Monarkia eta noblezia

Eudon El Grande

La retirada de los musulmanes derrotados (732). Se sabe realmente muy poco de lo ocurrido en el campamento musulmán después de la batalla de Poitiers. Los mismos cristianos ignoraban que los árabes se hubieran retirado de sus campamentos para intentar llegar a la Hispania musulmana. Ni siquiera está comprobado que muriera Abderramán el Gafeki en la propia batalla. Lo que se sabe es que murió y que no llegó a salvo a su tierra. Si damos crédito a varios biógrafos e historiadores como Labbe, los Bolandos y Mabillón, p. ej., el ejército musulmán se retiró a través de la Aquitania cometiendo toda clase de tropelías, incendio de monasterios y destrucción de lugares sagrados. Una de las biografías que testimonian de estas masacres e incendios es la de San Pardulfo, protector de la villa de Guéret. Se aducen como pruebas dos textos latinos de los siglos X y XII y el Oficio de San Pardulfo. En esta biografía, después de hablar de la propia batalla de Poitiers, se dice que un cierto número de ismailitas se dio a la fuga matando en el camino a todo cristiano que estuviera a su alcance.

Que se aproximaban rápidamente al monasterio de Pardulfo y cómo los religiosos huyeron, salvo el santo, que se había quedado en el exterior del convento esperando al enemigo y que éste al verle se desvió de su camino, sorprendido de la entereza del santo que oraba a la vista de todos. Estos restos del ejército debieron pasar, indudablemente, por el Poitou y Limousin, Perigord, Quercy, y, en fin, Tolosa. Depende que quisieran llegar a la Septimania o atravesar el Pirineo por los puertos más bajos, para llegar a las orillas del Aragón. Reinaud nos dice en su obra "Invasion des Sarrazins en France" que los cristianos septentrionales de Hispania habían tomado las armas al saberse la derrota de los sarracenos y que un autor árabe habla de una expedición franca que llega a Pamplona y a Gerona. Sea lo que fuere, las tradiciones roncalesas, apoyadas en un diploma de Sancho el Mayor, nos hablan de Abderramán, rey de Córdoba, muerto en el desfiladero de Olast, cerca de Leire, cuando los musulmanes se retiraban desde Tolosa aquitana. Y, de ahí, el escudo de armas roncalés con una cabeza de moro y el nombre Advrramen grabado en el mismo.