Udalak

DEBA

El poder político en el Primer Franquismo. Otro de los aspectos fundamentales que se dan, en Deba en particular y en Gipuzkoa en general, durante el Primer Franquismo, es la creación de un nuevo poder político local que sustituya a la "vieja clase política" proveniente de la época anterior a la II República. Pocos concejales de la II República siguieron ejerciendo su actividad política en Gipuzkoa tras la Guerra Civil, por supuesto de filiación tradicionalista, y se tiende a la creación de una nueva clase política, joven y ligada al proyecto del "Nuevo Estado".

Tras la ocupación de la localidad las primeras medidas que se aplican son similares a las que se producen en otros municipios: colocación del Crucifijo en las escuelas, reentronización del Sagrado Corazón, creación de la Junta Local de Enseñanza con la participación del párroco, etc. así como la eliminación de los símbolos del período republicano y la incautación de los locales de las organizaciones nacionalistas o de izquierda que pasan a ser ocupados por las organizaciones del Movimiento (Tradicionalistas y F.E. de las J.O.N.S. inicialmente). A semejanza de lo que ocurre en otros lugares las autoridades militares designan un primer consistorio formado por los concejales derechistas de la localidad a los que posteriormente se unirán otros hasta completar el total de los puestos municipales. No se dispone de demasiada información sobre los primeros años en Deba pero a partir de 1940 si que disponemos de una información detallada de lo que ocurre en el ámbito de poder municipal.

Según los datos de que disponemos en enero de 1940 el Gobernador Civil designa como alcalde de Deba José María Eizaguirre, sin embargo este nombramiento pronto queda sin efecto el nombramiento "por malos modos y resistencia a la imposición de la Insignia de Auxilio Social" (AGA-Gobernación, c. 2622).

Esta cuestión, pese a que en la documentación Eizaguirre aparece como sin filiación, nos hace suponer que era carlista o próximo al carlismo. El rechazo a la imposición de la insignia de Auxilio Social es una cuestión que aparece con frecuencia entre los tradicionalistas y tiene una doble explicación. Por una parte la pugna entre F.E.T. y de las J.O.N.S. y la Iglesia Católica por el control del auxilio a las personas necesitadas, que la Iglesia considera como una atribución propia y que será fuente de no pocos conflictos al igual que la cuestión de la Educación (cfr. Tusell 1984 y 1993). Por otra parte es la expresión del rechazo de un parte del carlismo -ligada a la figura del Fal Conde- a la colaboración con el Régimen. Pese a que un sector del carlismo guipuzcoano se adhirió a esta corriente, la mayoría carlista guipuzcoana se plegó al régimen y adoptó la posición de colaboración propuesta por el Conde de Rodezno y Esteban Bilbao.

Como consecuencia de que quedó sin efecto el nombramiento de Eizaguirre, el Gobernador Civil, en febrero de 1942, designó un nuevo consistorio, al frente del cual se situó José María Aperribay. La totalidad de los miembros del nuevo consistorio son considerados como "sin filiación" y a diferencia de lo que ocurre en otras localidades no se integran en la corporación ningún excautivo ni ningún ex combatiente, circunstancias que se consideraban como méritos a la hora de ser designado para un cargo municipal. Habrá que esperar hasta 1943 para que se incorpore un ex combatiente -José María Oyarzabal- al poder municipal.

Tras la toma de posesión del ayuntamiento de febrero de 1940 se registran pocas variaciones en el poder municipal y éstas están producidas por renuncias de concejales. Este es el caso de 1941, cuando presentan su renuncia Francisco Lasa -a ser nombrado Juez Municipal- y el industrial Félix Aguirre, que son sustituidos por Domingo Gandiaga y Francisco Salegui. La última renovación que tenemos registrada antes de las "elecciones" municipales de 1948 es la ya mencionada incorporación de José María Oyarzabal.

En 1948, fecha en la que se puede considerar que termina el "Primer Franquismo" al menos en lo que al poder municipal se refiere, se llevan a cabo las primeras elecciones municipales orgánicas. En las mismas, reanudando los viejos usos de la Restauración, se vuelve a equiparar la presencia de una sola candidatura con el hecho de la elección, lo que motiva que en Deba no se llegue ni a simular las elecciones. El consistorio que se deriva de 1948 está presidido por José María Eizaguirre, que continúa en el cargo, al igual que cuatro concejales de los cuales dos son elegido por el tercio de entidades y los otros dos por el familiar y el sindical respectivamente y con un clara mayoría tradicionalista.

El último aspecto que podemos mencionar es el del desarrollo demográfico de Deba, entre 1930 y 1948. El comportamiento generalizado del Alto Deba es de presentar un crecimiento muy limitado, cuando no un retroceso de población con respecto a los niveles anteriores a la Guerra. En el caso de deba la Tasa de Crecimiento intercensal entre 1930 y 1940 es de un 103,54%, es decir un pequeño porcentaje de crecimiento que se mantendrá prácticamente estable a lo largo de la década de los 40 lo que genera un proceso de estancamiento poblacional.

Pedro BARRUSO BARÉS
Historiador