Udalak

Elorrio

Fue fundada esta villa, según carta otorgada en Bilbao el 27 de junio de 1356 citada en el D.G.H.R.A., por el conde D. Tello, a fin de defender la zona duranguesa de las incursiones guipuzcoanas. Ello no obsta para que la zona no fuera ya relativamente poblada por esta fecha y se hallaran enclavadas en ella algunas localidades que en 1053 fueron objeto de donación a algún importante monasterio. Pueden citarse como existiendo en esa época San Agustín de Echevarría y Memaya de Elorrio. Durante las contiendas banderizas entre las casas de Butrón y Avendaño, el año 1468 fue especialmente el de luchas más sangrientas. Según se lee en las Bienandanzas de Lope García de Salazar, el dicho año la villa de Elorrio se había levantado contra la casa de Pedro Roys de Ybarra, siendo los de Elorrio secundados por los hombres de Avendaño. Este vino con ciento cincuenta hombres de a caballo los cuales unidos a todos los que vinieron aumentaron el numero a mil doscientos hombres de armas. Asimismo los de Ibarra vieron aumentadas sus fuerzas hasta cuatro mil con ochenta de a caballo, los cuales se dirigieron directamente a la villa con el objeto de cercarla y asediarla. Luego, ambos bandos contendientes fueron engrosados por otros miles que acudieron al llamado de apellido. Descendieron la cuesta, hasta las cercanías de la villa. Los de la casa de Butrón, en número de seiscientos, encargados de asentar las lombardas, iniciaron sus movimientos para hacerse con los sitios estratégicos, hasta que vieron cómo los hombres de Juan Alonso, de Santander, todos ellos no se sabe si por traición, empezaron a abandonar el sitio y a huir, sin que llegasen a ver siquiera al enemigo; visto esto por los de la villa, salieron en tromba, atacando a los hombres de Butrón, que desorientados empezaron a pelear, pero nada pudieron contra un enemigo que vino en tromba y fueron desbaratadas sus fuerzas. Fue en esta ocasión en que Gonzalo Lope de Salazar asestó un golpe al caballo en que iba montado Juan de Avendaño, el cual fue a caer de bruces. Allí murieron entre los de Salazar v Butrón alrededor de diez mil hombres, más otros ciento ochenta y cinco que murieron ahogados, después de lo cual nos refiere el mismo autor cómo Juan de Marquina, Gonzalo de Salazar, y la gente que iba con ellos iban destrozando los cadáveres que yacían en el lugar. Después de la pelea Juan de Arteaga y los suyo tomaron la casa de Ibarra con todas las armas que dejaron. En 1567, Elorrio reformó sus ordenanzas, recopilándolas en 101 capítulos. En ellas se trata de la erección de casas, plante de árboles, penas por daños en las heredades y otros asuntos. (Labayru: "H. G. S. B.", IV, 387). A comienzos del s. XVII, en las elecciones generales del personal del Regimiento General del Señorío de Vizcaya, Elorrio votaba por la parcialidad gamboina. La Junta general del Señorío de Vizcaya, ante la posibilidad de un ataque de naves holandesas, en reunión celebrada el 17 de abril del año 1624, decidió fortificar las costas y puertos de Vizcaya y nombrar capitanes en todas las villas y anteiglesias del Señorío. Fue nombrado capitán de Elorrio, así como de Marzana, Axpe, Arrázola y San Agustín de Echeberría, D. Francisco de Albiz, señor de Marzana, secretario del rey y caballero de Calatrava. Estos nombramientos de capitanes y oficiales originaron un pleito entre las villas y el Señorío, puesto que ya anteriormente estaba estipulado que en caso de guerra los capitanes de las villas fueran sus respectivos alcaldes, dando lugar a que el rey Felipe IV revocara los nombramientos en noviembre del citado año. El 23 de enero del año 1630, 54 casas de la anteiglesia de San Agustín de Echebarría se pusieron bajo la jurisdicción del alcalde de Elorrio, separándose de la autoridad del teniente del Duranguesado. Pidieron cédula de aprobación al rey Felipe IV, a quien ofrecieron 2.160 ducados por esta gracia. v. SAN AGUSTIN DE ECHEVARRIA. El día 31 del mismo mes y año hicieron lo mismo 25 casas de la barriada o cofradía de Miota, dando al rey mil ducados. De un repartimiento efectuado en el año 1630 con