Lekaide eta lekaimeak

FLAMARIQUE BIURRUN, Victoriano

Pensamiento de Flamarique. Nuestro párroco es un claro exponente de la acción de un voluntarioso -y voluntarista- cura de pueblo puesta al servicio de las doctrinas de León XIII. Su filosofía no dista, por ello, mucho de la que animaba por aquellos años a un Aitzol o a un Policarpo Larrañaga. Sin embargo existe una diferencia fundamental y es que, aun rechazando también éstos el principio marxista de la lucha de clases, el sindicalismo cristiano preconizado por los guipuzcoanos revela una mayor modernidad y un anclaje mayor en el mundo industrial dotado, para estas fechas, de una indudable tradición reivindicativa enmarcada en sindicatos de clase. Por ello, frente al amarillismo de las sindicales católicas, la SOV de 1911 reconoce tajantemente la existencia de dos elementos bien diferenciados -capital y trabajo- mientras el cooperativismo del navarro mezcla propietarios y jornaleros, tiende a minimizar la reivindicación, en aras de crear un pequeño propietario libre de intermediarios y usura prestamista. Su carácter voluntarista se pone de manifiesto en la hipervaloración del esfuerzo frente al realismo de las cifras: "Más valor se concede en la escuela del catolicismo social a 20 imposiciones de peseta cada una, que a una sóla imposición de 20 pesetas, porque las primeras suponen mayor esfuerzo que la segunda en el orden económico y familiar". El 30 de mayo de 1972 tuvo lugar en Olite la asamblea anual de la Unión Territorial de Cooperativas (UTECO) en la que se dispensó un homenaje a Flamarique en el centenario de su nacimiento.