Las carlistadas. Benito Eraso había sido comandante de los puestos fronterizos desde 1829. Tras haber sido destacado líder realista, Eraso adviene a ser jefe carlista operando en la zona que bien conoce. En la fábrica de Orbaiceta establece Zumalacárregui un centro de suministro de material bélico. Durante la segunda guerra el palacio de Erro acogió a las tropas gubernamentales primero y a las carlistas después. Espinal vio pasar a los contingentes carlistas que encabezados por Carlos de Borbón regresaron a tierra francesa tras perder la guerra en 1876. Como consecuencia del empobrecimiento producido por las guerras y la pérdida de los Fueros en 1841 se producirá en todo el siglo XIX una gran emigración de habitantes del valle con destino a América.