monasterio y los balnearios de Fitero. que el propio autor editaría en Pamplona en 1969.
Hacia 1954 emprendió una obra artística de gran aliento en la que trabajó durante cuatro años: Música y poesía (elepé, CDA, 41 con ocho poemas musicales sobre obras de Bach, Beethoven, Schubert, Chopin, Listz, Berlioz, Mozart y Mendelssohn (Columbia de México, 1958). Era una obra de cultura popular selecta, basada en poesía, música y declamación. Compuso con tal fin 80 poemas narrativos, 50 instructivos y 30 festivos.