Udalak

Enériz

Dentro del arte civil cuenta con algunos buenos ejemplos de arquitectura culta de tipo palacial como es el caso del número 13 de la calle Mayor, un palacete de fines del siglo XVI o principios del XVII que alterna sillar y ladrillo, éste en su último piso y que cuenta en su planta baja con tres ingresos, adintelados con moldura, medio punto y arco rebajado, siendo el resto de luces rectas. Con balconadas en su altura central presenta blasón entre ellas del barroco inicial, con querubín por timbre, infantes tenantes y campo cuartelado con bandas y lebrel montado. También barroco aunque seguramente algo más tardío y más noble es el palacio que se encuentra en esta misma calle, de volumen cúbico, tres alturas, cubierta a cuatro aguas y fachadas laterales retranqueadas con cierto aire militar. Su ático es en ladrillo con arquerías ciegas de medio punto y destaca el balcón corrido sobre ménsulas de la fachada lateral bajo el que se encuentra un ingreso en arco rebajado, único de este tipo ya que el resto de luces son en dintel. Tiene en su planta noble dos escudos, uno de alabastro y otro de piedra fechado en 1614. En la zona alta se encuentra otro palacete de menor entidad que los anteriores y que continúa con la estilística ya vista, con su segunda planta aparejada en ladrillo. Es de menor tamaño, sólo dos alturas y el sillar se usa únicamente en el piso bajo de la fachada principal. Por lo demás sus vanos son rectos, el acceso lateralizado enmarcado con molduras y orejetas el resto de la planta baja y cuenta con blasón plenamente barroco con yelmo por timbre y orlado por cueros y vegetación. El conjunto es del siglo XVIII.

Encontramos algunas casas blasonadas, ya desprovistas del carácter palacial de las anteriores como el caso de la que se encuentra en la calle Mayor, junto al puente, de desarrollo horizontal y trabajada en mampuesto con sillar en vanos y esquinas. Presenta escudo barroco del siglo XVII con yelmo y cartela de cuero y campo circular. Otro ejemplo de escudo heráldico, éste algo más tardío, siglo XVIII, está presente en otro caserón de las características del anterior en el que de nuevo está timbrado por yelmo, tiene mascarón en su base, orlado vegetal y campo cuartelado. En la parte baja del municipio hay alguna muestra más, como el inserto en una casa reformada que sigue la misma tipología aunque con leones portantes y las armas de Martín de Billanueba (sic.) y año de 1700, según inscripción; u otro también en edificio restaurado, de la segunda mitad del siglo XVIII orlado con oropel, yelmo en su cumbre y cinco roeles en su campo. Mención aparte merece la denominada posada, un edificio de tres alturas marcadas por imposta, de desarrollo horizontal, trabajado en sillería que cuenta con línea estructurada de vanos adintelados enmarcados en placa lisa con orejetas. Es del siglo XIX.

El templo parroquial es la iglesia de la Magdalena finalizada en el año 1765 y que sustituyó a la antigua parroquia situada junto al cementerio en lo que es hoy la ermita de Santa Catalina. De la anterior fábrica se ha conservado un capitel que la dataría en el siglo XII. La actual es un templo de planta de cruz latina con cuatro tramos en su nave, crucero y cabecera de cinco lados. Se cubre toda ella con bóveda de lunetos salvo el tramo central del crucero en bóveda de aristas y el presbiterio de paños, todas ellas sobre cornisa con moldura y decoración vegetal. La iluminación interior se consigue a través de varios vanos de arco rebajado y a los pies se levanta el coro sobre medio punto. Se adosa a la cabecera en el lado de la epístola la sacristía, de dos cuerpos. En este mismo lado tras la capilla del crucero encontramos el pórtico y la torre. Alternando sillar y sillarejo, cuenta con varios contrafuertes en el lado del evangelio y el ingreso es en medio punto, al igual que los arcos del pórtico sobre pilares y cubierto de nuevo con lunetos. Su torre, de base cuadrada, es de dos cuerpos rematada en linterna poligonal con pináculo y luces de medio punto. El cuerpo de campanas cuenta con el mismo tipo de arcos sobre imposta moldurada que corresponde con la cornisa de ladrillo que recorre toda la nave exterior y remata su cubierta a cuatro aguas con moldura clasicista asemejando entablamento. El retablo mayor es de la primera mitad del siglo XVII y, aunque de estilo manierista, anticipa el barroco con algunos elementos propios de este momento como el ornamento vegetal. De dos pisos y cinco calles, tiene banco y ático dividido en tres y preside la hornacina central la titular dentro de arco de medio punto, siendo el resto de las casas arquitrabadas combinando el bulto redondo con el bajo relieve con iconografía de la pasión en el banco, tallas de San Juan Bautista, San Sebastián, San Juan Evangelista, la Virgen con el Niño, un obispo, dos profetas y un calvario en el ático rematado por la figura de Dios en marcado en frontón convexo. Tiene varios retablos menores dos de ellos gemelos, el de la Virgen de Soterraña y el de San Marcial, rococós del año 1769, además del de San Ramón, barroco del XVIII, el de la Dolorosa, del mismo momento y el de Santa Catalina que perteneció a la anterior parroquia, muy clasicista de la segunda mitad del XVI y con iconografía en bajorrelieve. Varias tallas de entre los siglos XVII al XIX y piezas de orfebrería completan el patrimonio.

De estilo popular es la ermita de Santo Domingo de Guzmán, a las afueras del pueblo, humilde edificio enlucido de planta rectangular, con dos puertas y dos ventanas en dintel a mediodía y espadaña sobre el ingreso. A los pies cuenta con una elevación que haría las funciones de coro y cuenta con dos tallas, una romanista de fines del siglo XVI, representando un obispo y otra del titular, barroca del XVIII. Existe también la ermita de Santa Catalina, que funciona como capilla del cementerio y que se encuentra donde antiguamente se situaba la iglesia parroquial de la Magdalena. Han desaparecido las ermitas de San Marcial y San Juan Bautista.

  • GARCÍA GAINZA, María Concepción (dir.). Catálogo monumental de Navarra. Merindad de Pamplona. Vol. V*. Estella: Gobierno de Navarra, 1994.
  • LÓPEZ SELLÉS, Tomás. "Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra. Merindad de Pamplona". Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra, 1974, pp. 118-119.

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