el fin de recaudar dinero con destino a la fabricación de los galeones que el rey Felipe IV había solicitado al Señorío de Vizcaya, se desprende que la villa de Elorrio contaba en el citado año con 93 hogueras. El rey Felipe IV solicitó en el año 1637 al Señorío de Vizcaya un contingente de tropas con destino a la guerra que en esta época enfrentaba a España y Francia, a lo que el Señorío contestó acordando proceder a la formación de un tercio propio de mil hombres. Para su formación se realizó un repartimiento de soldados entre todas las localidades vizcaínas, correspondiéndole a Elorrio contribuir con veinticuatro soldados. Entre las medidas de prevención adoptadas por el Señorío de Vizcaya para defender sus costas de un posible ataque de naves francesas, figura la acordada en reunión celebrada el 20 de abril del año 1639, por la que se designaban los lugares a los que debían acudir las gentes armadas de las localidades del interior del Señorío en caso de agresión. A los hombres armados de la villa de Elorrio, así como a los de otros pueblos, se les indicó que se dirigieran en caso de alarma en socorro de Lequeitio. El 2 de abril del año 1647 se cometió un robo en San Agustín de Echebarría, faltando una lámpara grande de plata que ardía delante del sagrario. La sustracción se efectuó a las doce de la noche, rompiendo la puerta con barras y martillos. Al escuchar los ladridos de los perros, el beneficiado D. Tomás de Galarza fue a la iglesia y al apercibirse de la falta de la lámpara llamó a los criados, quienes tocaron las campanas en señal de alarma. El ladrón resultó ser el durangués Domingo de Trotiaga, quien tras el delito se escondió en el argomal de la tejería de Arrotalde y cuando en la madrugada del día 3 se dirigía a Durango, fue detenido en el camino más arriba de la casa de Zubitoeta por el teniente general de corregidor de la merindad de Durango, D. Juan Bautista de Lebario Jáuregui. El 30 de abril el ladrón fue ahorcado en la plaza de Elorrio. La sentencia establecía que tras la ejecución se descuartizara su cuerpo y se expusieran sus miembros en diversos lugares públicos, pero unos religiosos y sacerdotes recogieron el cadáver del caldalso y lo llevaron a la iglesia parroquial de la Concepción de Elorrio para darle sepultura. El alcalde, encargado de proceder al descuartizamiento, acudió a la iglesia y al estar cerrada ordenó que la abrieran a hachazos, ante lo cual los curas optaron por abrirle, pero no pudo encontrar el cadáver. En el año 1669 se detuvo en Elorrio a quince monederos falsos que diseminaban moneda falsa en Guipúzcoa y en Vizcaya. Este mismo año la Junta General del Señorío de Vizcaya había acordado una serie de medidas tendentes a acabar con los falsificadores de monedas: (Labayru: "H. G. S. B.", V, pp. 261, 281, 363, 458). En el año 1700 D. Domingo Láriz fundó en Elorrio un convento de dominicas. Las religiosas se instalaron en el año 1701, procedentes del Convento de Santa Marina de Ermua. En el año 1704 Elorrio contaba con doscientas setenta hogueras, según se desprende de un fogueramiento efectuado en el año citado en todo Vizcaya. Este fogueramiento fue decretado por la Junta General del Señorío con fecha 28 de junio, a fin de poder hacer los repartimientos de los gastos generales del Señorío. En 1704 tenia 1893/4 fogueras; en 1798, su número aumentó a 193. La noche del cuatro de setiembre de 1707 tuvo lugar un incendio en la torre de la iglesia de Elorrio, siendo totalmente pasto de las llamas la giralda de la torre, que había sido colocada en el año 1672. El motivo del incendio fue que para festejar el feliz parto de la reina hubo en Elorrio corrida de toros y por la noche fuegos e iluminaciones; se colocó una vela de sebo en la cabeza de la giralda como un farol y al acabarse tomó fuego la giralda. Se fabricó nueva giralda en el año 1717. En 1715, por fallecimiento del Marqués de San Damián y Duque de Ciudad Real, D. Francisco Idiáquez Butrón Múgica y Borja, el patronato fue concedido por el rey a D. Francisco Antonio de Aguirre y Salcedo Isunza Salcedo, mayordomo de la reina y alcalde