Enpresariak

Echeverría Elorza, Patricio Cirilo (1979ko bertsioa)

Industrial nacido en Legazpi (Gipuzkoa) el día 9 de julio de 1882. "Primer Conde de Legazpia". Se trata de uno de los capitanes de empresa más destacados de Euskalerria, ya que ha llegado a crear por su esfuerzo personal, dinamismo y competencia un verdadera emporio industrial de fama nacional e internacional. Toda su ingente industria se inicia en 1908 con un modestísimo taller en el que trabajan doce obreros. La progresión de aquel humilde taller es impresionante: tenía en 1915, 58 operarios; en 1919, 106; en 1925, 225; en 1931, año de proclamación de la República, 453 empleados y obreros; y en 1972, cuando fallece, 3.400 trabajadores. A los diez años de iniciada su carrera industrial se disolvía la sociedad "Segura, Echeverría y Cía." en el seno de la cual la audacia y el dinamismo de D. Patricio desbordaba la marcha de la pequeña empresa. Disuelta la sociedad se inicia la marcha impresionante de sus fábricas establecidas en Legazpi y en la postguerra en Idiazábal, que llegaron a ocupar miles de metros y a dar trabajo a miles de obreros. La historia de Legazpi de comienzos de siglo se identifica con la de Patricio Echeverría tanto por el volumen de trabajo como por la propia transformación del pueblo. De ahí salieron para todo el mundo herramientas de todas clases para la agricultura, la minería, obras públicas y oficios diversos. La "Bellota", con que se marcaban estos productos llegó a ser símbolo y garantía de duración y de calidad, incluso del acero que se trabajaba en sus hornos hasta dotarle de temples excepcionales. Pero la otra faceta de la personalidad de Patricio Echeverría fue la humana ya que las fundaciones, subvenciones y asistencias personales y en efectivo fueron cuantiosas y diversísimas. Baste consignar que creó por su cuenta el asilo-hogar de la Santa Cruz para ancianos y enfermos, el Colegio del Buen Pastor y de Sta. Teresa, donde se imparte enseñanza general básica y bachillerato elemental a 350 alumnos; el Hogar del Jubilado para todos aquellos de la villa y la construcción de 853 viviendas para operarios de su factoría con un arriendo mínimo. Toda esta ingente obra es el fruto de toda una vida dedicada con energía y audacia a la revolución industrial guipuzcoana. Al cumplir los 90 años Legazpi le tributó un homenaje de afecto. Su fe cristiana se fijó con predilección en el Santuario de Aránzazu del que fue un benefactor a quien se deben obras como el ábside de Lucio Muñoz, la gigantesca cruz de la torre campanil, la colocación difícil de las esculturas de Oteiza en la fachada, etc. Murió en Legazpi el día 17 de diciembre de 1972. v. PATRICIO ECHEVERRÍA, S. A.

Francisco Javier de AZACETA