Udalak

EZPELETA

La baronía revierte al pueblo. El año 1637 surgieron graves divergencias entre los barones del castillo de Ezpeleta y sus colonos o "fivatiers". Al no llegar a un acuerdo satisfactorio, los colonos asaltaron y demolieron el castillo. Estos habían aprovechado la favorable coyuntura de la desposesión de los señores por parte del Parlamento de Burdeos como consecuencia de la guerra entre España y Francia (Guerra de los 30 años) en la que Bertrand de Ezpeleta había tomado parte a favor del primero. Pero al morir Bertrand, el año 1640, los bienes, que habían sido confiscados, fueron devueltos a su hermana, Bárbara, y los vecinos de Espelette fueron condenados a pagar 25.000 libras para la reconstrucción del castillo, deuda que no acabaron de saldar hasta 1670. Al morir la última baronesa de Espelette, D.ª Juliana Henriquez, el año 1694, una adjudicación llevada a cabo el año 1707 permitió a los habitantes del lugar adquirir el castillo con todos sus derechos. El castillo pasó a ser propiedad comunal y los magistrados municipales gozaron hasta la Revolución del título de barones, sin que hayan faltado, asimismo, ezpeletarras que se hayan autotorgado, en broma o en serio, tal título a modo individual. De la extinguida fortaleza nos rinde noticia el Sr. Argamasilla en el cuaderno 1.° de su Nobiliario, p. 66, diciéndonos que se hallaba junto a la villa del mismo nombre, ofreciendo un precioso golpe de vista, encaramada en una eminencia del terreno, distando 19 km. de Bayona y 8 del puente de Dantxarinea. "He ido a ver el antiguo castillo de Ezpeleta -habla Mr. Duvoisin, distinguido vascófilo- y no he encontrado armas, ni torres feudales, ni vetustos baluartes. Los cimientos de dos torres, algunos restos de murallas, una gran fachada de edificios de aspecto desagradable; esto es lo que queda de su pasada grandeza". Complementa el Sr. Argamasilla su información en el tomo 1.° de su Nobiliario y Armería de Nabarra en las págs. 70, 1 12 y 1 14.