Biografiak

Erauso, Katalina (1592-1650)

Parte a Roma, al Jubileo de Año Santo, pero detenida en el camino (Piamonte) por acusársele de espía del Gobierno español, tiene que volver. En Madrid solicita un retiro mediante un Memorial y se le asigna una renta de 800 escudos. No hay duda de que Catalina siente en ese momento necesidad de sosegar su vida, al menos desde el ángulo económico. En un nuevo intento de llegar a Roma consigue hacerlo. Urbano VIII le concede licencia para proseguir la vida que ha escogido con la condición de que moderara sus ímpetus belicosos. En Roma se vio otra vez rodeada de gentes a las que su caso deja estupefactas y se ve cercada de "personajes, príncipes, obispos y cardenales". En Nápoles, paseándose un día por el muelle, dos damas y dos mozos se rieron al verla pasar. "Me miraban, y mirándolas, me dijo una: Señora Catalina, ¿adónde se camina?" Respondió Erauso: "Señoras p..., a darles a ustedes cien pescozones y cien cuchilladas a quien las quiera defender". Callaron y se fueron de estampida. Y no hay duda de que si no llegan a irse los deseos del Papa se hubieran visto pronto incumplidos. Este año, Catalina fue retratada en Italia por el pintor Francisco Crecencio cuyo lienzo, por desgracia, ha desaparecido.