Pintoreak

Fernández Marcote, José Carlos

Este pintor concentra la mirada en el paisaje, preferentemente el rural, en menor medida el urbano; en la observación y recreación de arquitecturas (pos)industriales; en rincones cotidianos y humildes, a veces abandonados, y en las composiciones de retrato. Género éste cuya sensibilidad y apetencias se inclinan más hacia el entorno familiar o hacia el círculo de amistades, sin descuidar por ello el siempre remunerado mundo de los encargos.

Es la suya una pintura de enorme pureza formal, de pincelada muy analítica y minuciosa; de un descriptivismo visual que estimula a partir de varias constantes. A través del rigor dibujístico, disciplina que enriquece y potencia con el aplique leve, casi evanescente, de la materia pictórica, sin apenas rastro de las densidades propias del óleo. Otra constante recae en la combinación de perspectivas más o menos reales, más o menos ilusorias, y otra más, por ejemplo, a través de la utilización muy estudiada de determinados focos de luz. Luces y planteamientos lumínicos que, en su dialéctica, resaltan las tonalidades de un mismo color de manera muy viva y contrastada. Gusta de trabajar con luz artificial.

Y aunque recurre a la fotografía para sus trabajos pictóricos, en su práctica realista, o hiperrealista, se mueve Marcote en la ambivalencia: en la libertad de añadir o quitar elementos de esa realidad que tiene delante de sí para ofrecer otra realidad pormenorizada, verista eso sí, pero "manipulada". De acuerdo con su propia interpretación personal de las cosas. Pintor, así pues, adscrito estilísticamente al realismo, aunque conserva muy sutilmente ese toque surreal heredado de etapas anteriores, desde los mismos albores de su carrera profesional.