Petrikiloak

Gallego, Domingo

Curandero que residía en Peralta hacia 1630, según refiere Idoate en Rincones... [t. I, páginas 87-89]. Analfabeto como la mayor parte de sus compañeros de profesión, decía que era "herbolario" y que tenía "ciencia infusa". Pretendía curar con sus bebidas y ungüentos casi todas las enfermedades. Tenía saber, como lo demuestra el título de "algebrista" que le fue concedido por el protomédico Azcona en el año 1634. Debió de lucirse en Flandes y en el sitio de Hondarribia, donde obtuvo sendos certificados de sus superiores.

Anteriormente había trabajado por tierras de Ágreda, cuyo corregidor le concedió la pertinente autorización. Tuvo numerosos clientes; sin embargo, no tuvo suerte en algunos casos y fue desterrado de Navarra por diez años en el año 1640, valiéndole sus méritos de guerra para no ser expuesto a la vergüenza pública. Pero al poco tiempo volvió a Navarra, siendo nuevamente detenido. No se hizo rico, sino que vivió en la miseria, salvo durante las épocas en que trató a pacientes ricos.