perpetuo de la fortaleza de San Adrián, previa averiguación de su vizcainía original. En el año 1721, con motivo de una epidemia contagiosa que se había declarado en Marsella, el Señorío de Vizcaya decidió adoptar varias medidas sanitarias, entre ellas vigilar los pasos con Guipúzcoa. En la frontera de Elorrio se colocó una guardia permanente de cuatro hombres, bajo el mando del alcalde, con un sueldo de cuatro reales de vellón cada uno, pagaderos por el Señorío. En el año 1754 se ejecutaron obras de restauración en la ermita de Santa Catalina mártir de Elorrio, que atendía el servicio religioso de la barriada de Iguria. Estas obras habían salido a remate público en el año anterior. En el año 1760 se efectuó una medición de la iglesia Nuestra Señora de la Concepción de Elorrio. Midió la iglesia, sin contar la anchura de las paredes y el camarín, ciento cincuenta pies de largo por ochenta y nueve de anchura, y noventa y seis de altura desde el pavimento hasta la superficie convexa de las bóvedas. Las cuatro columnas sesenta y ocho, la torre doscientos cinco y la giralda catorce. El primer cuerpo de la torre midió veinticuatro pies de grosor por un lado y veintidós por el otro. El segundo cuerpo, de arquitectura toscana veinte pies por lado. El tercer cuerpo, ochavado, de estilo dórico, midió en su planta dieciséis pies de diámetro. Sobre él una media naranja de estilo jónico con corona proporcionada. En 1762, esta villa quedó sin escribano real, como consecuencia del estudio que se hizo en el Señorío para determinar la necesidad que había de éstos en las diversas localidades de Vizcaya. En 1778 era patrono de la parroquia el marqués de Hermoso, D. José M.ª de Aguirre, alcaide perpetuo del castillo y fortaleza del puerto de San Adrián, señor del Palacio Quitapechos, de Biguria (Navarra), brigadier de los Reales Ejércitos y coronel del regimiento de caballería de la reina. Ejercía este patronato desde el 16 de enero de 1774. El 11 de agosto de 1794, se reúne en Elorrio, Durango y Abadiano el tercio que envía Vizcaya con destino a Tolosa, con el fin de ayudar a Guipúzcoa en su defensa contra los franceses. A mediados de agosto de 1794, la zona de Elorrio-Ermua es reconocida con el fin de elegir los puntos más idóneos para su defensa. Los soldados de Elorrio acuden a Durango el 19 de agosto de 1794, con el fin de que les destinen el puesto que deben cubrir en la zona de Elorrio-Ermua. En la fogueración que se verificó en 1796, esta villa resultó tener 194 casas, de las que 184 eran fogueras. El número de caserías en su jurisdicción, fuera del casco, era de 164, siendo fogueras 200 y media. La totalidad de las vivendas por ambos conceptos era de 358, de las que 384 y media eran fogueras. En 1797, la villa de Elorrio tenía 1.348 habitantes. En su casco había 200 casas, 5 fraguas, 3 molinos y 2 hornos. En las afueras de la villa se encontraban 150 casas, 2 tejerías, una ferrería y 4 molinos. En las Juntas Generales de Guernica, celebradas en el mes de julio de 1800, se determinó que esta villa no tuviese escribano real que no fuese numerado de la misma, ya que tenía suficientes escribanos de número. [Labayru: "H. G. S. B.", t. VI, pp. 8, 26, 41, 80, 121, 309, 336, 346, 452, 633, 668-669, 682, 706-707]. El 27 de abril de 1822 se presentaron en Elorrio una partida de facciosos. Ante este suceso el Ayuntamiento de la villa acordó el pedir ayuda al Jefe Político de Vizcaya y el que se organizase una especie de milicia local. El 15 de abril de 1822, el Ayuntamiento de Elorrio acordó presentar a la Diputación Provincial una instancia sobre la construcción del camino real a Durango, el cual era conveniente para la comunicación con Guipúzcoa y Francia. Para tal proyecto había que contar con los pueblos de tránsito e inmediaciones. Los cuales eran Apatamonasterio, Arrázola, Axpe, Marzana y Abadiano. El 15 de abril de 1822 hubo sesión en el Ayuntamiento de Elorrio con asistencia del Jefe Político de Vizcaya. Este propuso el que se construyese un balneario en el paraje de las aguas sulfurosas de la Villa. [Labayru: "H. G. S. B.", t. VIII, pp. 94, 93].